Andrés Manuel, suplico usar y promover el cubrebocas. Por la atención, gracias
Cito enseguida lo que expresó el presidente de México en Oaxaca, reflexionando sobre un aspecto particular de la crisis de la pandemia: la razón de por qué el coronavirus nos ha golpeado tanto a los mexicanos:
“Pero sí nos pegó más que en otros países un tema que tiene que ser motivo de análisis, de reflexión. Nos pegó mucho esta pandemia y han perdido la vida muchos mexicanos porque se padecía de enfermedades crónicas (…)como la hipertensión, como la diabetes, como la obesidad”.
No hay dietas milagrosas y todas son caras, pero sí funciona una telilla barata
No vamos a adelgazar milagrosamente los mexicanos. Es decir, si el virus nos alcanza así de gordos como estamos, seguiremos sufriendo un elevado riesgo de muerte. Quizá, si hacemos la tarea ahora, en la próxima pandemia estaremos menos obesos y, por lo tanto, más en forma para resistir la enfermedad. En este momento ello no es posible. En ciertas ciudades de Texas, el Covid se ha convertido en un desastre porque nuestros paisanos, tan rechonchos como cualquiera de nosotros, simple y sencillamente no tienen salud suficiente como para defenderse.
Lo que sí podemos hacer, y mucha gente está en ello, es protegernos de una manera barata: usando mascarilla. Dice Andrés Manuel que él no la usa porque los especialistas del gobierno —Jorge Alcocer y Hugo López-Gatell, secretario y subsecretario de Salud, respectivamente— le han dicho que sí mantiene la sana distancia el cubrebocas no es necesario.
Evidentemente si alguien puede permanecer siempre alejado de las otras personas es el presidente de México. Pero la suya es una situación especial, quizá única. Desde luego que AMLO no necesita mascarilla para evitar el contagio, ya que nadie se le acerca, ni siquiera sus colaboradores principales. Pero el resto de los mexicanos, si salimos a la calle, al trabajo, a hacer deporte o a los restaurantes, no tenemos ninguna posibilidad de impedir que otras personas pasen a nuestro lado.
A quienes no somos presidentes de México lo único que puede protegernos —y proteger a los demás— es la mascarilla o cubrebocas.
Andrés Manuel debería usarla siempre para dar ejemplo. No para protegerse, sino para alentar a la gente a usarla prácticamente en cualquier circunstancia. Y debería exigir a su equipo hacer lo mismo.
El propio gobierno recomienda el cubrebocas. A pesar de que al principio, erróneamente, López-Gatell se burló del uso de la mascarilla, ya ha cambiado su discurso. Pero solo su discurso. Afectado por un virus también terrible, el de la desmesura —ataca a los políticos y les genera la mortal enfermedad del poder, hibris— , el jefe de la estrategia contra la pandemia no utiliza normalmente la telilla para taparse la boca y la nariz, creo que por dos razones: (i) una funcionaria a la que ve como rival en el futuro, Claudia Sheinbaum, ha sido la más entusiasta defensora de la mascarilla, y (ii) no quiere contradecir al presidente López Obrador.
Por cierto, Andrés Manuel ha dicho que él hará lo que digan los científicos. López-Gatell es epidemiólogo, pero no físico. La utilidad de la mascarilla pueden demostrarla con mejores argumentos que los profesionales de la medicina, las personas especializadas en el estudio de la física, como la doctora Sheinbaum. ¿No debería el presidente de la república preguntarle su opinión a la jefa de gobierno de la capital mexicana?
La OMS ya recomienda el cubrebocas
Leí un estudio de la Organización Mundial de la Salud, “Recomendaciones sobre el uso de mascarillas en el contexto de la COVID-19. Orientaciones provisionales 5 de junio de 2020”. Lo sintetizo:
√ “Los gobiernos deberían alentar al público general a que use mascarilla en situaciones y entornos específicos como parte de un enfoque integral para interrumpir la transmisión del SARS-CoV-2”.
√ Enseguida “ejemplos de situaciones o entornos donde se debe alentar al público general a usar mascarilla médica o de otro tipo en zonas donde se ha confirmado o se sospecha la transmisión comunitaria”.
I.
En “zonas de transmisión extensa confirmada y capacidad escasa o nula para aplicar otras medidas de contención tales como el distanciamiento físico, la localización de contactos, las pruebas apropiadas, el aislamiento y la atención de los casos presuntos y confirmados”.
La población en general debe usar la mascarilla si:
Se mueve “en entornos y situaciones públicos tales como las tiendas de comestibles, los centros de trabajo, las reuniones sociales, las reuniones multitudinarias, los entornos cerrados, incluidas escuelas, iglesias, mezquitas, etcétera”.
II.
En “lugares densamente poblados donde no se puede lograr el distanciamiento físico; vigilancia epidemiológica y capacidad para efectuar pruebas, y medios de aislamiento y cuarentena escasos”. Es lo que ocurre en no pocos barrios y pueblos de nuestro país.
Las personas deben usar el cubrebocas si:
“Viven en condiciones de hacinamiento”, lo que desgraciadamente ocurre en muchos lugares de México.
III.
En “entornos donde no puede lograrse el distanciamiento físico”,
El público en general debe usar el cubrebocas:
“En el transporte público (por ejemplo, autobuses, aviones, trenes)”. Y también en “condiciones de trabajo específicas que ponen al empleado en contacto estrecho real o potencial con otros, por ejemplo, asistentes sociales, cajeros, camareros (meseros, mozos)”. A eso se refería el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, cuando dijo que la mascarilla es un factor de recuperación económica: no se pueden realizar actividades productivas sin ella.
IV.
En “entornos donde no se puede lograr el distanciamiento físico y hay un riesgo mayor de infección o desenlaces negativos”.
Deben usar el cubrebocas:
Los grupos vulnerables: personas de más de 60 años de edad o con “enfermedades concomitantes, tales como afecciones cardiovasculares o diabetes sacarina, neumopatía crónica, cáncer, enfermedad cerebrovascular, inmunodepresión”.
Posibles beneficios o ventajas del uso de la mascarilla:
√ “Posible disminución del riesgo de exposición a personas infectadas antes de que estas presenten síntomas”.
√ “Posible reducción del estigma de las personas que usan mascarillas para no contagiar a otros (control de fuentes) o de las personas que atienden enfermos de COVID-19 en entornos que no son clínicos”.
√ “Hacer que las personas sientan que pueden contribuir activamente a atajar la propagación del virus”.
√ “Posibles beneficios sociales y económicos. Habida cuenta de la escasez mundial de mascarillas quirúrgicas y EPP, alentar a la gente a crear sus propias mascarillas de tela puede fomentar los emprendimientos individuales y la integración de la comunidad”.
√ “La fabricación de mascarillas de uso general representa una fuente de ingresos para quienes pueden elaborar mascarillas en su comunidad”.
√ “Las mascarillas de tela pueden asimismo ser una forma de expresión cultural que estimule la aceptación pública de medidas de protección en general”.
√ “La reutilización sin riesgos de las mascarillas de tela puede además reducir los costos y el despilfarro y contribuir a lograr la sostenibilidad”.
Posibles riesgos o inconvenientes del cubrebocas:
√ “Posible aumento de la contaminación de la mascarilla por el usuario debido a la manipulación de esta, seguida del tocamiento de los ojos con las manos contaminadas”.
√ “La posibilidad de contaminación que puede ocurrir si el usuario no cambia una mascarilla que se ha humedecido o ensuciado. Esto puede crear condiciones favorables para la multiplicación de microrganismos”.
√ “La posibilidad de dolor de cabeza o dificultades para respirar, según el tipo de mascarilla usada”.
√ “La posible aparición de lesiones cutáneas de la cara, dermatitis irritativa o empeoramiento del acné cuando las mascarillas se usan por muchas horas”.
√ “Dificultades para comunicarse claramente”.
√ “Posible incomodidad”.
√ “Una falsa sensación de seguridad que puede propiciar una observancia menos rigurosa de otras medidas preventivas esenciales como el distanciamiento físico y la higiene de las manos”.
√ “Observancia deficiente del uso de la mascarilla, especialmente por los niños de corta edad”.
√ “Problemas de eliminación de desechos; la eliminación incorrecta de las mascarillas puede aumentar la basura en lugares públicos, el riesgo de contaminación de los trabajadores que limpian las calles y el peligro ambiental”.
√ “Dificultades de comunicación para los sordos que dependen de la lectura de los labios”.
Las desventajas son menores que las ventajas:
Se ha aceptado en todo el mundo que la mascarilla ayuda a evitar contagios. Desde luego, los gobiernos más serios educan a la gente con recomendaciones como las de la propia OMS y aun proveen un cubrebocas por habitante:
√ “Comunicar claramente la finalidad de usarla, dónde, cuándo, cómo y qué tipo de mascarilla es conveniente”.
√ “Explicar lo que el uso de la mascarilla puede lograr y lo que no, y comunicar claramente que esto es parte de una serie de medidas junto con la higiene de las manos, el distanciamiento físico y otras que son necesarias en su totalidad y se refuerzan mutuamente”.
√ “Informar o capacitar a la gente sobre cuándo y cómo usar la mascarilla sin riesgo, es decir, cómo colocársela, usarla, quitársela, limpiarla y descartarla”.
El gobierno de México trata de educar en el uso correcto del cubrebocas
Aunque los doctores López-Gatell y Jorge Alcocer no quieren predicar con el ejemplo, es decir, utilizando ellos mismos, en público, la mascarilla, la Secretaría de Salud informa sobre su uso adecuado:
Otros expertos lo recomiendan:
En la página web de los Hospitales Ángeles se dice esto sobre el cubrebocas
√ "Antes de colocarlo, lávate las manos correctamente".
√ "Revisa cuál es el lado correcto (las costuras gruesas corresponden a la parte interna del cubrebocas), ten mucho cuidado de no usarlo por el reverso".
√ "No dejes que entre en contacto con superficies que puedan estar contaminadas (muebles, piso, etc.)".
√ "Al colocarlo, es muy importante que tus manos no toquen la parte interna".
√ "Ajústalo a tu cara, cuida de cubrir completamente tu boca y nariz".
√ "Mientras lo traigas puesto no lo toques. Si por cualquier razón lo haces, lávate las manos o límpialas con un gel a base de alcohol".
√ "No lo compartas con nadie, es de uso personal".
√ "Aun cuando utilices el cubrebocas, debes estornudar y toser en el ángulo interno del codo o con un pañuelo.
√ "Su utilización no debe extenderse más de un día. Incluso, algunos expertos consideran que es conveniente cambiarlo cada cinco horas".
¿Cuándo desecharlo?
√ "Si el cubrebocas se humedeció, retíralo inmediatamente y deséchalo".
√ "Retíralo si está roto, desgastado o tiene alguna perforación".
√ "Si visitaste a un enfermo, también retíratelo y deséchalo".
√ "No lo uses en el cuello o en la cabeza".
¿Dónde y cómo desecharlo?
√ "Para quitarlo, hazlo por detrás (no toques la parte delantera del cubrebocas)".
√ "Una vez retirado, deséchalo inmediatamente. Colócalo en una bolsa, ciérrala y márcala con la leyenda 'residuo sanitario'...".
√ "No olvides lavarte de inmediato las manos con agua y jabón".
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