jueves, 8 de junio de 2017

Astillero
PRI revive fraude de Calderón
Comadres que se enojan
Coahuila: anular elección
Edomex: cómputo bajo consigna
Julio Hernández López
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IN MEMORIAM. En la entrega de medallas al mérito periodístico 2017 ayer en el Senado, se rindió homenaje a los siete periodistas asesinados en el país en lo que va del año, incluidos Miroslava Breach y Javier Valdez, corresponsales de La JornadaFoto Marco Peláez
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nojadas las comadres, sobre todo por el caso Coahuila, la priísta ha reprochado a la panista los favores extremos concedidos en 2006, cuando, según dijo ayer el diputado que es miembro de la élite tricolor, el yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, probablemente le robaron la elección a Andrés Manuel López Obrador, pero fueron los legisladores del PRI los que dieron la cara y así hicieron presidente a Calderón, con medio punto porcentual de presunta diferencia en favor del personaje michoacano que cumplió su sexenio acompañado de la etiqueta de espurio. Otro priísta de altos vuelos, Emilio Gamboa Patrón, recordó a los ahora democráticos panistas que el PRI dio el cuórum en el Congreso federal para que Calderón rindiera protesta en diciembre de 2006.
Los recordatorios priístas a los panistas están cargados de cinismo, ilegalidad y corresponsabilidad política e histórica con lo que sucedió durante la administración funeraria y corrupta que encabezó Calderón: tanto peca el que mata a la democracia como aquel que le agarra la pata (para que el ladrón electoral rinda protesta).
Pero el PRI decidió sacarle los trapitos al sol a los panistas justamente cuando el segmento del calderonismo, ahora volcado en presionar para que la esposa Margarita sea candidata a regresar a Los Pinos, ha impulsado una importante movilización en Coahuila en busca de que sea reconocido el triunfo del compadre Guillermo Anaya. En el colmo de la desmemoria histórica a conveniencia, la precandidata Zavala Gómez del Campo ha acompañado los coros norteños que demandan una revisión electoral voto por voto, casilla por casilla, la misma que en 2006 exigió el candidato presidencial perredista, López Obrador, y le fue negada.
Los reposicionamientos de un priísmo que confiesa haber ayudado a hacerse del poder presidencial a alguien que probablemente no lo ganó, y de un panismo que ahora asume posturas callejeras de protesta (en tanto se negocia al estilo de siempre, entre cortinas palaciegas), tienen como contexto la paradoja de un lopezobradorismo mediática y políticamente constreñido para que no haga manifestaciones masivas de protesta por el fraude electoral en el estado de México, mientras el panismo (con sus tres principales precandidatos al frente: Ricardo Anaya, Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle), realiza en Coahuila movilizaciones y protestas que en la entidad norteña se proclaman como defensa de la democracia mientras, en el contexto mexiquense, la hipótesis de un fuerte activismo de Morena es prejuzgado, por sus adversarios, como provocación e inmadurez.
La presión calderonista buscaba vencer la resistencia de Rubén Moreira a reconocer el triunfo del panista Guillermo Anaya (en un video que ha sido difundido en Internet, se ve a Margarita Zavala eludir la pretensión del dirigente nacional del que aún es su partido, Ricardo Anaya, de enlazar sus manos en alto en un acto en Saltillo), pero ahora se orienta (al considerar que hubo irregularidades en 20 por ciento de las mesas receptoras de votos) a lograr la anulación de los comicios, el nombramiento de un gobernador interino y la convocatoria a nuevas elecciones.
Mientras tanto, en el estado de México se desarrollaron ayer sesiones de cómputo distrital en las que se revisaron varios paquetes electorales y sus resultados. Previamente, a través de videos, gráficas y fotografías, se han difundido distintos ejercicios de análisis, a partir de las cifras anotadas en el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), que muestran que la proclamación de delantera para Alfredo del Mazo no solamente fue infundada sino mentirosa, y que esas cifras preliminares, no oficiales, deberían ser corregidas en los cómputos oficiales, con lo cual se tendría que confirmar la victoria real de Delfina Gómez Álvarez.
Los comicios mexiquenses siguen, sin embargo, entrampados en la contienda adelantada por 2018 que sostienen Enrique Peña Nieto y López Obrador. Coahuila podría ser cedida al panismo y en especial al calderonismo que amenaza con desequilibrar los pactos de bipartidismo inducido (PRI-PAN) que se han negociado con Ricardo Anaya. Pero Los Pinos está decidido a impedir que López Obrador, por la vía de Delfina Gómez, se instale en el Palacio de Gobierno de Toluca, buscando, además, que el tabasqueño se vea ante la necesidad de desplegar formas de protesta pacífica que, sin embargo, podrán ser utilizadas para demostrar el presunto talante rupturista y violento del dirigente de Morena.
Los caminos de Coahuila y el estado de México han producido, por lo pronto, una extraña apariencia de cercanía entre el morenismo y el panismo. El candidato de Morena a gobernar Coahuila, Armando Guadiana, ha estado codo con codo con el panista Guillermo Anaya, en movilizaciones en las que han participado, entre otros, Margarita Zavala, la esposa de quien, según el PRI, probablemente le robó la Presidencia de México al tabasqueño quien, a su vez, ha extendido su mano franca, sin condiciones, dice, a quienes luchan por la democracia en Coahuila. Una fracción de panistas, a su vez, analiza la posibilidad de apoyar a Morena en el estado de México.

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