miércoles, 6 de agosto de 2008

Por Federico Arreola
Secuestro: oportunismo de Calderón

Exaltado, Felipe Calderón dijo ayer, en Guerrero, a propósito del secuestro de Fernando Martí: “Hago un llamado respetuoso y enérgico… para que nos pongamos de acuerdo y dediquemos nuestra actividad pública y los recursos de la gente, no a actividades políticas que dividen a los mexicanos, sino a los problemas que realmente afectan a la gente, como la seguridad pública… Si estuviéramos más unidos, el Gobierno federal y autoridades estatales, en este caso del Distrito Federal, seguramente ya hubiéramos avanzado mucho más en el camino de mejorar la calidad de la policía; hago un llamado a las autoridades del Distrito Federal para que dejemos de lado de una vez las diferencias políticas, sin claudicar en principios y convicciones, y que nos pongamos juntos a resolver problemas… como la inseguridad… particularmente en la Ciudad de México”.

Oportunismo vulgar el de Calderón. Hay secuestros en Baja California, en Oaxaca, en el Estado de México, en Nuevo León, en Sinaloa, en Jalisco, en todo el país. Y este es, por cierto, un delito que se ha incrementado en exceso durante el primer año del gobierno calderonista, y vaya que ya había aumentado notablemente desde que el PAN, con Fox, llegó al poder. El problema es nacional y, sin duda, se ha salido de control en las administraciones panistas. No se vale, entonces, aprovechar la desgracia de la familia Martí para golpear a un rival político, en este caso a Marcelo Ebrard.

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