martes, 31 de julio de 2018

Raul Trejo Delarbre

El triunfo de Bartlett

Aunque forma parte de una variopinta coalición de fuerzas sociales y políticas, la alianza de Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel Bartlett ha sido tan extravagante y -en algún sentido- sorprendente, que ha llamado la atención por sí sola. El 8 de noviembre, cuando junto con otros personajes del PRD y del PRI anunciaron un frente contra la privatización de las industrias eléctrica y petrolera, esos ex gobernadores de Michoacán y Puebla seguramente sabían que su reencuentro público sería un auténtico escándalo en la vida pública mexicana. La declarada animosidad de Cárdenas respecto de Bartlett, a quien hace 15 años acusó de alterar los resultados de la elección presidencial, se convirtió en definición política al menos para muchos miembros del PRD y creó una leyenda negra con la que el ahora senador por Puebla ha tenido que cargar. Ahora, minoritario en su partido aunque, paradójicamente, con más libertad de maniobra política que nunca, Bartlett aprovecha este episodio en favor suyo. Las dudas acerca de la caída del sistema aquel julio de 1988 nunca desaparecerán. Pero de aquí en adelante estarán matizadas por la aquiescencia que Cárdenas le manifiesta tres lustros más tarde. Quizá más que ante una claudicación o una expresión de inconsecuencia política de Cuauhtémoc Cárdenas estamos frente a un reencuentro de viejos correligionarios. El vendaval del 88 los distanció pero antes de esa fecha él y Manuel Bartlett habían forjado una relación estrecha incluso en el terreno personal. En su libro La Herencia Jorge Castañeda relata que la amistad entre esos dos personajes era tan cercana que la madre de uno de ellos, doña Amalia Solórzano viuda de Cárdenas, trataba a Bartlett diciéndole "Manolo". Esa cercanía no era extraña si se considera que ambos eran parte de la misma elite política y tenían trayectorias parecidas. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano nació en 1934 y era hijo del Presidente de la República. Manuel Bartlett Díaz nació en Puebla en 1936 y su padre, oriundo de Tabasco, fue gobernador en esa entidad. En 1957 Cárdenas se tituló como ingeniero en la UNAM; Bartlett se recibió en Derecho dos años más tarde. El primero se fue a estudiar a Francia, Alemania e Italia. Bartlett hizo un posgrado en París. Cárdenas ha dicho que nunca se afilió al PRI aunque en 1966 presidió el consejo técnico de la Confederación Nacional Campesina y nueve años después el consejo del Instituto de Estudios Políticos de ese partido. Bartlett pertenece al PRI desde 1963 y en 1981 era secretario general del partido. En 1969 Cárdenas trabajaba en la Comisión del Balsas y al año siguiente fue subdirector de la Siderúrgica Las Truchas. Bartlett, en esos años, era subdirector y luego director de Gobierno en la Secretaría de Gobernación. En 1976 Cárdenas fue senador del PRI, mientras Bartlett era director de Asuntos Políticos en Relaciones Exteriores. En 1980 el primero de ellos gobernaba Michoacán. El otro, era asesor del secretario de Programación, Miguel de la Madrid. En 1982 ambos se encontraban en la cúspide del sistema político. Gobernador Cárdenas, Bartlett era secretario de Gobernación en la administración federal. En esa fase ocurrieron sus encuentros y desavenencias más intensos. En 1987 Cárdenas, y otros miembros del PRI, formaron la Corriente Democrática para influir en la designación del candidato presidencial. Cuando el presidente De la Madrid resuelve que el candidato sería Carlos Salinas, ese grupo rompió con el PRI y se incorporó al Partido Auténtico de la Revolución Mexicana. Todavía es posible preguntarse por qué De la Madrid y sobre todo su operador político más importante que era el secretario Bartlett, no se esforzaron para impedir la renuncia de esos miembros del PRI. Sobre todo sigue suscitando dudas la aparente pasividad con que el gobierno consintió que el PARM, que jamás había tenido independencia respecto del poder político, se convirtiera en base de apoyo para la candidatura presidencial de Cárdenas. Quizá en esos momentos la relación entre Cárdenas y Bartlett —que también había aspirado a la candidatura presidencial— no era tan distante como sucedió a partir de las elecciones de julio de 1988. Más que de un armisticio, el que ahora protagonizan esos personajes es un reencuentro. Ambos se oponen a las propuestas del gobierno para la industria eléctrica pero el nacionalismo que manifiestan no está sustentado en ningún proyecto de país. Ni Cárdenas ni Bartlett han tenido comportamientos democráticos en sus respectivos partidos y tampoco cuando fueron gobernadores. El reencuentro que ahora protagonizan ha minado la reputación de Cárdenas dentro y fuera de su partido. Bartlett, en cambio, obtiene un triunfo político y personal. A ver cómo le va en la manifestación del día 27, cuando el hecho de andar del brazo con Cuauhtémoc no lo librará de la desaprobación de no pocos perredistas. Correo electrónico: rtrejod@infosel.net.mx Página web: http://raultrejo.tripod.com/

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