Crimen contra la libertad
A Javier, amigo y compañero
José Steinsleger
M
iroslava Breach y Javier Valdez Cárdenas no fueron asesinados por “el narco”. Los mató el modelo económico que mata. Un modelo que dice andar preocupado con los peligros del
populismo, porque “el narco” le garantiza
liquidez, y
climapara sus
inversionesy
negocios. Todo lo demás sobra, ciudadanos en particular.
No se trata de atentados contra la
libertad de expresión, sino de una poderosa y densa red de complicidades que, convertida en sistema, otorga plenas garantías para que sigan cometiéndose otros.
Un modelo que nos venden como
único viable, y cuya única viabilidad consiste en matar de hambre a millones de mexicanos, junto con las esperanzas de seres heroicamente humanos, los 43 y Miroslava ayer, Javier Valdez hoy.
Javier fue mi amigo y, junto con Ismael Bojórquez (director de Ríodoce), descubrí en ellos la
amistad culiche, que no toca celebrar ahora. Fue en Culiacán, a finales de abril de 2008 ( Foro internacional sobre drogas ilícitas), y con Carlos Montemayor cerrando el encuentro con apropiado telón de fondo, a pocos metros de la universidad: un combate de las
fuerzas del ordencon su otro yo, ese hipócrita eufemismo llamado
crimen organizado.
En 2012, Javier vino a la CDMX con el propósito de recibir un premio de ya olvidé cuál institución. Tomamos unas chelas, y luego lo acompañé al Centro Histórico, donde alquiló el esmoquin requerido para la ocasión. Dijo: “¿Cómo me veo, bato? ¡Con esto despisto a los narcos!”
No hay que tener miedo a los
asesinos materialesde Javier y Miroslava, sino a la paradoja de que en México haya
libertad de expresiónsin justicia.
Hay que tener miedo a los medios hegemónicos. Y a los
especialistasque ahora volverán a enroscarnos la víbora,
explicandopor qué murieron Javier y Miroslava. Junto con los miles, y miles, y miles y miles que
los de arribamatan y sepultan en fosas comunes, por razones de
seguridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario