viernes, 12 de junio de 2009

NO ERA PARA MENOS. ---POLIMNIA ROMANA.---

Con gran satisfacción recibí el día de ayer un comunicado a mi correo electrónico en el que las educadoras de México se pronuncian por lo que llaman CRIMEN DE ESTADO CONTRA LOS NIÑOS.

La muerte de 44 niños, y más de 30 hospitalizados con quemaduras graves en todo el cuerpo, es una tragedia que nos obliga como sociedad a tomar cartas en el asunto. La situación se agrava porque es el resultado de las políticas privatizadoras que han venido imponiendo los gobiernos neoliberales al dejar en manos inexpertas una labor fundamental para el país: la formación y el cuidado de las nuevas generaciones.

¿A qué más estamos expuestos como sociedad con este gobierno irresponsable y cínico?

Hay que dignificar estas muertes injustas. No se trata de un accidente, eso nos debe quedar muy claro. Las condiciones del local y el manejo de lucro más que de un servicio social constituyen la causa de esta tragedia.

Los medios vendidos no podrán diluir el interés general por este hecho que involucra a familiares tanto de Calderón como del gobernador del estado. (PRI y PAN)

No se trata de politizar, se trata de prevenir más tragedias, de evitar que el dinero rebase la dignidad y de que avance la perversa intención de privatizar la educación en todossus niveles. Se trata de detener a Calderón en su afán de desmantelar por completo a las instituciones y abrir de par en par el país a los inversionistas privados, nacionales y extranjeros, que lo único que persiguen es engordar sus bolsillos mientras el pueblo se acerca al infierno.

¿No fue acaso un infierno esa guardería para los niños y sus padres? ¿Qué nueva promesa falsa de Calderón va a sanar esta pérdida irreparable? Como sociedad, no podemos permitir que avance la derecha destructora e inquisidora.

El prestigio internacional de nuestra Educación Preescolar no podía actuar de otra manera. Bien por las queridas educadoras, de las que guardamos los mejores recuerdos de nuestra infancia. No permitamos que sean sustituidas por manos y bocas voraces que lo único que persiguen es el negocio fácil y jugoso. Unamos nuestras voces a su reclamo.

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