miércoles, 1 de abril de 2015

Encuesta-Reforma, mayoría silenciosa, @EPN y lo que debe @lopezobrador_ a @polimniaromana

@FedericoArreolalun 30 mar 2015 23:01
 
Según la encuesta del diario Reforma, entre agosto y diciembre de 2014 el PRI cayó 10 puntos en las preferencias electorales: de 40% a 30%. Era lógico, la última parte del año pasado fue durísima para el presidente Enrique Peña Nieto, que es el priista más conocido y relevante. Pero, tres meses después, el partido en el poder ha recuperado terreno, está ahora en 32%.
¿El crecimiento hay que atribuirlo a que la gente aprueba de nuevo a EPN? Pienso que sí. La caída en la aprobación del presidente, que había sido durísima entre agosto y diciembre de 2014, se detuvo en marzo, lo que significa una alta probabilidad de que crezca a partir de este momento, es decir, en el arranque de las campañas electorales.
Si el PRI ha vuelto a crecer, el PAN ha perdido empuje: Está en 22%, una caída de tres puntos.
El PRD ha crecido un poco en relación al último mes del año pasado, pero su nivel sigue siendo bajísimo: Este marzo registró 14%.
Morena ha perdido algo de impulso: tiene 8% en la actualidad, contra su 9% de diciembre.
El Partido Verde no resiste las críticas. Está en 7% cuando en diciembre había crecido hasta 11%.
La sorpresa es el partido Encuentro Social, que no tenía nada en la encuesta de Reforma y ahora está en 4%, igual que Nueva Alianza.
Movimiento Ciudadano muy apenas conserva su registro con 3%, mientras que el PT y el Partido Humanista, si se mantienen en el 2% que les da la encuesta de Reforma, lo perderán.
Lo anterior significa que el griterío, sobre todo el de las redes sociales, tiene un efecto en la imagen del presidente de la República. Pero, en cuanto el alboroto cesa, baja de tono o simplemente aburre por repetitivo, la mayoría silenciosa analiza de nuevo la situación y entiende que gobernar un país es muy complicado.
La mayoría que no grita sabe que lo mejor que puede hacer un presidente no es buscar la aprobación por la aprobación misma, sino dedicarse a cambiar de fondo lo que no funciona.
A eso se refería Peña Nieto cuando dijo: “No trabajo para colgarme medallitas”. La gente lo entiende. A veces, con tanto ruido, lo olvida, pero lo cierto es que los ciudadanos no son tontos, como dijo alguna vez Andrés Manuel López Obrador, y terminan por entender las cosas.
Por cierto, ni AMLO ni sus seguidores deberán decepcionarse por solo tener el 8% en las encuestas. En Morena, me consta, la sensación que tienen sus militantes es de mayoría, de que se representa al pueblo y por lo tanto ninguna otra organización puede tener más votos.
Lo cierto es que solo un milagro hará que Morena tenga una votación de más de dos dígitos en 2015. Pero nadie debe desanimarse, ya que en 2018 con Andrés Manuel como candidato Morena estará en posibilidades de ganar la Presidencia de México.
Un consejo a Andrés Manuel, por si llega y quiere ser un buen presidente, justo, no vengativo, libre de los rencores que envenenen el juicio. Debe parar a sus seguidores que hoy linchan en las redes sociales a Polimnia Romana.
Ella ya era traidora cuando se alejó de Morena. Y ahora que se fue al Partido Verde, sin entender sus razones –las tiene y son válidas–, los fanáticos pejistas le lanzan todavía peores acusaciones.
Andrés Manuel debería, con grandeza de espíritu, darle las gracias a Polimnia y desearle buena suerte en la nueva etapa de su carrera política.
Muchos que estuvimos muy cerca de Andrés Manuel lo conocimos con Polimnia a un lado. Durante años fue la persona que más cerca estuvo del líder de Morena. Participaba en la organización de las giras, recogía las cartas que la gente le daba a AMLO, pagaba los restaurantes y los hoteles donde López Obrador y su comitiva comían y dormían, participaba activamente en las protestas.
Polimnia Romana fue absolutamente leal a Andrés Manuel. Si se alejó lo hizo dolida porque AMLO fue desleal con ella, que hasta gastaba su propio dinero para no ser una carga económica en los tiempos duros.
No pueden Andrés Manuel y sus seguidores dar trato de miserables traidores a todos los que, después de haberlo apoyado, ya no están con él. A mí que me digan lo que quieran. En todos aquellos años no hice gran cosa por él. Pero, ¿Romana? Espero que Andrés no haya perdido completamente la calidad humana.

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