A Andrés Manuel no se le apareció 'El Diablo'... ni llegó 'Doña Blanca'
En los detalles está Dios... o el Diablo, en este caso.
Leí en varios medios la lista de los empresarios de Monterrey que llegaron a la comida ayer con López Obrador: Rogelio Zambrano, presidente del consejo de administración de Cementos Mexicanos (Cemex); Enrique Zambrano, presidente de Proeza; Armando Garza Sada, presidente de Grupo Alfa; Federico Toussaint, presidente del consejo de administración de Lamosa; Eduardo Garza T., presidente de Grupo Frisa; Juan Antonio González Moreno, presidente de Gruma y Gimsa; Juan Ignacio Garza, de Caintra; Tomás González Sada, presidente de Cydsa, y Adrián Sada, presidente del consejo de administración de Grupo Vitro.
No vi por ningún lado mencionados los nombres de un hombre y una mujer de negocios de la Sultana del Norte que tienen sobrada relevancia a nivel nacional, tanta que fueron invitados por el Consejo Mexicano de Negocios a participar en el video lambiscón en favor de AMLO. ¿Se acuerdan del numerito lamentable de la Señora Aramburuzabala, Daniel Servitje, Claudio X., Tricio, “El Diablo” Fernández y Blanca Treviño, entre otras figuras empresariales?
El hecho es que en el video más zalamero de todos los tiempos tuvieron un rol estelar dos personalidades del empresariado regio: José Antonio “El Diablo” Fernández de FEMSA y Blanca Treviño de Softek...
Me llama la atención que “El Diablo” y Doña Blanca no hayan estado ayer con López Obrador y su fiel escudero, Alfonso “Poncho” Romo. Una de tres: 1) AMLO excluyó a Treviño y a Fernández por lambiscones; 2) Poncho no les invitó, porque simple y sencillamente al futuro jefe de la Oficina de la Presidencia no se le dio la gana; o 3) “El Diablo” y Doña Blanca, después del papelón que hicieron en aquel video, siguen con sus cabezas metidas en agujeros de la pura vergüenza.
El caso es que Andrés ayer no convivió con el empresario más importante -económicamente hablando- de Monterrey, ni con la única mujer de relevancia en los ambientes de negocios regiomontanos.
O sea, el virtual presidente electo comió con la segunda división del mundo empresarial regio pero, eso sí, en un contexto de misoginia que ya no viene al caso.
Suplico a Don “Poncho” Romo que, para la próxima, invite a dialogar con el Peje a mujeres empresarias de la capital de Nuevo León, que muchas hay, tan honestas y trabajadoras como cualquiera de los super machos con los que ayer comió.
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