miércoles, 13 de diciembre de 2017

“Harvey Weinstein también es mi monstruo”: Salma Hayek
Le pedía ducharse con él, que le permitiera observarla mientras ella se bañaba, dejarlo dar un masaje e incluso hacerle sexo oral.
Foto: Reuters
La actriz mexicana, Salma Hayek, se unió a las mujeres que durante los últimos meses han señalado al reconocido productor hollywoodense, Harvey Weinstein, por acoso y agresión sexual.
“Harvey Weinstein era un cinéfilo apasionado, un tomador de riesgos, un mecenas del talento en el cine, un padre amoroso y un monstruo“, denunció Hayek a través de una columna publicada en el diario The New York Times. 
De acuerdo con el testimonio de la actriz, la caótica relación con Weinstein comenzó junto a su proyecto soñado: “Frida” (2002), la cual se realizó de la mano de Miramax Films, casa productora de Weinstein.
Fue entonces cuando Hayek se enfrentó a toda clase de propuestas por parte del productor con tal de seguir financiando el proyecto.
“Por años él fue mi monstruo”, acusó Salma seguido de una serie de párrafos con los que la actriz intenta justificar su silencio por más de una década.
Me lavé el cerebro y pensé que todo había terminado y que había sobrevivido; me oculté de la responsabilidad de hablar con la excusa de que había suficientes personas involucradas para arrojar luz sobre mi monstruo. No consideré que mi voz fuera importante, ni pensé que haría la diferencia”.
Sin embargo, Hayek reconoce que la valentía de otras mujeres que también fueron víctimas de una de las figuras más relevantes de Hollywood durante los últimos años, le sirvió para contar su historia.
“El imperio de Weinstein, que entonces era Miramax, se había convertido en sinónimo de calidad, sofisticación y asunción de riesgos, un paraíso para los artistas que eran complejos y desafiantes. Era todo lo que Frida era para mí y todo lo que aspiraba a ser”, destacó la actriz.
Pero poco a poco la relación entre ambos se tornó tensa pues, en palabras de la actriz, Weinstein le pedía ducharse con él, que le permitiera observarla mientras ella se bañaba, dejarlo dar un masaje e incluso hacerle sexo oral. Propuestas a las que ella se negó desatando la furia del director.
Pero lo peor vino después, cuando “el alcance de sus tácticas de persuasión pasó de hablarme con dulzura, a esa vez cuando, en un ataque de furia, dijo las aterradoras palabras: ‘Te mataré, no pienses que no puedo”, reveló Salma.

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