jueves, 9 de abril de 2009

DEDICADO AL INEPTO YUNQUISTA DESUBICADO.

al persignado ultramontano José Luis Luege Tamargo, quien se siente dueño de la Comisión Nacional del Agua, se le ha metido entre ceja y ceja perjudicar política y electoralmente al gobierno del Distrito Federal, y para ello ha recurrido a un procedimiento eficaz o no, pero nada cristiano: dejar sin agua a los capitalinos justo en los días más calurosos del año. Tal vez, en algún momento de esta semana santa, en un confesionario defeño se escuche algo así: “Confiésome, padre, de ser un perfecto canalla”.

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