sábado, 11 de mayo de 2019

COLUMNAS

Se mete o meten a @SGarciaSoto en el @El_Universal_Mx a la guerra sucia de encuestas contra @lopezobrador_

@FedericoArreolasáb 11 may 2019 09:51
Algo huele mal en los medios que insisten en bajar a AMLO
Algo huele mal en los medios que insisten en bajar a AMLO
Foto propiedad de: internet

Hay periodistas que siempre tienen información “privilegiada”, pero a los que invariablemente alguien desmiente.
Por ejemplo, no sé si Raymundo Riva Palacio mintió o le mintieron sus  fuentes. El hecho es que al columnista de El Financiero le dieron información falsa: que había renunciado Alfonso Romo al gobierno y que AMLO no le había aceptado la renuncia.
Sobre esa polémica, el único dato duro, objetivo, irrefutable que tenemos es que tanto Romo como Andrés Manuel negaron lo publicado por Raymundo. O sea, el columnista difundió algo que de plano no era verdad.
No sé si alguien del equipo del presidente López Obrador le dijo a Salvador García Soto, columnista de El Universal, que en las encuestas de la Presidencia de la República la aprobación de Andrés Manuel ha caído 10 puntos.
Si eso le dijeron al periodista de El Universal, le mintieron, de plano.
Conozco a Andrés Manuel, he trabajado con él asuntos de encuestas, así que entiendo su estilo. Estoy en condiciones de asegurar que ninguno de sus colaboradores que tienen contacto con los medios —esto es, que participan en el juego de pasar chismes a los columnistas— tiene acceso a las encuestas de la Presidencia de la República.
Las encuestas de Andrés Manuel solo las conocen Andrés Manuel y los técnicos que las realizan. No las comparte con nadie más. Y tales técnicos no se llevan con periodistas.
Sé de lo que hablo porque participé muy cerca de AMLO en la campaña presidencial de 2006 y estuve a su lado hasta 2011. Uno de los temas en los que yo me metía era el de las encuestas.
Sé cuál es el estilo y, por lo tanto, puedo afirmar que, sin duda, quien haya sido la fuente del columnista García Soto, lo engañó.
Andrés Manuel conoce a sus colaboradores. Está al tanto de quiénes son los que más chismes pasan a la prensa, por lo tanto es a los que menos información sensible les comparte.
AMLO no se enoja con los chismosos de su equipo, simplemente entiende que esa es la naturaleza del político mexicano, la acepta, pero tiene cuidado: no les cuenta nada que no quiere que se sepa.
No, Andrés Manuel no ha caído 10 puntos en las encuestas de la Presidencia de México ni en ninguna otra encuesta seria. El columnista de El Universal, con evidente descuido, da una información claramente falsa o imprecisa: dice que en las mediciones de Roy Campos, AMLO ha caído 10 puntos. El hecho es que, por lo menos en lo que Roy publica diariamente en El Economista, no es así.
En el #aprobAMLOmetro de ese periódico —copia chafa del AMLOVEmetrics de SDP Noticias, por cierto— la aprobación de Andrés Manuel ha caído menos que la mencionada cifra. ¿Era necesario que el columnista García Soto diera datos tan imprecisos? 
Buscando en internet “aprobación de AMLO cae 10 puntos”, encontré que la principal referencia es una volada de Ricardo Alemán, sí, el tipo que fue despedido de varios medios porque sugirió que era necesario matar a Andrés Manuel. ¿A ese personaje tan excesivamente apasionado, por decirlo amablemente, le cree García Soto?
En fin, la precisión, cuando se habla de números, importa. Así las cosas, mañana en la tarde daremos a conocer en SDP Noticias una encuesta para saber si el presidente de México ha cumplido o no con las expectativas de la gente, esto es, la aprobación de Andrés Manuel. Compararemos con el dato anterior que la encuestadora Opinión Publica, Marketing e Imagen dio a conocer a los 100 días de gobierno.
Tales números se publicarán en el semanal AMLOVEmetrics que realiza la mencionada casa encuestadora en colaboración con la empresa consultora Social Research Solutions. Ya veremos si Andrés subió o bajó o se quedó igual… o todo lo contrario.
La idea es ir más allá de la grilla mediática relacionada con los recortes al gasto en publicidad oficial y con la nueva política de ya no entregar recursos a periodistas en lo personal, esto es, la de solo contratar empresas que justifiquen audiencias de millones de personas.

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