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#ReformaPolíticaDF: Una vergüenza; Peña y Mancera, vivillos
Es francamente una vergüenza que Mancera y Peña se quieran pasar de vivos ante una sociedad que ha luchado durante tantos años por alcanzar cierto nivel de democracia.
En 1997, con el triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas y como fruto de una lucha de cuando menos 30 años iniciada a raíz de la tragedia de Tlatelolco, el PRI era expulsado tras ejercer por décadas un gobierno autoritario y corrupto en la ciudad de México.
A casi 50 años de esos inolvidables hechos y a casi 20 de que la sociedad del Distrito Federal decidiera una ruta hacia la democracia, de nuevo se cierne el autoritarismo sobre la ciudad.
En la reforma política para la ciudad de México que ahora se pretende, hay un elemento de conformación, la Asamblea Constituyente, que expresa más que las condiciones y deseos de los ciudadanos, las de Enrique Peña y de su aliado, Miguel Mancera. Ambos se quieren pasar de vivos asignándose seis emisarios cada uno ante tal Constituyente y teniendo el control sobre el resto. Esta Asamblea pretende ser conformada como sigue:
60 diputados plurinominales; 14 representantes del senado; 14 representantes de los diputados; 6 representantes de Peña; 6 representantes de Mancera.
¿Y la sociedad que expulsó al PRI del gobierno de la ciudad desde 1997 y que elección tras elección lo ha rechazado? Bien, gracias; no tendrá representación. Que se conforme con el 60% de plurinominales nombrados por los partidos y del cual un alto porcentaje será controlable y el 40% que estará al alcance de Peña-Mancera-Beltrones-Gamboa-Los Chuchos. Una grave irregularidad en relación a la representación vigente y de los últimos 18 años en la Asamblea del Distrito Federal.
Lo he establecido desde que arribara Peña al gobierno: Buscan el regreso del PRI al Distrito Federal. De hecho, a través del gobierno federal con sede en la ciudad y la complicidad de Mancera, se ha querido tomar el control de ella a costa de la voluntad de los ciudadanos. Traicionando el ánimo y los deseos de la sociedad de la Ciudad de México, el PRI busca regresar al gobierno de la misma haciendo trampa con la distribución que se han otorgado Peña y Mancera en la pretendida “Asamblea Constituyente” que desdeña a la ciudad que desde 1997 ha estado en búsqueda de la democracia.
Con razón dice Manuel Bartlett que este planteamiento es un acuerdo copular (de políticos para políticos; ¿cuáles políticos?), un regalo para el PRI que busca entrar por la puerta de atrás, y un bodrio y una derrota para la sociedad que es desdeñada. Y es tan tramposa e insatisfactoria para la mayoría de los partidos, que ha sido momentáneamente frenada.
Es francamente una vergüenza que Mancera y Peña se quieran pasar de vivos ante una sociedad que ha luchado durante tantos años por alcanzar cierto nivel de democracia, por combatir el autoritarismo y la corrupción, por aspirar a la tolerancia y la libertad. Es una vergüenza y una traición más que el PRD lo avale. Ya el pacto PRI-PAN-VERDE-PRD ha hecho mucho daño al país. No debiera permitirse un nuevo atraco en la ciudad que ha sido de vanguardia, ejemplo de lucha cívica y política y cuyos logros no han sido gratuitos.
El 100% de una posible Asamblea Constitutiva realmente representativa deberá de ser votada por los ciudadanos. Si no es así, éstos tendrán que salir de nuevo a la calle.
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