Verdaderamente de horror la portada de hoy del diario Milenio. No por la cifra de ejecutados (más de 30 mil) que da en la cabeza de su nota principal, sino por la destacada difusión que brinda a la más reciente encuesta de Gabinete de Comunicación Estratégica, empresa propiedad del grillo Liébano Sáenz (que alguna importancia tuvo en el sexenio de Ernesto Zedillo) y que dirige Federico Berrueto, un hombre que fue buen analista (ya no lo es, perdió la dignidad intelectual por las presiones económicas de Liébano).
En esa portada, en muy buen espacio abajo a la izquierda, la encuesta de Liébano-Berrueto dice cuáles son los personajes del año en México:
1. El personaje positivo más importante según @liebano y Milenio es... ¿ya adivinaron? ¡Pues Enrique Peña Nieto! De plano, qué pinches lambiscones los editores y encuestadores de ese diario. Perdón por la vulgaridad de la expresión, pero ninguna es más adecuada.
2. El segundo personaje positivo más importante del año es... ¡El Chicharito! Bueno, la posición de este goleador sí me la creo. Y también creo que lo ponen al lado del esposo de La Gaviota para asociar al priista con gente buena. Es plan con maña, pues.
¿Y qué creen? También hay en esa portada de Milenio personajes negativos de 2010, a saber:
1. El personaje más negativo del año no es un solo personaje, sino muchos: La Familia Michoacana. Digamos que se entiende.
2. Lo que es una canallada de Liébano, Berrueto, Ciro Gómez Leyva, Carlos Marín y los González (propietarios de Milenio) es poner, al lado de La Familia, como segundo personaje negativo del año, a Andrés Manuel López Obrador. Indignante. Si no por otra cosa, porque AMLO, se esté o no de acuerdo con él, es un honesto luchador social con millones de seguidores que simplemente recorre el país todas las semanas buscando apoyo para su proyecto de cambio político.
Lo cierto es que yo, como muchas personas, cada vez que leo tan ruines y cobardes descalificaciones contra AMLO, más apoyo su proyecto. Algo muy bueno estará haciendo El Peje para que lo combatan con tanta perversidad.
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