jueves, 31 de diciembre de 2020

 Rafael Barajas liked

Estamos ya en el año III de la transformación nacional. Es enorme lo logrado y vamos por mucho, mucho más. A pesar de la trágica pandemia, de la rabiosa ofensiva de la derecha golpista y de nuestros conflictos internos, 2021 viene cargado con toneladas de esperanza.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

 


La renuncia del funcionario se da justo un día antes de que entre en vigor la reforma al sistema de pensiones, la cual reducirá de manera inmediata de mil 250 a 750 el número de semanas necesarias para acceder a una pensión.

 

 
Al final, la esperanza
A

l finalizar este año, nodriza de males, ojalá y se pueda renovar la siempre frágil esperanza. Muy a pesar de que subsiste todavía en las peores calamidades, su reposición requiere cuidados adicionales.

No puede darse por garantizada y es tonto darla como supuesto. Hay necesidad de un acopio de voluntad para seguir en la molienda de frustraciones sin caer en derrotas totalizadoras.

Por muchos alegatos de imposibilidades presentes es factible encontrar resquicios de luz, aunque sean lejanos e intermitentes. Nada obliga a buscar la energía interna que impulse al movimiento hacia delante, pero es deseable intentarlo.

Hay, siempre, un motivo para hacerlo y también, una orilla donde llegar. No importa que la meta sea, en realidad, una etapa intermedia. Lo interesante, padre del parto consiguiente, lo aporta la continuidad del esfuerzo.

Este fatídico año para vidas y haciendas quedará inscrito como una mojonera del siglo. Al volver la vista, dentro de un tiempo prudente, se verá como un inicio de recuentos y siembra. Habrá sin duda algunas cosechas que levantar. El trabajo que se lleva a cabo, entre gobierno y mandantes, asegura buen tiempo futuro.

México y su pueblo saben y sabrán prevalecer a las muchas vicisitudes de su pasado y presente. Basta asomarse, aunque sea por encima del hombro al trajín ciudadano para reanimar ánimos. Las heridas que ha dejado la pandemia son de hondura y dolor profundo pero, sin duda, sanarán.

Se cuenta con los instrumentos que lo hagan factible. El fondo de la actitud es no cejar en la labor cotidiana. Y ver un poco más allá del duro conflicto de hoy y sus variadas durezas.

Finalmente, hay que reconocer, el mérito social y gubernamental para fincar, con determinación, las palancas de despegue. Lo que se decidió hacer durante este año de limitantes y encrucijadas, de enojos y diferencias, de cerrazones y alientos claros, no ha sido en vano.

El gobierno no ha cejado ni un solo instante en su cometido por los que más lo requieren. Los recursos se han canalizado, con prontitud y entereza, hacia donde apunta la justicia. Han ido, por entero, hacia la base de la pirámide y esta base sabrá responder a la dedicada tarea emprendida.

No hay por qué temer a las respuestas que se están dando por más crítica derrotista que se oiga por muchos lados. Se ha podido alentar el consumo y paliar la estrechez prexistente en la base de la pirámide. Se ha podido insertar viabilidad a la lucha cotidiana para la sobrevivencia y darle masiva continuidad a la esperanza.

Muy a pesar de herencias malhadadas en recursos y profesionalismo médico, el cuerpo de salud ha podido soportar y atenuar el feroz contagio del virus. Una vez paliada la emergencia, el aparato de salud podrá emprender su restauración interrumpida y, con certezas convenientes, finiquitar ambiciones y prometidas.

Es posible que este artículo sea visto como un manojo de deseos alejados de lo que sucede en la realidad. Se puede estar de acuerdo en buena parte de tal aseveración. Lo interesante es sacar a relucir aunque sea algo de lo deseable.

No hay por qué caer en el desamparo, o en el enojo, la búsqueda de culpables, la furia por las injusticias prevalecientes o el pleito a cuerpo entero. De eso hay muchos que ya se han ocupado. Ahora se requiere repensar lo que falta por hacer y encontrar dónde fincar la esperanza de renovación.

Las palancas para afirmar los trabajos venideros ya están instaladas. Los recursos financieros se pudieron encontrar y están visualizados los mecanismos para reponerlos. Se dudaba de su magnitud pero se han conseguido y continuará su proceso de búsqueda y encuentro.

Emplearlos en aquellos programas que han mostrado su tino y justicia: apoyos a los viejos, a las mujeres solteras, becas para los jóvenes estudiantes, discapacitados que podrán salir de sus arrumbados cuartos de olvido. Para los jóvenes que intentan construir su futuro hacen falta ajustes organizativos y extender la menguada comprensión empresarial.

Su puesta a tono requiere, ciertamente, de reciedumbre y visión alargada para obtenerla. El asunto educativo se concentró en rencauzar distorsiones y ahora espera arrestos de imaginación para su penetración popular. La infraestructura, concentrada en donde falta, impulsará al sureste y su adormecido potencial.

El rescate de la industria energética, una prioridad con categoría de seguridad nacional, bien puede consolidar su trayectoria para el desarrollo ascendente. En fin, estas y otras adicionales, serán las tareas que darán soporte a la esperanza de un pueblo que no ceja en su entusiasmo.

 Dinero

Renunció el regulador de las Afore // Falleció un grande de la moda, Pierre Cardin // El origen del apagón

S

e quisieron pasar de listas las Afore colando al ex presidente de su asociación –Amafore– en la Secretaría de Hacienda a cargo de la tarea de regularlas. Inverosímil, ¿verdad? Carlos Noriega Curtis un día apareció como titular de la Unidad de Seguros, Pensiones y Seguridad Social, con la tarea de regular a sus antiguos patrones. Desde ahí empujó una reglamentación que los favorecía. Sin embargo, no consiguieron despistar al presidente Andrés Manuel López Obrador.

El proyecto de ley que envió al Congreso, y ya fue aprobado, contiene tres puntos fundamentales: 1) las comisiones de las Afore deberán bajar a la mitad a partir del próximo año; 2) aumenta la pensión mínima garantizada, y 3) subirán las aportaciones de las empresas, pero no la de los trabajadores. La Amafore se inconformó. ¿Y que pasó con Noriega? Seguramente se sintió frustrado y prefirió dejar su cargo. Hay otro regulador que debería seguir sus pasos: el presidente de Consar, Abraham Vela Dib.

Se fue otro grande

Pierre Cardin, el primer diseñador en convertir su nombre en marca, murió este martes a la edad de 98 años en Francia. No sólo vistió a la élite en los años 50, sino que llevó sus colecciones de ropa a los aparadores de las tiendas departamentales, con lo que impulsó el consumo masivo de la alta costura y también atrajo la ira de sus compañeros de gremio. Su creatividad incluyó accesorios de ropa, muebles, productos para el hogar y fragancias vendidos a través de unos 800 licenciatarios en más de 140 países de los cinco continentes.

Cardin no tenía socios, decía: Soy el financiero, el banquero y el creador. En 2016 pedía aproximadamente mil millones de dólares por los derechos de su imperio de licencias. En una charla con un reportero de Bloomberg dijo: Si no tienes el dinero, entonces no lo compres. Nadie te está obligando a hacerlo. Puedo permitirme morir sin venderlo.

Empresarios ¿sin fracturas?

El año que está a la vuelta de la esquina será de cambios para las organizaciones de la iniciativa privada, pues algunas renovarán a sus directivos. Pese a las diferencias de opinión que han tenido, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Carlos Salazar Lomelín, asegura que llegarán a 2021 sin fracturas; deberá decidir si deja el puesto u opta por la relección.

Algunos de sus agremiados lo acusan de actuar con tibieza frente al gobierno federal. Sin embargo, el consejo tuvo un choque con el gobierno en el tema de la desaparición del outsourcing. Firmaron un pacto que difiere el asunto al primer trimestre del nuevo año.

Foto

Empleos

Todavía no se ve el fin de la pandemia, pero es una buena noticia que en los últimos cuatro meses se haya recuperado la mitad de los empleos formales perdidos. De acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social, del millón 117 mil 584 empleos recortados entre marzo y julio de este año, se recuperaron 555 mil 600 plazas de agosto a noviembre. En la crisis financiera ocurrida entre 2008 y 2009 pasaron 15 meses antes de que hubiera un repunte. La clave está en diciembre: ¿repetirá el fenómeno de la desocupación masiva que se registra en este mes? Las autoridades notificaron a más de 30 mil empresas que estarán al pendiente de lo que suceda para evitar despidos ilegales.

Ombudsman social

Asunto: el apagón

En su columna, usted se pregunta: ¿Y a qué se debió el desbalance entre la demanda y la oferta de electricidad? No checa esa coartada...

Soy ingeniero de profesión y jubilado de CFE, por lo que se lo puedo explicar de manera sucinta: imagine una urbe grande como la Ciudad de México, alimentada por la planta generadora X a través de la línea de transmisión A, y también alimentada por la planta generadora Y a través de la línea de transmisión B. Ahora bien, supongamos que por una falla en la línea A deja de llegar energía de la planta X a la gran ciudad; lo que sucede ahora es que la planta Y, que seguramente alimenta otras regiones además de la gran ciudad, no puede sola con toda la carga y comienza el desbalance. El primer efecto es la variación de la frecuencia (en México, 60 ciclos/segundo), lo que provoca la apertura automática de la línea B y apaga la planta Y que, como consecuencia, apaga las otras regiones. Así se va en cascada la falla hasta que se normaliza el sistema. Disculpe si le parece un galimatías técnico, pero intenté ser claro y sencillo. Lo que procede es encontrar el inicio de la falla y, sobre todo, la causa raíz. En ningún momento es por falta de generación de energía. Que no comiencen las fake news de los privados.

Arturo Gallardo Mora / CDMX (verificado por teléfono)

R: Dice la CFE que el origen fue el incendio en unos pastizales de Tamaulipas.

Twitter: @galvanochoa

Facebook: @galvanochoa

 PROPÓSITOS PARA 2021-Fisgón

 PEQUEÑO GRAN MANZANERO-Rocha






 Rayuela

Ahora resulta que no se acepta qué idioma hablamos. ¿Será por eso que no nos entendemos?

 

Dictadura en la Suprema Corte
En la Suprema Corte se ha vuelto a autorizar el pago de remuneraciones mayores a las que recibe el presidente de la República. Cualquier persona podría preguntar ¿cómo es que el máximo tribunal decide sueldos de altos servidores públicos, lo cual, dice el artículo 75 de la Constitución, le corresponde a la Cámara de Diputados?
Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Alberto Pérez Dayán, ministros integrantes de la comisión de receso de la Suprema Corte, admitieron a trámite unas controversias y, acto seguido, han suspendido la aplicación del Presupuesto de Egresos de la Federación, para que los miembros de los órganos de gobierno del Instituto Nacional Electoral (INE), la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y el Banco de México (Banxico), más los que se acumulen esta semana, sigan cobrando lo mismo que hasta ahora, en forma enteramente inconstitucional.
Ya llevan dos años en lo mismo y quieren un tercero. Esos servidores públicos, ejecutores de altas funciones y garantes de derechos, exigen un trato privilegiado, con la simpatía de algunos ministros, unos seis, los cuales les conceden suspensiones anuales de controversias que nunca se resuelven por parte del Tribunal Pleno.
La maniobra consiste en dejar todo congelado, aprovechando que, en las salas, integradas cada una por cinco, no se requiere mayoría calificada para negar o confirmar la suspensión de una norma o acto. Se elude de esa forma la resolución del fondo, la cual sólo podría adoptarse con ocho votos del total de 11 ministros. Al siguiente año, se sobresee la controversia anterior porque el Presupuesto de Egresos impugnado ya dejó de tener vigencia y se vuelve a maniobrar de la misma manera. Así nos podríamos llevar toda la vida sin que la Suprema Corte resolviera algún día el asunto, como es su deber constitucional.
Ya no tenemos, en el caso, un tribunal que imparta justicia sino otro que sólo suspende la aplicación de normas, pero nunca dice el derecho.
Aquí estamos ante un fenómeno insólito en que una mayoría constitucionalmente insuficiente le impone a la Suprema Corte y al país entero su propia e ilegítima voluntad, frente a la cual no existe recurso alguno. Esta es una dictadura ejercida con base en chicanadas absolutamente impropias de tan altos dignatarios judiciales de un país cualquiera.
No se trata sólo de que la remuneración más alta en el Estado nacional mexicano sea la fijada para el presidente de la República, según lo marca el artículo 127 de la Constitución, sino que la misma Carta Magna señala en su artículo 75 que la “Cámara de Diputados, al aprobar el Presupuesto de Egresos, no podrá dejar de señalar la retribución que corresponda a un empleo que esté establecido por la ley”.
Los integrantes de los órganos de gobierno del INE y la Cofece existen por disposición legal y son “servidores públicos de la Federación”. La “autonomía” regulada que se les ha conferido no tiene nada que ver con esta condición.
En cuanto al Banco de México, cuyo presupuesto lo aprueba su propia Junta de Gobierno, el asunto consiste en que las remuneraciones de los integrantes de ésta son fijadas por una comisión ad hoc, creada por la ley y dominada por el gobierno, la cual no puede otorgarles un sueldo mayor que el del presidente de la República porque, de lo contrario, sería un acto violatorio de la Constitución. Así que volvemos al mismo punto. Hay más: los miembros de la Junta del banco no son servidores públicos del mismo, sino, difusamente, del Estado nacional mexicano, por lo cual carecen de derechos laborales. Al respecto, ellos son como el presidente de la República, los miembros del gobierno, los legisladores, entre otros: sus eventuales prestaciones sólo se pueden conferir mediante ley o decreto legislativo.
Los jefes de estos tres (se esperan más) organismos públicos se sienten parte de una élite, de una burocracia dorada intocable, que labora al margen del Estado de derecho. Lo peor de todo es que hay seis ministros de la Suprema Corte que están de acuerdo. Quizá porque ellos mismos, en el pasado, se ponían el sueldo que querían sin que nadie les dijera nada porque la Cámara les autorizaba todo, sin ver.
A propósito, la Constitución señala que los únicos altos servidores públicos que tienen un sueldo irreductible durante su periodo son justamente los ministros, consejeros, magistrados y jueces (art.94), pero no dice que deba aumentar cada vez en términos reales, como así fue durante mucho tiempo, mientras el salario bajaba realmente cada año.
La lucha actual para establecer remuneraciones congruentes con la situación del país, la austeridad republicana y las finanzas públicas lleva apenas unos 10 años, pero, en realidad, en términos fácticos, tiene apenas dos años, los de la 4T. Bajar el sueldo del presidente de la República fue la clave porque ya la Constitución fijaba la remuneración de éste como la más alta, lo cual no era preocupante para la burocracia dorada, ya que era bastante alta.
Cuando, en 2019, bajó el sueldo presidencial a menos de la mitad, crujieron ciertos privilegiados. Tenemos desde entonces un conflicto abierto. Lo más feo de esta comedia es que la Suprema Corte de Justicia, designada como garante de la constitucionalidad, milita dictatorialmente en favor de privilegios e ilegalidades groseras de esa burocracia dorada, de esa élite que opera por encima del Estado de leyes.