miércoles, 25 de abril de 2018

El avión del terror en el que viaja EPN y AMLO quiere vender a Trump

@FedericoArreolamar 24 abr 2018 07:00
 
  
 
La única vez que el talentoso Videgaray se equivocó no por hacer un mal cálculo, sino por calcular económicamente lo que era un tema político
La única vez que el talentoso Videgaray se equivocó no por hacer un mal cálculo, sino por calcular económicamente lo que era un tema político
Foto propiedad de: Internet

“Cuando se viaja en avión solamente existen dos clases de emociones: el aburrimiento y el terror”. Orson Welles
Ha dicho el presidente Enrique Peña Nieto que el avión presidencial ni es de él ni, tampoco, de Andrés Manuel López Obrador.
Pero EPN, como presidente, podría ordenar su venta. De hecho, en 2015, Peña Nieto ordenó a su entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, analizar si convenía o no vender esa aeronave cuya compra fue decidida en el periodo de Felipe Calderón.
Videgaray llegó a la conclusión de que, en términos económicos, no era conveniente vender el avión presidencial.
Recuerdo que le dije a un importante funcionario que esa era la primera vez que veía al talentoso Videgaray equivocarse: “Porque el tema no es comercial, sino político, de imagen del presidente de la República. No vender el avión será el mayor error del sexenio”.
El mencionado funcionario, que trabaja cerca del presidente EPN, me dijo que el equivocado era yo: “Las críticas por el avión durarán unos cuantos días, y después se olvidarán”.
Casi tres años después el avión presidencial sigue dañando a Enrique Peña Nieto, a su gobierno, a su partido y a su candidato presidencial.
Es cierto, Andrés Manuel hace mal al andar ofreciendo en venta —y a Donald Trump, carajo—, lo que no es de él.
Pero, pronto, si las encuestas no se equivocan, AMLO recibirá de manos de Peña Nieto la banda presidencial y, a partir de ese momento, podrá ordenar la venta del avión que no pertenece a ningún mexicano en especial, pero que sí tiene derecho el gobernante en turno a venderlo si lo considera de beneficio para el país.
Si Videgaray en 2015 hubiera hecho un cálculo político y no económico hoy, probablemente, el candidato del PRI, José Antonio Meade, pelearía con AMLO el primer lugar en las encuestas electorales.
Habría sido la venta del avión presidencial un parteaguas. Pero no ocurrió y hoy Meade, a pesar de que viaja en austeros vuelos comerciales, sufre por un avión que casi seguramente terminará por ofrecerse al mejor postor.
Tiene razón Orson Welles: “Cuando se viaja en avión solamente existen dos clases de emociones: el aburrimiento y el terror”. El avión presidencial mexicano ha sido para uno de los mejores gobiernos de la historia, el de EPN que cambió a México con las reformas estructurales, una historia de terror.

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