miércoles, 8 de mayo de 2019

Astillero
Cachetadita, dice Romo // La marcha y el peligro económico // Catastrofismo frente a optimismo // Veracruz: deshacerse del fiscal
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▲ A RECUPERAR CLASES EN LA UAM. El Colegio Académico de la Universidad Autónoma Metropolitana aprobó un ajuste al trimestre que quedó pendiente con la huelga de 93 días que vivió esa casa de estudios. Las clases serán retomadas hoy y el periodo concluirá el 24 de julio.Foto Jesús Villaseca
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a marcha dominical contra el presidente Andrés Manuel López Obrador constituyó el sustento (numéricamente débil, pero importante y susceptible de magnificación para efectos políticos de los promotores) de la ofensiva que desde flancos mediáticos y financieros se ha desatado para subrayar y acentuar los presuntos errores económicos graves del gobierno identificado con la marca 4T.
Apenas pasada la mencionada manifestación de protesta contra el obradorismo, se han sucedido las expresiones de preocupación desde foros y tribunas adscritos al mismo bando de los marchantes dominicales: la economía está en peligro por las pésimas decisiones del Presidente y de su gabinete impreparado, es la leyenda en focos rojos que se está instalando en la marquesina de los espectáculos de la derecha.
Una acometida de estas proporciones contra la mencionada 4T necesitaría una cobertura de tipo social y político, como la habilitada sin mayor organización ni sustancia para caminar en la Ciudad de México con una participación ínfima y equívoca, al parecer con un apresuramiento inexplicable y una vacuidad programática poco explicable en una primera lectura. Hoy, esa caminata, legítima y válida en términos democráticos, pero políticamente deshilachada y vana, tiene sentido como una forma de cobertura y preparación para la embestida en curso contra el manejo económico que ha hecho el obradorismo y sus supuestas consecuencias sumamente adversas para la economía nacional.
El apóstol de la vulgaridad política, Vicente Fox Quesada, tránsfuga de su propia historia, panista-priísta-ahora sin partido, ha brincado de nuevo al tapanco del oportunismo (lo hace día tras día) para tuitear: “Es la ‘economía güey’, dijo el presidente Clinton refiriéndose a que es la variable más importante para un ciudadano. Y es precisamente la mayor debilidad de López”. Diarios internacionales especializados en asuntos económicos también han enumerado los focos rojos que a su entender están colocando en riesgo al país. Comentaristas locales sostienen y reproducen análisis similares.
En el ámbito obradorista se mantiene una postura que llega al extremo del optimismo sin atenuantes. Se asegura y proclama que las cosas van bien, la economía avanza, la inversión extranjera crece, hay apoyo de firmas como Black Rock (el portafolio de inversiones más importante del mundo, máximo poder económico, símbolo actuante del neoliberalismo más crudo), el gobierno de Estados Unidos impulsa y ofrece participar en proyectos de desarrollo en el sur y el sureste mexicanos, el peso tiene una mejorada paridad frente al dólar.
Y, sin embargo, la economía nacional (no) se mueve (como sería de desearse y esperarse). El propio jefe de la oficina presidencial, Alfonso Romo, reconoció ayer (entre desmentidas versiones de que habría presentado su renuncia al cargo, pero el Presidente no se la habría aceptado) que los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) no son tan favorables como habría esperado el obradorismo en el primer trimestre del año en curso: “Hablar de cifras precisas es complejo y difícil, pero el objetivo está en 4 por ciento promedio; no hay duda, pero lo que importa es la tendencia. Este primer trimestre nos dio una ‘cachetadita’ y eso es como cuando uno monta a caballo, te vuelves a subir para saltar mejor”.
La referencia del desgastado Romo a la cachetadita hace recordar a Agustín Carstens Carstens quien, siendo secretario de Hacienda durante la administración encabezada por Felipe Calderón, recurrió a la figura del catarrito para explicar algunos malestares económicos que él adjudicaba a la pulmonía de Estados Unidos.
En Veracruz, mientras tanto, terminaron ayer de montar la anunciada guillotina contra el fiscal general de justicia heredado por el panista Miguel Ángel Yunes al morenista Cuitláhuac García. Transexenal y autónomo, es acusado de errores procesales con presuntas consecuencias favorables para delincuentes. Avanza la remoción cantada.
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