COLUMNAS

Encuestas: Caída de Peña y el cuento de que haya sido alguna vez aprobado o popular

HÉCTOR PALACIO@NietzscheAristojue 02 abr 2015 09:34

 

Peña se hunde aún más hoy después de los desaguisados de 2014.

Que Peña Nieto, en su ruta a la ocupación del poder ejecutivo, haya sido aprobado socialmente o que haya sido popular alguna vez entre la población, es un una invención de Televisa, Milenio, Ciro Gómez Leyva y los miles de aplaudidores; que los hay.

Primero, la venta de imagen y su promoción a cargo de la televisora desde que era el encargado del gobierno en Edomex. Segundo, el seguimiento diario de la elección presidencial por cuenta y cuento deMilenio y Gómez Leyva, que llegó a ponerlo incluso hasta con un 40% de ventaja sobre López Obrador, cerrando los números, antes de la elección, con amplísimo margen todavía del 18.5%; que terminaría en un dudoso 6-7%. El resto sólo fue la confirmación por parte del Trife de Luna et al. Y si eso no fue “jugar” a la inducción y la manipulación, no sé qué carajos ha sido. Ejercicio “periodístico” que se unió al del fraudulento uso de las tarjetas Monex-Soriana.

Y tan evidente fue lo dudoso del triunfo, que nadie celebró. Ni los priistas mismos. Éstos, porque ya sabían, 1. El mecanismo de llegada del “elegido”; 2. Que no era el mejor ni el más brillante dentro del partido, pero el elegido para continuar la tarea de su líder partidista, Salinas de Gortari (prolongada por el paréntesis del panismo mediocre, corrupto, fraudulento y criminal): la entrega de los recursos estratégicos a la voluntad de Estados Unidos.

La sociedad mucho menos tenía que celebrar. Así, desde un principio, Peña nunca fue valorado de manera especial. Fue como una inercia impuesta a la sociedad. Y bajo esa escasa valoración como base, Peña se hunde aún más hoy después de los desaguisados de 2014: la violencia y la corrupción de la alta burocracia.

Trataron de inflar el globo a través de la prensa y la aprobación internacional. Y casi lo logran. Mas el plano internacional también reprobó el 2014 de Peña y sus cercanos. Los elogios internacionales antes de Tlatlaya, Ayotzinapa, la Casa Blanca y las otras casas fueron regalados porque convenían asimismo a la política trasnacional que favorece las privatizaciones en el contexto del brutal capitalismo salvaje. Pero al parecer aún existe cierto pudor internacional que no pasa por alto cualquier atrocidad; al menos por guardar las apariencias de la democracia capitalista.

El globo desinflado Peña-y-su-administración es representado por las últimas encuestas: La sociedad reprueba, no aprueba, evalúa muy mal, califica peor, ve con malos ojos al habitante de Los Pinos y su equipo. No reiteraré las cifras del Reforma ni otras que sobre la debacle de Peña ya han sido difundidas. Sólo una:

De un 50% de aprobación en abril en 2013 (es decir, una reprobación de entrada), sólo lo aprueba en marzo de 2015 un 39% (¿peor lo quieren?; hay), y en ese mismo extremo de fechas, el 30% de reprobación ha pasado al 57%. Con los “líderes”, viene lo peor: de un 78% de aprobación, pasa a un vergonzoso 17%, ¡en dos años!; pero falta, de un 20% de repruebo, se traslada a un exuberante y aniquilador 82%. Pero…

Pero a pesar de esta buena noticia para la nación, hay una buena noticia para Peña y una mala para los mexicanos: El “elegido”, pese a todo, ha logrado su cometido: la reforma constitucional que permite la privatización de los recursos energéticos estratégicos para cualquier nación y ha servido de instrumento perfecto para afianzar el neoliberalismo, el capitalismo salvaje inaugurado (con su precursor, cierto) por Salinas de Gortari. ¿Habrá la posibilidad de revertir este fenómeno? Difícil, más nada es imposible; ¿no se dice así?