miércoles, 27 de febrero de 2019

AMLO, un presidente para la historia

@maloguzmanveromar 26 feb 2019 03:09
 
 
La historia dependerá no solo de las decisiones y acciones del presidente historiador y de su equipo. También, confío, de las de todos nosotros como ciudadanos. ¡Alea iacta est!
La historia dependerá no solo de las decisiones y acciones del presidente historiador y de su equipo. También, confío, de las de todos nosotros como ciudadanos. ¡Alea iacta est!
Foto propiedad de: internet

“El hombre, bajo todo gobierno, será el mismo; con las mismas pasiones y debilidades”.  José de San Martín
“…Te quiero como para leerte cada noche,/ Como mi libro favorito quiero leerte,/ línea tras línea,/ letra por letra,/ espacio por espacio”. Mario Benedetti

¿Qué es la historia?

Es la ciencia que estudia y sistematiza los hechos más importantes y transcendentales del pasado humano.
¿Para qué sirve la historia? Para diferentes funciones: saber de dónde venimos, qué ocurrió en nuestro pasado y tratar de imitar o no repetir ciertas acciones. 
Para George Duby, historiador francés, la historia lleva necesariamente a un tipo de discurso, el cual puede cumplir las siguientes funciones:
 Mágica, admiración.- traer un muerto y sus acciones a la sociedad de los vivos; aquí se inscriben los héroes.
 Intención política.- mantener el poder, legitimarlo, justificar su accionar. Todo basado en panfletos o tratados aparentemente objetivos.
 Distraer.- la historia se asemeja a los cuentos, y el historiador se convierte en narrador.
Además, se podría decir que la historia se cuenta y se escribe desde diversas ópticas.
“La historia la escribe los vencedores”. George Orwell
Ejemplo de ello es que en 58 mañaneras (al 25 febrero), el presidente Andrés Manuel ha mencionado que “va bien su gobierno” en 51 de ellas.
También momentos memorables y poco celebrados como que la guerra contra el narco ha terminado o que se ganó la guerra vs. el huachicol. Poco importan las pruebas. El presidente se ha convertido en el narrador perfecto de una gesta de dimensiones épicas; no en balde el lema de su campaña: “Juntos haremos historia”.
El mismo Enrique Krauze ha descrito a López Obrador como el presidente historiador; escribiendo sobre la importancia que tiene la historia sobre AMLO y su afán de estar al nivel del Benemérito de las Américas, Madero y Lázaro Cárdenas.

La historia por imprimir

Lo que al parecer sería cierto, y por tanto sumamente grave, es que a seis meses del comienzo del próximo ciclo escolar (2019-2020), aún no se inicia la impresión de los millones de libros de texto gratuitos que requerirán los alumnos de los seis grados de primaria. Tampoco se conoce el contenido de los mismos. Y, con todo lo anterior, la logística para su encuadernación, traslado y entrega se asemeja en una bomba de tiempo para Esteban Moctezuma.
Adicionalmente, esperamos que estos próximos libros no presenten los errores garrafales de sexenios pasados, donde las manos tenían seis dedos, los nombres de los Niños Héroes estaban cambiados, etc. No vaya a ser que se amplíen con los gafes del 5 de febrero como la Batalla de Puebla (oficio de la Secretaría de Cultura) o la decena trágica, tergiversada como solo diez días que gobernó Madero (Sedena).
Sin duda, el secretario de Educación actual se enfrenta a un problema multi factorial. Por un lado, tener conocimiento de la información que se dará en los mismos; y, por otro lado, lograr que una operación tan compleja que depende de él solo de forma indirecta llegue a buen término. Pues es cierto, de no ocurrir así, quien pasará a una historia gris de despido será él.
Quienes saben, podrán apuntalar que Esteban enfrentará algunos de los grupos más beligerantes como son los del gremio dizque magisterial (los verdaderos maestros, protestan pero no toman las vías del ferrocarril, ni abandonan a sus alumnos semanas/meses para marchar o ir a huelgas). Eso además de hacer verdaderos actos de prestidigitación para transitar con una nueva “transformación” educativa, la cual apoye a los maestros —pero no vuelva a la venta de plazas y canonjías— sin pasar a segundo plano a los estudiantes... Ojalá lo logre. Moctezuma demostró al frente de la fundación Azteca su tesón y entrega en la creación de las orquestas infantiles a lo largo y ancho del país. Para inyectar esa fuerza y lograr ese tipo de resultados en la educación de nuestros infantes, requiere refuerzos y apoyos, no bombas “inéditas”.

El Estado es AMLO

Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, rubricó en el programa de Tragaluz que “AMLO, el Presidente, es el Estado”. Así, para ella, de un plumazo (si bien fue comentario verbal en realidad), el gobierno no se sustenta en la democracia, en la división de poderes o en el federalismo. Depende de la decisión de un solo hombre.
Según la historia, eso hace algunos siglos era una monarquía absolutista, teniendo como máximo exponente al rey Luis XIV (autonombrado el Rey Sol). Solo se hacía su voluntad. Y nada más. En tiempos modernos, ese despropósito se considera dictadura.
Si las palabras de la secretaria se debieron a un “lapsus brutus”, debe aclararlo (no, porfa, que no diga que sacaron sus palabras de contexto. Así no fue. Tan solo que diga que la regó). Ahora bien, si se debieron a que ella eso considera, estaría bien que alguien le recordara la diferencia entre dictadura y democracia. También, si se debieron a que es una buena compañera de gabinete y no quería dejar a Olga mal parada con su pasada declaración a medias, la verdad es que hay otras formas de ayudar… Finalmente, si se debieron a que muchas acciones del primer mandatario hacen suponerlo, ella, como garante de la función pública, debería ser la primera en señalarlo y no abonar a ello siendo juez y parte, como lo fue con la compra de las pipas para el transporte de combustible.

La historia diaria

En realidad, la historia se escribe diariamente, aunque se requieren periodos de tiempo más largos para saber cuáles son las acciones, frases u omisiones que se volverán hitos históricos y cuáles solo pasarán sin más. 
Así, no cabe duda de que las elecciones pasadas quedarán impresas en la historia de nuestro país, pero aún se desconoce si marcarán el inicio de una etapa de conciliación y crecimiento o del regreso del presidencialismo y de aquella dictadura perfecta señalada por Vargas Llosa.
Esa historia dependerá no solo de las decisiones y acciones del presidente historiador y de su equipo. También, confío, de las de todos nosotros como ciudadanos. ¡Alea iacta est!

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