El asesinato de Eugenio Garza Sada
El 17 de septiembre de 1973 don Eugenio Garza Sada, uno de los más notables y emprendedores industriales del país, murió acribillado por un grupo de jóvenes socialistas armados que intentaron secuestrarlo. Su muerte conmocionó a importantes sectores del país y miles de personas asistieron a su funeral, en el cual los empresarios expresaron una enérgica protesta contra el gobierno de Luis Echeverría.
Lo estrepitoso y violento de su muerte contrastó con la vida que don Eugenio había llevado: a pesar de su fortuna era un hombre modesto y austero. Después de muerto fue el prototipo del empresario con sentido humano, impulsor de empresas que fueron cabeza del proceso de industrialización nacional: Se le consideraba la cabeza de lo que por décadas se conoció como Grupo Monterrey.
Fue además fundador del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, ideado originalmente no como negocio educativo, sino como espacio alterno de formación de los técnicos y administradores que, en opinión de Garza Sada, necesitaba la industria nacional. Contribuyó así de manera efectiva a la educación superior en México.
A Garza Sada sus admiradores lo recuerdan como el multimillonario que usaba un auto anticuado y vestía sencillamente, que rechazaba consumos ostentosos y utilizaba sus ganancias para crear más empleos y mejorar las condiciones de vida de sus obreros y empleados.
Su muerte fue resultado de la profunda división que experimentó la sociedad mexicana desde los años sesenta, cuando muchos jóvenes que veían canceladas las posibilidades de participación y transformación pacífica de un sistema político vertical y autoritario, buscaron cambiar las cosas por la vía violenta. En su lucha contra el estado y el sistema capitalista, identificaron a los empresarios nacionales como sus enemigos, de ahí que no fuera nada raro que planearan secuestrar a Garza Sada, sólo que el recio empresario, de 81 años de edad, no estaba dispuesto a dejarse secuestrar para alimentar la espiral de violencia, y anunció que haría frente a quienes lo intentaran. Sus dos escoltas aceptaron el riesgo, de modo que cuando un comando de valientes jóvenes de la Liga Comunista 23 de Septiembre intentó raptarlo, se desató una balacera en la que perdieron la vida don Eugenio y sus escoltas, Bernardo Chapa y Modesto Hernández, y dos de los guerrilleros.
Para saber más:
José Fuentes Mares, Monterrey: una ciudad creadora y sus capitanes.
Fritz Glockner, Los años heridos: La historia de la guerrilla en México, 1968-1985.
José Fuentes Mares, Monterrey: una ciudad creadora y sus capitanes.
Fritz Glockner, Los años heridos: La historia de la guerrilla en México, 1968-1985.
(Este es el texto, íntegro, que se publicó en la página del INEHRM el 17 de septiembre, y que provocó la ira de la derecha intolerante)
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