lunes, 27 de enero de 2014

La burra ya era arisca… y le siguen dando palos

La burra ya era arisca… y le siguen dando palos
El “pacto fiscal” anunciado la semana pasada por el secretario de Hacienda —en Davos— pretende aliviar las molestias del sector privado por los efectos de la Reforma Hacendaria, aprobada en octubre.
Después del golpe viene la sobada… con todo y apapacho.
El doctor Luis Videgaray promete certidumbre; el marco impositivo quedará como está; la política fiscal será constante; cero sorpresas en los próximos años para facilitar la planeación, atraer inversiones y generar empleos. En pocas palabras, el paraíso.
Pero el “pacto fiscal” es una especie de matrimonio… y el amor es cosa de dos… y con frecuencia, de tres.
El gran inconveniente para el secretario Videgaray es que el empresariado sigue ofendido y se hace del rogar; no perdona los desaires y exige mucho más que una disculpa. Si la burra ya era arisca, ahora ella pega los palos.
El líder del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani, impone cinco condiciones, cinco —para sellar el pacto—:
Primero, revivir la deducibilidad de las prestaciones laborales; segundo, cancelar el pago de impuestos por distribución de dividendos; tercero, echar para atrás los cambios al ISR; cuarto, eliminar impuestos a la gordura… y quinto, la deducción inmediata de inversiones empresariales.
Machete en mano, los señores del gran capital pretenden someter al “intransigente” secretario de Hacienda; lo culpan del reciente disparo inflacionario. Las reformas —dicen ellos— provocaron la mayor alza de precios de los últimos cuatro años (4.63%, anualizada).
La amenaza del sector privado pone precio elevado al “pacto fiscal”… si el gobierno accede a los reclamos, buena parte de la reforma hacendaria se iría a la basura… antes de cumplir tres meses.
Si no hay “pacto fiscal”, el disgusto empresarial podría traducirse en menores  inversiones, menos actividad económica y, por lo tanto, “muy” menor crecimiento… el CCE, como los grupos de autodefensa, corta cartucho.
Como sea, el panorama económico pinta terrible, comoPicasso en El Guernica
Obviamente, los empresarios piden las perlas de la Virgen y, además, el Sol, la Luna y las estrellas, para obligar al gobierno a conceder la mayoría de sus demandas.
Veremos de cuál cuero salen más correas.
RÉQUIEM: Descansa ya José Emilio Pacheco, el poeta indignado y cotidiano. Sus letras quedan como un privilegio. Murió el intelectual más significativo del México de hoy, indudablemente. Su última aparición pública no fue en un recital poético ni en una firma de libros o en una conferencia. No. Fue mediante una valiente adhesión presentada ante la Suprema Corte, en rechazo al desaseo apresurado de la Reforma Energética. El poeta nos lega en el último suspiro la visión de una patria amorosa como esencia, secuestrada por los juegos de la política. Con José Emilio Pacheco murió también un gran pedazo de nuestra conciencia… de la memoria crítica; descubridor de la “otra realidad llamada ficción”. Me quedo con este verso del poema “los elementos de la noche”: Nada se restituye ni devuelve el verdor de la tierra calcinada. Ni el agua en su destierro sucederá a la fuente. Ni los huesos del águila volverán por las alas.

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