lunes, 27 de enero de 2014

RICARDO MEJÍA

EPN en Suiza: candil de la calle, obscuridad de la casa

Como es una costumbre a partir de la implantación del modelo neoliberal en el país, los Presidentes de la República acostumbran acudir a los foros internacionales a presumir los supuestos "cambios" y "transformaciones" que realizan en nuestra nación, haciendo realidad el refrán popular que señala que son: "Candil de la calle, obscuridad de la casa". La visita de Enrique Peña Nieto al Foro Económico Mundial en Davos, Suiza confirma lo anterior.
En estos meses, en estos casi catorce fatídicos meses del regreso del PRI a Los Pinos, México ha vivido una grave restauración autoritaria que se traduce en polarización social, fracaso económico, descomposición comunitaria y mas inseguridad pública. Nada hay que presumir. Sólo desde el cinismo más extremo se pueden propagandizar como logros auténticos retrocesos para la nación.
El instrumento de estos cambios regresivos han sido las reformas a la Constitución, que en realidad han venido deformando nuestra Ley Fundamental. Por medio del Pacto por México se ha legislado por consigna y en contra del interés nacional.
Enrique Peña Nieto viajó al Foro Económico Mundial en Davos, Suiza a presumir las reformas impuestas y a concretar la venta del petróleo, fue a negociar con las trasnacionales los términos de la legislación secundaria ante la proximidad del nuevo periodo de sesiones del Congreso federal. Fue a firmar acuerdos para concretar la venta de nuestros recursos.
Cada vez que el Ejecutivo sale de gira internacional hay motivos para preocuparse, en cada viaje presidencial se concreta un agravio a la República, en lugar de actuar como Jefe de Estado que defiende los intereses nacionales en el nuevo entorno geopolítico actúa como agente de ventas que pone a la nación en subasta. En Londres Peña Nieto anunció la privatización del petróleo y fue el Washington Post el medio de comunicación que confirmó la negociación para esos fines con el PAN .
Las reformas que fue a presumir el Ejecutivo con su corte imperial han implicado agresiones a diferentes sectores y sus fines están lejos de representar un beneficio para la población. Estas reformas impuestas en un Congreso de la Unión amurallado han significado perdida de derechos, retrocesos y la entrega de nuestros recursos energéticos a los extranjeros.
Desde la reforma laboral se nos prometió a los mexicanos la creación de cientos de miles de empleos para nuestro país, y ni se han creado más empleos ni la economía del país se puso en movimiento. En el 2013 difícilmente crecimos al uno por ciento del Producto Interno Bruto, pronto se confirmará este detrimento económico con las cifras oficiales.
La reforma educativa no es sino una reforma laboral para afectar la estabilidad de los maestros, centralizar la nómina y tener el control sin mejorar la calidad de la educación. La reforma financiera, por su parte, consolidó al oligopolio bancario extranjero y estableció cárcel a deudores.
La reforma hacendaria consistió  en más impuestos, más gasolinazos y más deuda, con un déficit que no se veía desde los ochenta. El impuesto especial sobre producción y servicios del 8 por ciento a los llamados alimentos "chatarra" en realidad se ha extendido a diferentes productos convirtiéndose en un IVA disfrazado a los alimentos que afecta el bolsillo de millones de familias mexicanas.
La Procuraduría Federal del Consumidor fue omisa y negligente en su labor de castigar y frenar el alza indiscriminada de precios por parte de comerciantes voraces. En la primera quincena del año el INEGI ha reportado una inflación del 0.68 por ciento, la más alta en cuatro años para un periodo similar, lo cual implica una inflación anual del 4.63 por ciento, provocada fundamentalmente por el alza de los alimentos, las tarifas del sector público y la gasolina.
La reforma energética es un acto de traición a la patria y un crimen ecológico. No solamente no bajaron las tarifas de la luz, el precio del gas y de las gasolinas sino que han aumentado. El daño ecológico y el alto consumo de agua que representa la explotación del gas de lutitas a través de la fractura hidráulica, conocida como fracking, es uno de los rasgos más nocivos de esta reforma privatizadora.
La reforma política, por su parte, fue la moneda de cambio entre el PRI y el PAN para concretar el despojo de nuestro petróleo, los hidrocarburos y la electricidad.
La reelección legislativa en mi opinión es el prólogo de la reelección presidencial, es además una reelección partidista no una reelección ciudadana, no se premia el desempeño del representante sino la sumisión a las cúpulas del poder. El INE es un engendro que deja intocados los cacicazgos, los gobernadores al final del día se salieron con la suya y en los hechos mantendrán su influencia en los órganos electorales por más que el nuevo instituto intervenga en su nombramiento.
Se seguirán violando los topes de gastos de campaña y se utilizará la propaganda gubernamental para encubrir campañas políticas, como ya lo hacen, siguiendo el mal ejemplo que le permitió a EPN llegar a la presidencia, entre otros, los gobernadores de Chiapas y el Estado de México. Reelección sin el establecimiento de la revocación de mandato es inmovilismo, es una regresión.
De la inseguridad nacional y el estado fallido en Michoacán ya hemos abundado al respecto en este espacio. Es claro que no es un tema que el Ejecutivo federal pueda presumir en su periplo propagandístico sin embargo el tema se le escurrió como invitado ante tan selecta concurrencia, que preguntó sobre los apremiantes problemas que azotan a Michoacán y a México. La realidad finalmente se impone en este planeta globalizado por más que el gobierno federal quiera ocultarlo.

No hay comentarios: