sábado, 28 de julio de 2018

“ME DA MIEDO SU MIRADA”, DECÍA MARIANA SOBRE SU FEMINICIDA

Jorge Cortés
El 27 de julio de 2017, la mamá de Mariana Joselin se encontraba a cargo de una sobrina de dos años, por lo que pidió a su hija que acudiera a la tienda a comprar huevo y jamón para el desayuno… Nunca más la volvió a ver con vida

 Jul 28, 2018
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“Sigue doliendo igual, como si fuera ayer”, así describe el primer aniversario luctuoso de su hija Mariana Joselín, raptada, violada y asesinada con saña en la misma calle en la que vivía, en el fraccionamiento Las Américas, en Ecatepec, Estado de México.
Joss, como la conocían sus familiares no fue secuestrada de noche no por andar de fiesta, como suelen adelantar varias personas en estos casos; la joven tampoco se fue con el novio, como sugirieron las autoridades cuando comenzaron a investigar el caso. 
El 27 de julio de 2017, la mamá de Mariana Joselin se encontraba a cargo de una sobrina de dos años, por lo que pidió a su hija que acudiera a la tienda a comprar huevo y jamón para el desayuno. 
Antes de cumplir su tarea, Mariana sacó a pasear a su perro, porque amaba a los animales y soñaba con ser veterinaria. 
La tienda a la que Joss fue está a pocos metros de su casa, por lo que al pasar 15 minutos, su madre decidió salir a buscarla.
En la tienda, a Saira le confirmaron que su hija había estado ahí… y entonces comenzó el calvario que se extendió por horas: los vecinos y familiares buscando en las calles, el recorrido una y otra vez de los pasos que habría seguido Joss para verificar si había algún rastro del huevo y el jamón que compró, y la denuncia formal ante las autoridades… 
Esa noche, Saira y su marido no murieron; horas antes se presentaron en su domicilio policías del Estado de México asignados a investigar la desaparición de Mariana Joselin. Su línea de investigación, como de costumbre, era que la muchacha se había escapado con un hombre.
¿Pero quién antes de fugarse compra huevo y jamón en lugar de llevarse el dinero?
Autoridades aseguraron que vigilarían la zona, pero familiares que hicieron su propio rondín no vieron una sola patrulla. 
Al día siguiente, alrededor de las 7:00 horas, un cuñado de Saira avisó a la mujer que una patrulla se encontraba a las afueras de un local comercial ubicado a pocos metros, en la misma calle. 
Se trataba de una carnicería, que estuvo cerrada las últimas horas. En una de sus paredes exteriores había sido pegada una fotografía de Joss. 
Saira no se movió del sitio. Comenzaron los rumores: habían encontrado los cuerpos de dos jóvenes, horas después la cifra bajó a un cadáver. 
La mujer vio cuando un cuerpo tapado fue sacado del establecimiento. Más tarde, en el Servicio Médico Forense, su esposo le confirmaría que se trataba de Joss. 
Joss fue violada, le abrieron el vientre con uno de los cuchillos utilizados en el establecimiento, y la dejaron tirada en el suelo para que se desangrara. 
“Cada noche me duermo pensando en eso, y me duele el no haber podido estar ahí para abrazarla en su dolor, en su sufrimiento”, contó Saira en abril, en una conferencia dirigida a estudiantes de la Escuela Nacional Preparatoria, plantel 3, de la UNAM. 
¿Quién puedo haber llevado a cabo tan atroz crimen? El presunto feminicida tiene nombre: Juan de la Cruz Quintero, de 28 años, quien a un año no ha sido capturado, a pesar de que se ofrecen más de 500 mil pesos por información que ayude a localizarlo. 
Juan era empleado de la carnicería en la que Joss fue atacada; había dejado de trabajar en el sitio, pero 20 días antes del feminicidio, volvió. 
“Me da miedo su mirada”, decía Mariana Joselin sobre su asesino, de acuerdo con las declaraciones de su madre.
“Yo volteé a ver al tipo y efectivamente tenía una mirada que daba escalofríos”, narró la madre de la víctima, “Yo no podía ir a las autoridades y decir ‘oiga, este señor vio feo a mi hija y nos dio miedo su mirada’; se iban a burlar de mí, me iban a decir ‘señora, usted está loca’”. 

LA CACERÍA

A un año del feminicidio de Mariana Joselin, los asesinos de mujeres siguen caminando entre nosotros. Así lo demuestran algunos de los últimos casos: 
Nancy, estudiante de la UACM, que fue vista por última vez en una base de taxis, y cuyo cadáver apareció en el Estado de México. 
San Juana, de nueve años, raptada, violada y asesinada tras salir a la tienda en Zacatecas. El estado en el que quedó su cuerpo hizo necesario que se le practicaran exámenes de ADN para corroborar su identidad. 
Ana Lizbeth, de ocho años, plagiada en Nuevo León mientras jugaba, y violada y asesinada por un ex policía que ya había abusado de dos menores de edad. 
Saraí cree que Juan de la Cruz Quintero sólo será encontrado si vuelve a matar; en ese sentido, lanzó un reto al sospechoso: “quiero decirle que venga por mí, que aquí lo espero”. 
La mamá de Joss ha pedido en varias ocasiones a la ciudadanía que esté atenta, porque es peligroso que un hombre como Juan no sea localizado, porque esa libertad le permite buscar a su próxima presa, “porque fue lo que hizo con Mariana: la cazó”. 
“Imagino lo qué pasó (Mariana) en las manos de ese asesino”, expresó Saraí en abril, “Y tan sólo de imaginarlo, me duele, me lastima”. 
Este 2018, Saraí considera que dos son sus únicas motivaciones para seguir con vida: ver por su hijo más pequeño, y procurar justicia para Mariana Joselin.
“Mi sentir real es querer estar con ella”, dijo Saraí a Reporte Índigo, “Pero sólo tengo un alma vacía, y un corazón roto”.

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