Mapaches 2018; #VotoMasivo
En México, el mapache está expulsado para siempre del paraíso perdido de los parques.
Foto propiedad de: Internet
Mapache
En el Parque Central de Nueva York, los mapaches se disfrazan de racoon portando con garbo cierto sus bien delineados antifaces enigmáticos. Encaramados en los árboles durante el día, al atardecer descienden para expurgar los depósitos de desperdicio. La gente se sorprende de vez en vez creyéndolos ratas gigantescas prófugas del subterráneo. Pero el mapache es gentil. Sin prisas y en erguido caminar de dandi vanidoso, casi arrogante, como señoritingo conquistador de sí mismo, como cantante de ópera panzón pero, pese a todo, orgulloso de sus notas altas, con exquisita dignidad, una mirada de soslayo y un aire de superioridad que balancea sus hombros ondulantes, evade al humano y parsimoniosamente se introduce al cesto o regresa al árbol.
En México, el mapache está expulsado para siempre del paraíso perdido de los parques. Pero los ciudadanos tienen la certeza, aun los miopes, de que, transfigurado (otra vez la sombra del nahual), aparece en tiempos de proceso electoral. Casi todos le ven, excepto quienes debieran: el Instituto Federal Electoral, el Tribunal Federal Electoral, la Comisión de los Derechos Humanos, sus respectivas representaciones locales, los bien alimentados observadores internacionales, la televisión, los objetivos periodistas a sueldo... Pareciera que todos ellos han cubierto los ojos con el bollo del antifaz que el mapache ha desechado para avizorar mejor sus refinadas fechorías.
Texto incluido en Animales y otros bichos raros. Editorial Praxis. México. 2013.
P.d. No obstante, en 2018 no habrá mapache o irregularidad que pueda contra el estado de alerta y el voto masivo.
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