Ciudad perdida
Lucha de Morena en aras de justicia social
Miguel Ángel Velázquez
E
n medio de la asfixia política que padecen, los partidos caminan ciegos y sin idea hacia un no-futuro donde la única opción es la muerte con el formato actual, el renacimiento con una propuesta diferente a sus viejas prácticas y una organización que les permita subsistir al embate de Morena, que busca justicia en todos los ámbitos y pone énfasis en la discusión interna para lograrla.
En Morena caben todos, el acuerdo es único: luchar en contra de la injusticia. Empresarios, comerciantes, intelectuales, profesionistas, la clase media, la burocracia. La lucha se dará, primero, por los pobres, ese es el fundamento, pero luego vendrán las luchas por dar a cada quien lo que cada cual merece.
Ninguna otra reivindicación, sólo justicia, que es mucho y que es todo. La oferta por si sola busca atraer a las mayorías para mantener a su partido al mando del gobierno que promete atender los anhelos de ese sector social que ha quedado rezagado del ámbito de lo justo en las pasadas tres décadas, cuando menos.
Ninguna otra organización política sostiene una oferta tan atractiva para los habitantes de un país que ha sufrido desde los más duros autoritarismos hasta las reacciones enloquecidas de quien nunca debió llegar a la Presidencia, pasando desde luego por el mal consejo del los efluvios posteriores a las noches en las que se pierde la sobriedad, o la corrupción desatada.
Para la defensa de todos los males se culpó del desastre a la política, cuando fue la perdida total de la identidad filosófica lo que permitió la destrucción de casi todos los valores sociales, de casi toda la economía, de casi toda la justicia. Ni los partidos tradicionales de derecha ni los de izquierda esquivaron la ola del poder enrarecido.
En este espacio, el 6 de agosto de 2013 hablamos de cómo nació el Pacto por México (el nombre original que consta en el texto que leyó Manuel Camacho unos días después de que se declaró a Enrique Peña presidente electo es: Reconciliación de México: legalidad, mandato popular y bases para un acuerdo nacional) y en el documento se proponía ya, aunque con algún condicionamiento, la idea de juntar al PRI, al PAN y al PRD con la idea que establecía el escrito.
Hoy que los bandos han quedado claros por su quehacer más que por sus ideas, no estaría nada mal que los partidos de aquel
pactose unieran para crear una organización de derecha en la que cupieran los que sin recato ideológico pensaban en construir aquel monstruo de poder.
El PRI, el PAN y el PRD, unos más que otros, viven una agonía a la vista de todos. Bajo sus actuales formas han cancelado su futuro, y para decirlo con claridad: las cúpulas partidistas de esas organizaciones se llevan bien, se entienden bien, se conocen bien, y parece que piensan igual. Por eso, ¿qué esperan? Fuera caretas señores.
De pasadita
Rubén Blades, el cantante y político lo diría así:
La vida te da sorpresas, sorpresas...Esto porque el lunes 29 de abril se vio entrar a Palacio Nacional al diputado Héctor Serrano. Su permanencia allí fueron dos horas, de 10 a 12 del día, y los que lo vieron salir aseguran que se le veía feliz.
Hasta donde nos dijeron, Serrano iba con Mario Delgado, líder de los diputados de Morena. Eran los momentos en los que se discutían leyes tan importantes como la de la austeridad y se pensaba en el periodo extraordinario que ya se inició. ¿Con quién y para qué estuvieron esos dos personajes en Palacio Nacional? Se reciben apuestas.
Inconformes acudirán ante la CIDH
La SCJN autoriza la norma para el etiquetado de alimentos y bebidas
▲ Integrantes de varias ONG protestaron en la Secretaría de Salud por lo que llaman anomalías en el etiquetado de productos.Foto Cuartoscuro
Gustavo Castillo y Ángeles Cruz
Periódico La Jornada
Jueves 9 de mayo de 2019, p. 31
Jueves 9 de mayo de 2019, p. 31
Por tres votos a dos, la segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) avaló la norma que rige el etiquetado de alimentos y bebidas y negó la protección de la justicia federal a las organizaciones civiles que exigían –y que en dos instancias del Poder Judicial de la Federación habían obtenido la razón– que se modificara la manera en la cual se informa a los consumidores sobre el contenido de azúcares, grasas y sales que contiene cada producto.
Los ministros Fernando Franco y Javier Laynez Potisek votaron en contra de la propuesta de Yasmín Esquivel Mossa; al respecto, Alejandro Calvillo, dirigente de la organización civil El Poder del Consumidor, dijo que
se recurrirá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y vamos a tener en menos de dos años una resolución de la comisión.
Agregó que la evidencia está ahí, por lo que también el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) se manifestó en contra, ya que es un etiquetado que hizo la industria y responde directamente a sus intereses; hay que decirlo: ya en este año viene la revisión del etiquetado y ya se verifica esta norma”.
Tras el fallo, Calvillo dijo que
es una sentencia que se basa en falsedades; la respuesta que nos dieron los organismos de Naciones Unidas en el sentido de que ellos no respaldan los criterios que tiene el etiquetado actual.
Esta organización civil obtuvo dos triunfos en los tribunales mexicanos, incluso el proyecto original que se discutió en la Corte y que fue elaborado por el ministro Fernando Franco daba la razón a las organizaciones civiles, pero por mayoría de votos su propuesta fue desechada y correspondió a la ministra Esquivel Mossa presentar la resolución que este miércoles se discutió y se aprobó.
El Poder del Consumidor insistió en que el actual etiquetado no es entendible para los consumidores y que sus criterios nutrimentales no corresponden con las recomendaciones de organismos nacionales e internacionales.
Recordó que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios y la Secretaría de Salud (Ssa) han anunciado que se revisará el actual etiquetado, con base en evidencia científica.
Apenas el viernes pasado, la Ssa fijó su postura. Aseguró, con base en dos estudios realizados por el INSP que el actual etiquetado es
deficiente e incomprensiblepara la población, por lo que debía ser cambiado por uno de advertencia con el fin de reducir y controlar el problemas de sobrepeso, obesidad y diabetes que vive el país.
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