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¡Que los indígenas se dediquen a la apicultura; que a ellos les piquen las abejas!, decían con desprecio los conquistadores españoles, narró a La Jornada Oziel Jiménez, quien desde hace 38 años se dedica a esta actividad en la zona rural de Chilpancingo, Guerrero. Señala que la comercialización de la miel, jalea real, polen, propóleo y cera del panal enfrenta una situación difícil debido a que han inundado el mercado productos alterados que se venden a menor precio. Foto José Hernández. José Hernández
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