▲ Integrantes del pueblo kumiai, nativo de México y Estados Unidos, se plantaron ayer frente a las máquinas que remueven el terreno para construir el muro de 10 metros de altura ordenado por Donald Trump en la frontera Tecate-Tecatito, que implica la separación de familias y la destrucción de sus tierras sagradas y cementerios ancestrales. Durante la protesta, visitantes del otro lado de la frontera y residentes de Tecate se abrazaron; advirtieron que nadie les va a decir lo que deben hacer. Foto Omar Martínez / La Jornada Baja California
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