Así como este "comunicador" que se especializa en publicar bestsellers de "antros y restaurantes", hay varios más que sin decencia ni pudor, utilizan el micrófono como la sala de su terapeuta y se dedican sólo a vaciar sus peores fobias.
¿ Quién les ha dado derecho a utilizar los espacios públicos de la radio -que son concesiones- para vomitar sus odios?
Ya va siendo hora que como Sociedad actuemos para democratizar la comunicación de masas.
Renegado Legítimo escribe esta nota en el Sendero del Peje :
Oscar Mario Beteta Vallejo, de profesión economista (por la Universidad Anáhuac) y que cursó una especialidad en Periodismo, conduce el programa En los tiempos de la radio, que se transmite por Radio Fórmula. Este hombre ha sido uno de los críticos más acérrimos de Andrés Manuel López Obrador, a quien detesta. En eso no difiere mucho de tantos otros "periodistas" y comunicadores que no pierden oportunidad de dedicarle sus espacios escritos o electrónicos al tabasqueño que odian.
En lo que se ha distinguido Oscar Mario Beteta, es en la virulencia de sus ataques, que lo han llevado a extremos que en cualquier país democrático ya lo tendrían refundido en la cárcel. Ha usado la tribuna que tiene a su disposición para propagar calumnias y viles mentiras contra el Peje, además de dar rienda suelta al odio ciego que le tiene envenenado contra López Obrador y el movimiento democrático por él encabezado.
Lo más exasperante no sólo de Beteta sino de tantos otros de similar catadura moral, es que tienen piel de cebolla: se consideran semidioses facultados para lanzar juicios morales sobre quien les viene en gana, pero en cuanto son ELLOS los sujetos a escrutinio público, se ofenden, se indignan y claman al cielo que se ataca su "libertad de expresión". Así sucedió cuando en 2004, en las páginas de Milenio Diario, Oscar Mario escribió:
“Cuando AMLO sepa que todos los caminos… están cerrados para él, previsiblemente será capaz de incurrir… en los más graves excesos, de donde se sigue que con todo lo peligroso que podría ser en el futuro, ahora no se lo puede desestimar y que algo hay que hacer para pararlo”.
… En otro artículo dijo: “(AMLO) se muestra decidido a lo que sea… Si hay que pararlo, que no sea con discursos”
Sobra decir que muchos se quedaron espantados al leer artículos de tono tan ominoso. Y de acuerdo con reportes de algunos radioescuchas, en su programa de radio Beteta habría dicho cosas aun peores, segun dice ESTA NOTA.
Voy a citar una carta (una de tantas) que he recibido a propósito de eso, la de Ricardo Rivón: “Recuerdo la estupefacción que me causó escuchar del señor Beteta la alusión de que ‘¡solamente muerto se le puede detener a ese señor!’. Lo comenté con mi familia”.
Este es el periodista que se indigna de que lo acusen de incitar al odio y a la violencia, pero que no tiene empacho en lanzar al aire una acusación que no puede probar: Andrés Manuel López Obrador ha dicho en varias ocasiones que Beteta lo acusó de ser dueño de una enorme residencia en Santa Fe, acusación de la que no aportó evidencia alguna. Calumnia, que algo queda, parece ser la divisa de Beteta. Inclusive AMLO ofreció que si Beteta podía demostrar lo anterior, si mostraba las pruebas fehacientes de su dicho, él, AMLO, se retiraba de la política. Seguimos esperando las "pruebas irrefutables" de Oscarito...
Todo lo anterior viene a cuento porque la última "puntada" (con "N") que se aventó Beteta fue decir al aire que, cuando se enteró del asesinato del niño Martí, AMLO habría dicho: "qué bueno! un pirrurris menos y un punto malo para Calderón". A ver, a ver, señores lectores, seriedad por favor: dejen de agarrarse la panza de tanto reir. Ya sé que semejante payasada es para orinarse de risa (yo en lo personal me orinaría en la propia cara del "honorable" Sr. Beteta), pero analicemos esto: Oscar Mario puede proferir una calumnia como la anterior y no pasa absolutamente nada. Vomita una mentira tan abyecta y ruin, que demuestra un desprecio inaudito por el dolor de la familia Martí, y sigue tan campante. Da rienda suelta a la rabia que lo ciega contra el Peje, y no aporta una sola prueba, ni la fuente de su dicho. Para Oscar Mario Beteta es perfectamente válido utilizar el dolor ajeno y aprovecharse de la tragedia del asesinato para tirarle mierda al Peje. Beteta no tiene conflicto moral alguno en exhumar el cadáver del jovencito y pasearlo por su espacio radiofónico mientras, parapetado detrás de él, tira la piedra y esconde la mano.
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