¿Qué te pasó Ricardo Monreal?
Por: Jorge Gómez Naredo (@jgnaredo)
30 de agosto de 2017.- Ricardo, ¿qué te pasó? Por qué esa rabia en contra de Morena y de Andrés Manuel. Por qué de repente tú, que te considerabas un soldado en la lucha por rescatar a México, decidiste ser un show, participar en un show, servir en un show.
¿Qué te pasó, Ricardo?
¿Acaso las ansias que tienes de ser candidato al gobierno de la Ciudad de México te nublaron los ideales y te secaron las ganas de transformar a este país? ¿Acaso es que te convertirse, de un día para otro, en un “ambicioso vulgar”? De verdad, Ricardo, ¿vas a tirar por la borda ese capital político y esas simpatías que, con tanto trabajo, te habías granjeado como parte de un movimiento que busca cambiar de fondo a este país? ¿De verdad, Ricardo, lo vas a hacer?
Ricardo, tú participaste en un proceso de selección. No sé si sea el mejor, pero es el que hubo y es el que, en conjunto, quienes participan en Morena, decidieron utilizar. Y todos estuvieron de acuerdo: Claudia, Martí, Mario y tú. Ese método de selección tiene sus ventajas, y quizás también sus desventajas. Pero fue el que se acordó de común acuerdo. Y perdiste. Y ahora te prestas para golpear a Morena y a tus compañeros.
¿No te parece raro que los medios de comunicación, que los personajes que tú siempre criticaste, ahora te abran las puertas y te llenen de halagos y te digan que vas bien, que qué bueno que haces los que haces, que duro con el Peje, que duro con Morena, que tú ganas vayas con quien vayas? De verdad, Ricardo, ¿no te parece raro todo eso? ¿Las más de 18 entrevistas de ayer? ¿Las lisonjas y las alabanzas de los que, hace unos meses, te tachaban de corrupto, de lo peor, de lo malo que hay en este país?
Ricardo, ¿recuerdas tu anterior paso como diputado federal? Todavía no existía Morena, pero tu discurso era duro contra esos que querían descarrillar un proyecto de nación que ponía, como eje central, la lucha contra la corrupción, el no venderse, el no ser un político fantoche, el acabar con tanta injusticia en el país. ¿Lo recuerdas? Ahí te ganaste a mucha gente. Te hiciste respetar. Eso te permitió que te votaran como jefe delegacional en la Cuauhtémoc. Pero eso no indica que te hayas “ganado” la candidatura al gobierno del Distrito Federal. Hay en Morena mucha gente que ha hecho méritos como tú, que tiene perfiles mejores que el tuyo, que tiene mayores simpatías, y eso lo debes entender.
Pero, ¿hoy qué te pasa? ¿Por qué los insultos a tus compañeros? ¿Por qué pareces un ambicioso vulgar que se emberrincha porque no gana lo que desea? ¿Acaso no piensas que la transformación de este país es una cuestión colectiva? ¿Acaso no piensas que hay veces que, en un partido político, se gana, y otras en que se pierde?
¿Qué te pasa Ricardo? No te reconocemos.
Tú eras de los que presumía su “lealtad” a Morena. Pero no a Morena como un conjunto de liderazgos, sino a Morena como un proyecto político. Y mírate hoy, renegando de Morena, no porque este organismo haya cambiado de ideales o de aspiraciones, sino porque en un proceso de selección de candidato, los resultados no te beneficiaron.
Ricardo, ¿qué pasa contigo?
Hay quienes dicen que te vendiste, que te compraron, que el show del cual hoy eres protagonista, no fue provocado porque los resultados no te beneficiaron, sino que se planeó con antelación, como parte de una estrategia para golpear a Morena y para perjudicar las amplias posibilidades que tiene ese organismo político de ganar la presidencia de la República. ¿Es eso, Ricardo? ¿Acaso fue así? ¿Acaso te llegaron al “precio”?
Ricardo, el proceso de selección en el cual participaste no lo ganó cualquier persona. Lo hizo Claudia, mujer con experiencia, mujer que ha luchado, que ha estado ahí, buscando por todos los medios posibles la transformación del país. Una mujer que debería ser orgullo de todos los capitalinos. Y tú, todo lo quieres mirar como un proceso “sin transparencia”, como un proceso “sin democracia”, como un proceso “turbio”, como un proceso que afecta tu dignidad. En esas falacias que hoy mencionas, muchos presentadores de noticias, “analistas” y dirigentes de partidos que siempre han sido enemigos de Morena, te apoyan. No te apoyan porque tú estés dando una batalla heroica, te apoyan porque saben que haciéndolo, golpean a Morena y Andrés Manuel. Para ellos eres el medio, no el fin.
¿Acaso no te das cuenta?
Tú no eres una persona tonta. Eres inteligente, y seguramente entiendes todo lo que estás provocando. Por eso tu actitud es más preocupante: ¿qué te pasó, Ricardo? Dinos, ¿qué te pasó?
Tus discursos se escuchan huecos. Como hipócritas. Desde hace ya tiempo que tus palabras tenían firmeza, calaban hondo en quienes te escuchaban. Por eso ganaste simpatías. Pero hoy, esas palabras tuyas parecen como un discurso de Enrique Peña Nieto. Como una alocución de Felipe Calderón. Como un cantinfleo de Vicente Fox. ¿No te das cuenta de eso? ¿No te das cuenta que hoy, con tus actitudes, te estás convirtiendo en un el muñequito preferido de quienes desean que Morena desaparezca o sea un fracaso permanente? ¿Acaso para esto luchaste tanto, para convertirte en un trapo de quienes desean que este país siga siendo injusto y corrupto?
Es prácticamente un hecho que te irás de Morena y te transformarás en un enemigo acérrimo del movimiento que ayudaste a formar y a consolidar. Serás, por un tiempo, el juguetito preferido de los que te atacaron siempre, de los que te humillaron, de los que te denostaron, de los que quieren que este país no cambie jamás.
Ricardo, ¿acaso en estos días no te has puesto enfrente de un espejo y te has mirado detenidamente? Quizás si lo hicieras, te darías vergüenza.
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