lunes, 15 de mayo de 2017

Astillero
 Entendimientos Gordillo-Morena
 Desmemoria y pragmatismo
 Yerno y enviado apoyan a Delfina
 Reportear en Guererro
Julio Hernández López
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EL PRI BUSCA REIVINDICARSE EN VERACRUZ. En Álamo, Veracruz, el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa, reconoció que hay muchos electores en esa entidad que están indignados, y con justa razón, por los excesos de quienes traicionaron los principios del partido y lo mancharon. En su recorrido por el estado, donde apoyó a sus candidatos a presidentes municipales y regidores, subrayó que el tricolor quiere reivindicarse y demostrar a la ciudadanía que sabe gobernar por el bien de todosFoto La Jornada
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a candidata Delfina Gómez tuvo dos acompañantes especiales durante un sabatino acto de apoyo que le ofrecieron algunos maestros del estado de México. El más relevante fue José Fernando González Sánchez, yerno de Elba Esther Gordillo Morales, quien ocupó la poderosa Subsecretaría de Educación Básica en la SEP, durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa, como uno de los pagos con cargo al presupuesto público que otorgó el panista michoacano a la cacica magisterial por el decisorio apoyo al fraude electoral de 2006 contra el movimiento que postuló como candidato presidencial a Andrés Manuel López Obrador (además de la subsecretaría para su yerno, Gordillo se hizo de la caja chica denominada Lotería Nacional y de la dirección general del Issste, donde colocó a Miguel Ángel Yunes Linares, ahora gobernador de Veracruz).
El papel de Elba Esther Gordillo en la concreción del fraude electoral en favor de Felipe Calderón Hinojosa fue más allá de la entrega de votos específicos del gremio magisterial: promovió ante gobernadores priístas eficaces maniobras de transferencia de sufragios de tres colores al blanco y azul (López Obrador reprodujo en el Zócalo capitalino, en 2006, audios en los que se escuchaba a la entonces dirigente sindical impulsando a tales mandatarios tricolores a redireccionar la maquinaria de fraude electoral hacia Calderón). En particular, su yerno González Sánchez impulsó a un miembro de su subgrupo político, a Luis Carlos Ugalde, para que la profesora Gordillo lo apadrinara para ser consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), que convalidó el fraude a López Obrador.
El otro invitado distinguido al acto que congregó a unas mil 200 personas en Tlalnepantla, con miembros de la sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (que décadas atrás dirigió la propia Gordillo), fue Rafael Ochoa Guzmán, una pieza política siempre manejada de manera rotunda por Elba Esther Gordillo, quien, en las cuotas de candidaturas asignadas al SNTE, lo hizo diputado federal, a nombre del PRI y, posteriormente, senador, a nombre del Partido Nueva Alianza, conocido como Panal (por haber sido dominado por una Elbeja Reina). Ocupó la secretaría general del SNTE en una condición rigurosamente subordinada a la jefa real del sindicato (de la misma manera que otros líderes de dicha organización lo estuvieron respecto de Gordillo). En 2014 se afilió al partido Movimiento Ciudadano, dirigido por el habilidoso Dante Delgado.
Una grabación, dada a conocer por el diario Reforma un día antes de la reunión del segmento gordillista mexiquense con la candidata de Morena, mostró a Ochoa Guzmán como receptor de indicaciones de Elba Esther Gordillo para apoyar a la maestra Delfina. Según lo registrado en la grabación: “Está participando ahora en el estado de México como candidata Delfina, me decía la maestra Elba Esther: ‘Es maestra. ¿Por qué no haces un esfuerzo? Yo sé que tú ya no quieres mucho meterle a eso y dar la cara, pero ayúdenle, es maestra’”.
El entendimiento político de una representación emblemática del sindicalismo tradicional (corrupto y caciquil) con Morena (los dos inequívocos representantes de Gordillo, el yerno González Sánchez y el líder Ochoa Guzmán, sentados junto a Delfina Gómez en la mesa principal) tiene como antecedente otro acto de apoyo a la candidata texcocana. Fernando Espino, dirigente durante varios periodos del sindicato de trabajadores del Metro, figura concentradora de las peores calificaciones desde la izquierda, también fue recibido para convertirse en aliado electoral de la profesora Delfina.
Por lo demás, el acto de este sábado marca el reinicio de actividades políticas de la profesora Elba Esther Gordillo, desde un plano de rencorosa confrontación abierta con Enrique Peña Nieto, el priísta que decidió su caída (como Carlos Salinas decidió, el 23 de abril de 1989, la caída de Carlos Jonguitud Barrios, para dar el poder sindical a Gordillo) y que la mantiene en una especie de arraigo hospitalario, sin permitir que sea beneficiada por las disposiciones legales que deberían tenerla en alguna de sus lujosas propiedades, en cumplimiento domiciliario de la sentencia judicial que se le dictó por la reducida porción de delitos por los que fue procesada.
Además de la declaratoria de guerra electoral contra el peñismo, asociándose ni más ni menos que con AMLO, el principal adversario del grupo mexiquense en el poder, la profesora Gordillo ha hecho saber, por conducto de sus representantes antes mencionados, que sumará fuerzas contra la reforma educativa, en un posicionamiento que pretende colocar a la mentora chiapaneca como una sindicalista que defendió tan tenazmente a sus representados que fue víctima de una trampa judicial por parte de Peña Nieto. Por lo pronto, está deseosa de recibir una amnistía política por parte del candidato presidencial de 2006, contra el que realizó fraude electoral.
Ha subido de nivel la obstrucción criminal al ejercicio del periodismo en México. Además de los constantes ataques individuales, que incluyen amenazas, secuestros, golpizas y asesinatos, en Guerrero se ha generado una variante, la del amago, el robo y la amenaza contra reporteros que viajan en grupo como una presunta forma de protección en zonas de conflicto entre grupos del crimen organizado y miembros de las fuerzas armadas.
Deseosos de impedir la difusión de lo que sucede en San Miguel Totolapan y toda esa región, un centenar de personas armadas y encapuchadas robaron equipo de trabajo y un vehículo a un grupo de siete periodistas, que fueron amenazados de muerte, entre los cuales estaban el respetado Sergio Ocampo y Jair Cabrera, corresponsal y colaborador de La Jornada, respectivamente. Sin garantías reales para el ejercicio del cada vez más peligroso oficio, protegidos solamente por declaraciones huecas y demagógicas y por fiscalescomisiones y demás burocracia inservible, los periodistas están en la mira de los bandos criminales en conflicto (los de los cárteles y los gubernamentales). ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero

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