jueves, 14 de agosto de 2008

Alabado sea el Altísimo: tras sesudas deliberaciones la Iglesia católica encontró el remedio científico para evitar que las mujeres sean “blanco de agresiones sexuales”. Basada en los adelantos del Siglo XVI, esta trasnacional recomienda “recuperar el pudor”, a la par que “dejar de lado prendas pequeñas, escotadas y ajustadas; no usar ropa provocativa, cuidar miradas y gestos, no permanecer a solas con un hombre, aunque sea conocido (el cardenal Norberto, por ejemplo), no admitir pláticas o chistes picantes, no permitir familiaridades del sexo masculino y pedir ayuda cuando se sospeche de una mala intención”. La pregunta es si esta máxima también se aplica a curas pederastas.

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