Mezquindad de Felipe Calderón como símbolo del PAN o, si está borracho no tuitee

HÉCTOR PALACIO@NietzscheAristomié 07 jun 2017 19:55

 

  

 

Veremos si se impone la razón y una supuesta vocación democrática o su odio, como en el caso de Calderón Hinojosa

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Por un lado, López Obrador declara su solidaridad y apoyo “a quienes luchan por la democracia, a quienes están exigiendo que se respeten los votos en Coahuila… pueden contar con Morena sin nada a cambio”, y el candidato a gobernador por Morena en esa entidad se ha unido a las protestas panistas que, ironía, demandan un recuento “voto por voto, casilla por casilla”. Por otro, Calderón Hinojosa –beneficiario de la negación de esa exigencia en 2006 y mientras su mujer se cuela, oportunista, a la protesta coahuilense-, tuitea: “Reclamar triunfos que no se obtienen, alegar fraudes que no se demuestran, mentir a los ciudadanos. Mismo guión, mismo personaje”. Natural, se refiere al objeto de su deseo odiador, López Obrador, al que despojara en 2006 de la presidencia a través del fraude y quien ahora hace campaña para imponer a Zavala –corresponsable de los años de terror de su gobierno- como candidata del PAN hacia la elección de 2018.

Y aunque la protesta de Coahuila, en que se han unido diversos partidos, pudiera recordar a algunos la encabezada en 1988 por Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel Clouthier, de verdad que hay mucha diferencia en la calidad ética de los personajes, empezando por la propia “víctima” del presunto fraude, Guillermo Anaya. Las selfie de Zavala retratan a los mezquinos y odiadores que reciben la solidaridad que ellos niegan: Zavala, los dos Anaya, Moreno Valle, Creel y otros panistas de cualidad moralina.

De todas maneras, a pesar de los insultos y las mezquindades, López Obrador ha expresado solidaridad con Coahuila. Y como hemos visto, los panistas encabezados por Anaya y Calderón –de la greña por la candidatura- exhiben su rabiosa mezquindad. Por eso, no pocos atribuyen el tuit del ex encargado del ejecutivo de las manos sucias de lodo y sangre, más que a la incongruencia -en una coyuntura en que el partido en el poder quiere imponerse vía el fraude tanto en Coahuila como en el Estado de México- a la embriaguez.

Y no obstante que los medios oficialistas celebran como un acto democrático las protestas panistas del “escándalo” del norte y acusan a Morena y López Obrador de “malos perdedores”, lo cierto es que las evidencias del fraude en el Estado de México están a la vista. Se dividen en dos etapas hasta ahora (de confirmarse, entraría en acción la tercera, a cargo del IEEM y los tribunales electorales). La primera, antes del día de la elección, con la intervención descomunal de todo el aparato de estado encabezado por Peña Nieto y sus secretarios otorgando recursos y dádivas en la compra anticipada del voto; la segunda, las irregularidades que se registraron durante el día del proceso electoral.

Y aunque los aliados PAN y PRD han declarado que en Edomex se ha tratado de una elección de estado, no han manifestado su apoyo al objeto del fraude, Morena. Veremos si se impone la razón y una supuesta vocación democrática o su odio, como en el caso de Calderón Hinojosa. Si la sobria razón o la embriaguez del rencor.