La declaración de Philip Crowley (vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos) tiene por lo menos dos interpretaciones:
1. Acaben con la violencia de los cárteles mexicanos a como dé lugar.
2. Estados Unidos se reserva el derecho a intervenir en México por razones de su seguridad nacional.
Ninguna de estas dos interpretaciones es compatible con la soberanía del Estado mexicano y las dos, especialmente la segunda, suenan a advertencia de alto riesgo para nuestro país. Lo menos que puede esperarse es que el presidente Felipe Calderón exija el respeto al principio de no intervención, ni siquiera con declaraciones; pero no pienso que lo vaya a hacer. Así estamos de mal, como las antiguas repúblicas bananeras.
Octavio Rodríguez Araujo
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