lunes, 14 de agosto de 2017

Noam Chomsky, Venezuela y la izquierda latinoamericana; AMLO y México

@NietzscheAristodom 13 ago 2017 21:01

 
 
“Venezuela es una situación desastrosa”, dijo Noam Chomsk
“Venezuela es una situación desastrosa”, dijo Noam Chomsk
Foto propiedad de: Internet
Donald Trump, el desequilibrado arrogante y peligroso, amaga y amenaza a todos. En la última semana, a Korea del Norte (que a la vez ha amenazado con lanzar misiles contra Guam, territorio despojado por los gringos a España) y Venezuela; México ya es objetivo permanente. El megalómano considera que Venezuela es un “desastre peligroso” (El País; 12-08-17). Y en consonancia con la recalcitrante e histórica política imperial estadounidense y su propia insolencia, Trump ha dicho que podría recurrir a una opción militar contra el país latinoamericano, violando sin reserva la autonomía de una nación independiente.
Un brillante intelectual como Noam Chomsky ha hecho la crítica a la experiencia de la izquierda latinoamericana de los últimos decenios y en particular de Venezuela. Crítica, por supuesto, que no pasa por estimular la intervención o la invasión del imperio, todo lo contrario; las rechaza explícitamente (HispanTV; 13-08-17). Si algo ha hecho en su vida Chomsky es oponerse a la política imperial de su propio país, incluso desde el punto inicial de subrayar el despojo a México por parte del expansionismo estadounidense.
“Venezuela es una situación desastrosa”, dijo Noam Chomsky en entrevista con Democracy Now!, el pasado 5 de abril. Contextualiza este desastre dentro de la infortunada experiencia de la izquierda en países como Argentina y Brasil y otros. Porque a pesar de que hubo alcances sociales reales, fallaron al momento de usar el poder y su momento histórico para desarrollar economías sostenibles y viables. En vez de impulsar economías con base en la manufactura y la agricultura, se apoyaron casi exclusivamente en el alza de los precios del mercado internacional, sobre todo del petróleo, que fue un fenómeno temporal sustentado en el crecimiento de China. Es decir, fueron economías radicalmente petrolizadas. Se atuvieron a la clásica teoría y práctica económica imperial de la división internacional del trabajo, en la que los países subdesarrollados o del “tercer mundo” sólo son proveedores de materias primas a ser procesadas en el mundo industrializado; lo cual ha sido muy dañino para la historia de la economía y el bienestar de los pueblos latinoamericanos.
Junto a la falta de visión o interés en la manufactura y la producción agrícola a cambio de la “petrolización”, surgió un fenómeno aún más dañino: la corrupción de los políticos que se unieron a la élite que histórica y permanentemente ha saqueado a los países de Latinoamérica.
No obstante, contrario a muchos intelectuales conservadores en México y el mundo, el prestigiadísimo y reconocido Chomsky, al ser cuestionado sobre Venezuela, señala que considerando que este país está arriba de Brasil en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas y a pesar de los años perdidos después de la muerte de Hugo Chávez, todavía “tiene esperanzas y posibilidades para la construcción y el desarrollo” (Democracy Now!; 05-04-17).
AMLO, Venezuela y  México.
La derecha y ultraderecha política e intelectual de México así como el oficialismo, tratan un día sí y otro también de inmiscuir o embarrar a López Obrador con el caso Venezuela, como si ese fuera un asunto fundamental para la política interna de México. Como si una relación del político opositor con los políticos de ese país, de Chávez a Maduro –que se sabe con contundencia, nunca ha existido- descalificaría su perspectiva para gobernar al país. Por su puesto que aun si existiera -no tendría nada de extraño en un mundo moderno-, no modificaría la perspectiva ideológica y el programa de quien ya gobernó con éxito la ciudad de México.
Veamos a México y López Obrador bajo la interpretación de Noam Chomsky arriba explicada. Si ha habido gobiernos fallidos que han petrolizado la economía mexicana, que no han impulsado la manufactura y la producción agrícola, esos son los de Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto. Y no sólo se cumple ese criterio explicativo, lo hace, sobre todo, el tercer o cuarto elemento: la corrupción y el saqueo responsabilidad de esos gobiernos (ahí tienen el caso Odebrecht, por mencionar el actual). López Obrador no ha gobernado la nación, lo ha hecho el PRIAN. Y este binomio, a pesar de ser de obvia derecha, se ha comportado todavía peor que la experiencia fallida de la izquierda latinoamericana de los últimos decenios y ni siquiera, contrario a esa experiencia, ha impulsado un desarrollo social con mayor justicia.
Ahora bien, en oposición a la experiencia fallida a que hace referencia Chomsky y al fracaso del PRIAN, ¿qué ha propuesto consistentemente quien gobernó con éxito la Ciudad de México (punto que se niegan a considerar y analizar con seriedad gente como Denise Dresser o Enrique Krauze)?: Justo lo opuesto. 1. Combate frontal a la corrupción. 2. Impulso radical a la producción en el campo. 3. El procesamiento de los recursos energéticos estratégicos en el país (crear refinerías, entre otras acciones). Es decir, lo que no han hecho los gobiernos derechistas de México y que sería la clave para el desarrollo viable y sustentable. Desarrollo que fortalecería asimismo al país frente al intervencionismo de Trump o de cualquier otro en el futuro.     https://youtu.be/wC07gsC_GIE
La estupidez de insistir en enmarcar la perspectiva de López Obrador dentro de las experiencias latinoamericanas de izquierda es porque no revisan ni la experiencia política del líder de las encuestas presidenciales como gobernante ni su programa hacia el desarrollo del futuro inmediato. Seamos francos, ¿estupidez, mezquindad o ruindad política e intelectual?

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