sábado, 19 de enero de 2019

El desabasto sigue siendo culpa de los ladrones, los de arriba y los de abajo.
Alberto Batun Chulim
"Cerrar los ductos era necesario para poder realizar un procedimiento llamado ‘corrida del diablo’ o pigging, que consiste en hacer pasar por el interior de las tuberías elementos con forma de bala para, entre otras cosas, inspeccionar las condiciones en que se encuentran. En este caso particular, el procedimiento se lleva a cabo para detectar los lugares en donde el tubo ha sido violado por los ladrones de combustible o huachicoleros, y reparar el daño.
Si se quiere detectar todas las tomas clandestinas, no había otra forma de hacerlo mas que cerrado el ducto y por ende la única forma de distribución era a través de pipas. No es falta de planeación, ya que se mandaron todas las pipas necesarias conforme a las compras reportadas por las gasolineras. El problema surgió porque no cuadró la demanda real contra la reportada, ya que muchas gasolineras vendían gasolina robada. Luego las compras de pánico agudizaron el problema. Sin embargo esto se va ir normalizando, una vez que se vaya conociendo la demanda real y cuando pase la histeria colectiva.
El desabasto trajo al menos algo bueno, se detectaron al menos 103 gasolineras que vendían gasolina robada y se les removió la licencia de Pemex. Las auditorias han logrado el congelamiento de varias cuentas por parte del SAT para ir directamente contra los ladrones de cuello blanco y ya se abrieron varias líneas de investigación por el delito de crimen organizado en contra de los implicados.
No se puede tolerar que se siga robando el equivalente al presupuesto anual de la UNAM a costa de todos. A veces, son inevitables las molestias temporales, para obtener una solución permanente y sobretodo de raíz".
John Ackerman

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