sábado, 2 de octubre de 2021

 Sebastião Salgado expone en Amazônia su manifiesto político por la ecología

Llega a Italia la magna muestra del fotógrafo y ambientalista

Foto
▲ India yawanawá. Estado de Acre, Brasil, 2016.Foto © Sebastião Salgado/Contrasto
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Sábado 2 de octubre de 2021, p. 2

Roma. Sebastião Salgado (Aimorés, Brasil, 1944) estrenó este viernes la etapa italiana de la gira mundial de su exposición Amazônia en el Museo Nacional de las Artes del Siglo XXI (MAXXI), en colaboración con Contrasto, que muestra 200 fotografías del gran pulmón de la Tierra en peligro de desaparecer por la injerencia humana y el cambio climático.

Presenta una sección dedicada al paisaje y algunas de las etnias que Salgado conoció en siete años de trabajo: tan sólo una decena de las 199 tribus que la pueblan. La exhibición en Roma (hasta el 13 de febrero) forma parte de un periplo internacional que comenzó en París en mayo pasado y que seguirá por Londres (13 de octubre en el Museo de la Ciencia), para continuar en São Paulo, Aviñón y Río de Janeiro.

Salgado es el fotógrafo de lo imposible, el explorador que ha capturado con su Leica rincones y eventos inimaginables poniéndolos a nuestro alcance, mostrando realidades en contextos de guerra, hambruna, genocidios, así como migraciones que han marcado nuestra historia. Sus imágenes, rigurosamente en blanco y negro, siempre han tenido una puntual connotación política, que en este proyecto está más presente que nunca.

La participación de Salgado en primera persona ha incluido, por ejemplo, la recolección de firmas contra la intervención industrial en el Amazonas. Ha denunciado ante la opinión pública la creciente actividad económica del gobierno del jefe de Estado de Brasil, Jair Bolsonaro, que quiere penetrar en los territorios de los indios, eliminar las reservas, y abrir en su totalidad el Amazonas al aprovechamiento industrial, a costa de que destruya la foresta para dar paso a cultivos agrícolas o a mineras.

Salgado denuncia que en la Fundación Nacional del Indio, que protege los intereses indígenas y su cultura desde 1967, ahora Bolsonaro sustituyó a sus jefes principales con personas a favor de los invasores. La exposición ha asumido así una posición abiertamente política.

Giovanna Melandri, presidenta de la Fundación MAXXI, calificó la muestra de manifiesto político e invitó al gobierno italiano a desempeñar su papel en la Cop26 (Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) en Glasgow, Inglaterra, en noviembre.

Salgado expresó en la presentación de prensa que, si bien los indios están amenazados, también están organizados como nunca en asociaciones para luchar por sus intereses y agregó: Mi hijo trabaja en una de estas agrupaciones y como el gobierno brasileño no incluye a los indios en su delegación ante Naciones Unidas, estamos trabajando para llevar a la Cop26 una representación indígena que incluya a las mujeres quienes son las verdaderas depositarias de la cultura. Estamos en contacto con Alberto de Mónaco, Emmanuel Macron (presidente de Francia) y Pedro Sánchez (mandatario de España) que los acogerán en su delegaciones.

El programa de las charlas en la exposición no tratará de estética ni de crítica fotográfica, sino de ecología. Acudirán actores de gobierno como el ministro de Transición Ecológica de Italia, Roberto Cingolani, además de científicos, periodistas y personalidades de redes sociales, entre otros.

Su obra instiga como nunca al espectador a definirse, a tomar partido, a reflexionar, discutir y, sobre todo, a actuar frente a lo que mira. El mensaje pareciera ser: mira estas imágenes majestuosas de un área que ha sobrevivido por millones de años, que resguarda el edén impenetrable de la Tierra, actívate en primera persona para proteger esta belleza incontaminada que te pertenece y de la que depende tu propia vida.

La población de la Amazonia son unas 300 mil personas. En una entrevista el año pasado con Roberto Koch, el editor de Contrasto, Salgado destacó que tal estado de aislamiento hace que los indios del Amazonas sean como nosotros éramos hace 15 o 20 mil años. Son nuestra prehistoria. Estar ahí es vivir con nuestro pasado en el presente.

La música tiene una presencia destacada en la muestra, no sólo por la pista ex profeso de Jean-Michel Jarre, que recrea los sonidos de la selva. Dos salas adicionales proyectan paisajes con melodías de Heitor Villa-Lobos y retratos con banda sonora de Rodolfo Stroeter. Además del concierto en vivo con el despliegue de 250 gigantografías de Salgado con piezas musicales que Villa-Lobos y Philip Glass dedicaron al Amazonas.

La curaduría es de Lélia Wanick, su esposa y compañera de travesías, con quien trabaja codo a codo dede 1973, cuando Salgado comenzó su carrera fotográfica a los 30 años. Lélia diseña sus libros y las exposiciones, y con ella Salgado creó también el Instituto Terra en Brasil, un proyecto de reforestación de 3 millones de árboles en un terreno heredado por sus padres del tamaño de Portugal, del que ahora están recuperando los cursos de agua que alimentan el río que lo atraviesa.

Salgado ha recibido una lluvia de premios y honores, incluso ajenos a la fotografía, como el Praemium Imperiale a la pintura que se le otorgó hace 15 días. El reconocimiento se debió a la potencia de su obra para mostrar la fragilidad del mundo y de sus habitantes. Lo mismo el Premio de la Paz del Comercio del Libro Alemán (2019), asignado a los mayores escritores contemporáneos no a fotógrafos, el motivo se sustentó en que gracias a su obra se entiende la Tierra como un espacio vivo que no nos pertenece sólo a nosotros y que, por tanto, debemos preservar.

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