Pide a Mouriño que acepte, ahora que políticamente anda agarrando la pierna al que se deja
AMLO no quita el dedo del renglón sobre el debate en materia energética
Plantea al gobierno calderonista 10 puntos para atenuar el impacto por la recesión en EU
Ciro Pérez Silva
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Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia de prensa
Foto: Cristina Rodríguez
Andrés Manuel López Obrador insistió ayer en su llamado a debatir sobre el intento oficial “y el acuerdo PRI-PAN en el Congreso” para privatizar el petróleo, luego de señalar que “el único que balbució algo sobre aceptar este debate en una primera instancia fue el panista (Santiago) Creel, pero ya se echó para atrás”.
El tabasqueño también se refirió ayer en conferencia de prensa a la entrevista que sostuvieron el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y la presidenta del Congreso, la perredista Ruth Zavaleta. “Sería muy bueno que Mouriño, ahora que anda visitando, de afanosito, agarrándole la pierna a todo el que se deja, políticamente hablando, que de una vez aceptara debatir”.
López Obrador se dijo dispuesto a plantear el rechazo a esta medida “entreguista” en el mismo Congreso, aunque, precisó, “todo depende de la presentación de la iniciativa, porque el acuerdo que han tomado los legisladores del Frente Amplio Progresista es que al momento que se presente en el pleno se iniciará una huelga legislativa y nosotros vamos a convocar a los ciudadanos a actos de resistencia civil”.
De eso depende, dijo, su presencia en el Congreso, “pues ahora sí que no va a estar ahí ni Creel ni (Manlio Fabio) Beltrones ni (Emilio) Gamboa y menos Mouriño; ellos van a estar en sus búnkers, ahí donde se refugian. Lo mismo que el pelele de Calderón. Pero nosotros vamos a estar en la calle si es necesario, y los legisladores nuestros en huelga legislativa, para impedir que se lleve a cabo cualquier reforma que signifique entregar el petróleo a extranjeros”.
Esto lo dijo el tabasqueño luego de que, por segunda ocasión en cinco meses, llamó “al gobierno usurpador y sus instituciones responsables” a tomar medidas urgentes para evitar que el malestar económico provocado por la recesión de Estados Unidos se agrave y provoque mayores pérdidas en la producción y en el empleo.
López Obrador lamentó que al título de “espurio” Felipe Calderón sume los de “frívolo e ineficiente”, pues cuando el pasado 23 de agosto “le advertimos sobre las graves implicaciones que tendría para México el debilitamiento económico de Estados Unidos, no sólo no tomó ninguna acción para apoyar el aparato productivo y el consumo familiar, sino que se empeñó en gravar las prestaciones sociales, aumentó impuestos a empresas medianas, así como los precios de las gasolinas y el diesel”.
El tabasqueño propuso así a Felipe Calderón 10 medidas urgentes, pues, de no tomarse, “el estancamiento o, peor aún, la recesión en Estados Unidos, mantendrá el letargo de actividad económica de nuestro país por lo menos dos años más, mientras que el mayor desempleo y las repatriaciones de trabajadores migratorios crearán un clima social sumamente crítico”, aseveró.
Los puntos que debería implementar “el gobierno usurpador”, dijo López Obrador, son: reducir los precios de los energéticos con apoyo de un programa de reducción de costos y aumento de eficiencia; el excedente de ingreso petrolero debe canalizarse sin demora a la inversión en el sector energético. Se debería iniciar de inmediato la construcción de las tres refinerías que hacen falta para dejar de comprar la gasolina en el extranjero.
Reducir el gasto corriente y la operación del gobierno “espurio” en 200 mil millones de pesos, eliminando partidas destinadas a garantizar privilegios de los altos funcionarios públicos; exigir la revisión del Tratado del Libre Comercio. “Esta revisión que hasta hace poco parecía una herejía contra el libre comercio, hoy es una demanda de la mayoría de candidatos presidenciales de Estados Unidos.
Destacó que es indispensable poner en marcha un programa inmediato de empleo, para atemperar los efectos que tendrá la recesión estadunidense sobre el flujo migratorio; derogar el impuesto empresarial de tasa única, para evitar golpear injustamente a empresas y contribuyentes pequeños y medianos que por falta de recursos no pueden realizar las compras de activos para reducir su carga fiscal.
No retrasar más las acciones contra abusos de los monopolios y oligopolios tanto de precios como de prácticas anti-competitivas; examinar cuidadosamente las implicaciones de la falta de competitividad para la balanza de pagos, pues la razón por la que la pérdida de competitividad de la industria no ha frustrado la estabilidad macroeconómica es el alto precio del petróleo, mismo que oculta el deterioro de la cuenta no petrolera.
“Si este déficit no se corrige, México quedará expuesto a fuertes ataques especulativos contra el peso, sobre todo al bajar el precio del petróleo; hay que adecuar los programas sociales oficiales para reducir el costo de la burocracia administrativa y proveer la ayuda a las familias beneficiarias de manera directa. Estos apoyos deben llegar a la población más golpeada por la crisis económica y bienestar social. El Congreso mexicano y el gobierno usurpador deben defender, ahora más que nunca, con dignidad y energía. los derechos humanos de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.”
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