Fifís pendencieros, fortalecen presidencia de AMLO

JANE DE LA SELVAmar 24 abr 2018 10:47

 

  

 

Anaya, Meade, Zavala de Calderón, son clásicos fifís pendencieros.

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Como ya lo sabe una minoría de la gente, una parte de la sociedad capitalina—regiomontana y tapatía-- que lee periódico Reforma de Junco de la Vega, el empresario utiliza su periódico para apoyar a Ricardo Anaya, por lo que ha perdido la credibilidad en lo que se refiere a publicación de encuestas y en lo general. En lo que a influenciar criterios se refiere, no impacta su opinión en ese sentido, para impedir la misión de un cambio verdadero para México tanto para los pobres como para los ricos: para crear un país más seguro el apoyo a los pobres es vital como se ha planteado por lo que no hay vuelta de hoja. Los mítines de MORENA encabezados por AMLO a través de la nación son multitudinarios hasta en el norte de la república, la fuerza de los jóvenes “millennials” volcada en el movimiento de regeneración, los demás candidatos nomás no levantan interés ni simpatizantes reales a las plazas donde se atreven a ir. La elocuencia de Anaya no apantalla, se percibe petulante, malandrina. La pesada carga que trae un Meade sin credibilidad, sin carisma, lo trae tenso. El bronco aprovechó para lucir su simpatía, también su ser primitivo. La señora Calderón sobre actuó su demagogia en acartonada puesta en escena. Andrés Manuel, simplemente, fue Andrés Manuel.

Luego de presenciar el debate del domingo, pues, comprobado quedó que los ataques de los candidatos fifís fortalecieron al puntero. Aún no es contundente vaya a ser Anaya el ungido del régimen—que en la selva nos inclinábamos a apostar sería el libanés Meade--pero se acerca el final del juego de las sillas para Los Pinos y aún juntos los dos, perderán. Continuarán entonces hasta el 1 de Julio las patadas de ahogado, las efervescentes críticas infundadas en medios, los ataques irracionales contra el líder social de México que arrasa en números para ganar la presidencia, que sin duda lo constataremos y defenderemos nuestro voto ciudadano.

Algunos de los que leen regularmente el periódico de Junco de la Vega, volviendo al Reforma y a los y las “fifís”, palabra coloquial que puso de moda AMLO para describir a aquellas personas clasistas o racistas de closet infiltrados en la burguesía rapaz, los grandes demagogos nacionales, los oportunistas, que en el caso de ser funcionarios públicos han sido--salvo honrosas excepciones-- advenedizos aspiracionales que ordeñando al erario durante el puesto obtenido desean con fervor llegar a serlo—fifís—presumiendo engalanadas paseadas en mercedes, casas, viajes, joyas. Estos son llamados por los “auténticos” fifís: “nuevos ricos”, “nacos con lana”. En el caso de ser--o considerarse—banqueros, empresarios, intelectuales, no burócratas, pero igual de achicalados o entacuchados que sólo por fuera lucen limpiecitos, éstos también conviven con la idea de ser fifís. Aquellos que dictaminan desde el garantizado confort, que describen el horror que viven otros dentro de su mismo territorio desde el cristal aspiracional por el que miran sin pretender hacer algo al respecto, observando por el rabillo del ojo las barbaridades e injusticias mientras beben, comen, aparentan y rumorean tendenciosamente inventos o mentiras que sólo ellos, los privilegiados, consideran ciertas.

Termino este breve comentario diciendo que tanto Anaya, Meade, Zavala de Calderón, son clásicos fifís pendencieros. El pueblo de México les desconfía, no les creen, porque ven y escuchan las calumnias que manejan, la misma lista de promesas fallidas, la verborrea que sus partidos—y su marido-- no han cumplido y porque a la gente ya le permeó al ADN la realidad de su engaño: representan los intereses de un régimen demagogo y depredador que por fin, ya se va.  Viva México.