COLUMNAS
¿Amenazas desde el poder o inseguridad pública?
¿ Debemos considerar el asalto como un hecho más de la situación de inseguridad que se vive en la ciudad y en el país?
El pasado 26 de abril, mi hermana Mónica Gabriela Fernández Noroña y mi sobrina Aura Quintana Fernández de 16 años, filmaron un mensaje llamando a revocar el mandato a Enrique Peña Nieto. Por la tarde, junto con mi otra sobrina, Tamara Quintana Fernández de 13 años, participaron en la manifestación en repudio a la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Cuando cerca de las ocho de la noche regresaban a su domicilio en la colonia Santa María la Ribera, fueron asaltadas a la puerta de su casa por un hombre armado con una pistola. El sujeto se llevó sus teléfonos celulares y las bolsas que llevaban. No hubo violencia ni mayor intercambio verbal.
Mi hermana lleva viviendo cerca de 15 años en ese lugar. Es una colonia bastante tranquila. La calle donde vive, Acacias, es casi una cerrada de muy poco tránsito tanto vehicular como de personas.
Ahí vive la familia integrada por ellos tres y mi cuñado Sergio Quintana. Todos mantienen una participación política muy activa, en especial ellas tres. Mis sobrinas a pesar de contar con 16 y 13 años como ya lo dije, han estado en marchas y manifestaciones prácticamente desde el seno materno. Mi hermana es una mujer comprometida y consecuente que mantiene un perfil bajo ante los reflectores públicos, pero ha sido una presencia constante en nuestra ya larga carrera política de más de 35 años.
¿ Debemos considerar el asalto como un hecho más de la situación de inseguridad que se vive en la ciudad y en el país? No lo creo.
Hace más de un año, fue asaltada la casa donde vivía, en el Estado de México, mi hija Alí Fernández Pérez de 24 años con su madre Carmen Pérez Téllez. El departamento donde vivían fue puesto patas arriba y prácticamente no se llevaron gran cosa de valor. Por supuesto el aparente robo quedó impune, y la relación con mi hija muy lastimada.
Frente a los actos de represión y de amenaza del poder regularmente el resultado es de tensiones internas, de división y no precisamente de cierre filas.
En el caso de mi hermana Mónica y mis sobrinas Aura y Tamara el resultado no fue el que esperaban los ejecutores. Su determinación de lucha se fortaleció y dos de ellas estuvieron presentes el día de ayer en una manifestación frente a Palacio Nacional, Tamara no pudo asistir por tener que acudir a la escuela secundaria durante la hora de la manifestación.
Obvio decir que se levantó una averiguación previa respecto al asalto que seguramente acabará en el cajón del olvido.
Frente al despido de Carmen Aristegui y la cancelación de la candidatura de Marcelo Ebrard por el Tribunal Federal Electoral, todos los que en algo hemos presionado para que no quede impune el acto de corrupción monstruoso de la Casa Blanca de Sierra Gorda 150, sabemos que Peña Nieto buscará realizar represalias.
Cuando uno trabaja de manera firme desde la oposición al poder asume los riesgos que esto conlleva, pero dice un refrán que: "En política y en la mafia la familia se respeta, de lo contrario es guerra" y desde el poder parecen olvidar este dicho que encierra una regla mínima de civilidad. Vale precisar que los señalamientos sobre la Casa Blanca no han sido en el ámbito privado y familiar de Peña Nieto, ese inmueble es un ejemplo grande como una montaña de la corrupción de quien encabeza el poder ejecutivo federal.
Ese sólo hecho -la corrupción del desgobierno federal- justifica nuestra campaña de revocar el mandato a Peña. Los agravios al pueblo de México van mucho más allá de estos actos de corrupción. Así que no cejáremos en nuestra campaña de que el próximo 7 de junio, en el momento de votar, la ciudadanía incluya la revocación del mandato de Enrique Peña Nieto como presidente de la República.
"El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz".
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