viernes, 22 de marzo de 2013


IFE: “La basura debajo del tapete”

Sesión en el IFE. Foto: Eduardo Miranda
Sesión en el IFE.
Foto: Eduardo Miranda
MÉXICO, D.F. (apro).- ¿Qué hace un contralor? Investiga posibles malos manejos y los denuncia. Y cuando el contralor encuentra posible desvío de recursos y no hay consecuencia, ¿cuál es la razón? Sólo una: el cinismo se ha instalado en ese lugar, más si nadie le exige rendir cuentas sobre sus actos y decisiones.
Eso es justamente lo que está sucediendo en el Instituto Federal Electoral y sus nueve consejeros. Desde junio de 2012, los consejeros electorales fueron omisos ante pruebas contundentes de que se preparaba en algunas zonas y operaba ya en otras una triangulación de recursos millonarios, prohibidos por la ley electoral, hacía la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. El llamado Monexgate.
Nadie puede asegurar que su inacción fue lo único que llevó a Peña Nieta a la Presidencia de la República; pero sí que ayudó en mucho. Las omisiones de los consejeros electorales tuvieron consecuencias negativas para la vida democrática del país.
Los consejeros electorales, ni a toro pasado cuando revisaron el tema quisieron sancionar las operaciones, las llamaron “atípicas”, irregulares, todo menos ilegales. Ante las evidencias puestas sobre la mesa, los consejeros decidieron no actuar, y la Cámara de Diputados que fue donde se les eligió, nunca los llamó a cuentas.
Hoy sucede lo mismo. El contralor de la institución Gregorio Guerrero Pozas, un experto en revisión de cuentas y detector de irregularidades, se topó con “indicios” de un posible fraude por 144 millones de pesos.
Según su investigación, el exsecretario ejecutivo de Administración, Fernando Santos, habría pagado 144 millones más por el inmueble ubicado en Acoxpa 436, colonia Exhacienda Coapa.
Guerrero Pozas sostiene que inmueble valía 118 millones de pesos pero el exfuncionario pagó 262. A lo largo de dos años el contralor cotejó facturas, realizó avalúos y detectó pagos indebidos como el de 12 millones en impuestos y el de 5 millones por adeudo de predial.
Cuando el contralor presentó su informe al Consejo General, los consejeros electorales decidieron votar en contra de que se sancionara a quien habría cometido el fraude contra el IFE; los consejeros simplemente votaron en contra del informe arguyendo que sólo eran “indicios”.
Guerrero Pozas es un experto en el tema de las auditorías, entre sus cargos destaca el haber sido el Contador Mayor del Congreso, lo que hoy es la Auditoria Superior de la Federación, así es que conocimiento, experiencia y capacidad para detectar irregularidades, las tiene.
Luego de la decisión de los consejeros, Gregorio Guerrero Pozas no dudó en decir de los consejeros que “se han agachado a esconder la mugre debajo del tapete”.
Eso, no es novedad; en el caso Monexgate los consejeros también se “agacharon” para esconder la mugre del PRI en el proceso electoral.
En esta ocasión, Guerrero Pozas tuvo mucho más valor que los diputados federales, quienes no se atrevieron siquiera en llamarlos a cuentas por su decisión de exonerar al PRI en el caso Monex, aun cuando existieron pruebas de sobra. Bueno, el colmo fue que el propio IFE reconoció la triangulación, participación indebida de empresas particulares, la existencia de contratos irregulares, y aun así, decidió “agacharse” para poner la mugre debajo del tapete.
Ante la indignación por el resolutivo, el contralor cuestionó los golpes de pureza que se dan los consejeros antes los medios de comunicación: “Algunos consejeros que habitualmente hacen encendidas defensas en sus columna y se llenan la boca de conceptos como transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción, hoy se han ocultado, han empeñado su nombre y han empeñado su inteligencia” al heredar al IFE “una buena dosis de impunidad”.
Aseguró lo que muchos pensamos, que si se tratara de su dinero, los consejeros seguramente detectarían y sancionarían cualquier peso mal habido.
Lo mismo que a Guerrero Pozas, la resolución del consejo general del IFE “produce indignación y un poco de vergüenza”. Pero el actuar de los consejeros y el cinismo con que aprueban actos ilegales seguirán, en tanto nadie se atreva a cuestionarlos, mientras el Congreso dela Unión no les exija cuentas.
Por suerte, hoy, el contralor tuvo el valor de enfrentarlos y contra la decisión de los consejeros de no hacer nada por el presunto quebranto, él hará lo propio y presentará la denuncia penal. Y si la autoridad no hace nada, al menos Gregorio Guerrero los evidenciará.
A estas alturas, la ciudadanía ya juzgó a los consejeros; la poca claridad con la que actuaron en la revisión de los millonarios gastos del PRI en las pasadas elecciones presidenciales, en el caso monex gate, y ahora esto, no provoca en uno sino la misma exclamación de Guerrero Pozas, “se agacharon” para “poner la mugre debajo del tapete”.
Comentarios mjcervantes@proceso.com.mx

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