El NAICM, un barril sin fondo; es tirar el dinero
El gran acuerdo es poner por delante la honestidad, dice
No voy a confiarme, no podemos echar las campanas al vuelo, estamos enfrentando grupos de intereses creados y poderosos que no quieren ni siquiera que exista en México un estado de derecho, señala
Somos un movimiento amplio, plural, incluyente, asegura Andrés Manuel López ObradorFoto Marco Peláez
Arturo Cano y Alma E. Muñoz
Periódico La Jornada
Lunes 2 de abril de 2018, p. 4
Lunes 2 de abril de 2018, p. 4
Andrés Manuel López Obrador suspira cuando habla sobre el tiempo que pasa en su finca de Palenque, Chiapas. Los de la Semana Mayor fueron sus últimos días de asueto antes de llegar a la recta final por la Presidencia de la República: “Tengo mi pistita para caminar en la mañana. Ahora están floreando el guayacán y el maculí, y pasan las guacamayas y a veces se posan en los árboles. En La Chingada me desconecto”.
Antes de desconectarse, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia –que integran Morena, Partido del Trabajo y Encuentro Social– se da tiempo de hablar de las urgencias del momento, de la renovada polémica por el Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAICM), de las coincidencias y diferencias en el movimiento que encabeza, de sus adversarios y sus aliados.
Una y otra vez insiste en la necesidad de
revisar el proyectodel NAICM. En esa ruta ha encargado a la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero y a Javier Jiménez Espriú analizar las vías jurídicas para evitar la continuación de la obra.
En tanto, los inversionistas, dice, pueden estar tranquilos pues, en caso de ganar, el nuevo gobierno garantizará sus bonos y sus contratos.
En su tercera vuelta en pos de la Presidencia, el político tabasqueño también aborda, claro, la posibilidad de que lo que llama
mafia en el poderdecida quién le hará frente, de entre José Antonio Meade y Ricardo Anaya:
No ha sido fácil porque se han dañado bastante.
El NAICM,
reparto del botín
López Obrador aborda el asunto que lo ha convertido en blanco de un coro de críticos: su postura de
revisarlos detalles del NAICM.
La entrevista ocurre luego de una reunión con empresarios de la construcción, que derivó en un acuerdo con el Consejo Coordinador Empresarial de instalar una mesa técnica para analizar la viabilidad del megaproyecto sexenal.
Para el candidato de Morena, el NAICM
es un barril sin fondo, es tirar el dinero al lago de Texcoco, pues se eligió el
peor lugarposible, dado que se trata de un sitio donde hay más hundimientos que en el resto del valle de México.
–El gobierno argumenta que se hicieron todos los estudios técnicos.
–No, no han podido resolver el problema hidráulico, terminaron sacando el agua del subsuelo con mangueras de polietileno.
López Obrador es consciente del rechazo que provoca su postura:
Les molesta mucho. Están dejando comprometido el presupuesto, se quieren esmerar en firmar más contratos para que nos dejen una especie de camisa de fuerza y ya no podamos hacer nada.
Insiste en una propuesta que presentó hace más de dos años:
Podemos trasladar la construcción al aeropuerto militar de Santa Lucía.
Del lado oficial se asegura que la monumental obra estará terminada en 2024, año en el que cerrarían la terminal actual y la base aérea de Santa Lucía, lo cual implicaría, a decir del entrevistado, tirar a la basura inversiones relativamente nuevas, como la Terminal 2 del aeropuerto Benito Juárez y la ampliación del hangar presidencial.
No hay racionalidad, es el afán de obtener dinero mediante estos contratos del gobierno.
–Lo que sí parece racional es machacar este tema en plena campaña.
–Piensan que van a asustar a la gente, que hay inversionistas que se van a espantar porque han vendido bonos. Ante cualquier circunstancia, vamos a garantizar que los que invirtieron no pierdan. Lo mismo en el caso de los contratos. Es cuestión de hablar con las empresas constructoras, que no llegan a 10.
–¿Qué hacer con lo invertido en el NAICM?
–La inversión que se haya hecho para cimentación, para relleno, se puede utilizar para muchas cosas, espacio público para el deporte, la ecología, edificios públicos, instalaciones para el Ejército que no requieran de mucha cimentación.
Nada de tolerar la corrupción
López Obrador responde a las críticas de organismos empresariales, que han demandado
certidumbre:
Sostengo que no es un asunto de certidumbre, sino de no tolerar la corrupción. Si la decisión es continuar la obra porque puede generar incertidumbre, entonces vamos a ser todos cómplices de la corrupción, vamos a avalar lo que consideramos que está mal planeado, va a ser mal ejecutado y no va a servir.
–Más allá de los contratos, hay opiniones técnicas que señalan que no es viable en Santa Lucía.
–Ellos tienen cooptados a muchos técnicos. En el mismo Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México hay dos o tres posturas. Hay quienes están recibiendo contratos y tienen que decir una cosa, aun siendo técnicos de ese organismo, y otros que opinan de manera distinta.
–Los técnicos con los que ha hablado, ¿sí lo consideran viable?
–Son muy buenos. Nadie sabía que la base aérea de Santa Lucía tiene 3 mil hectáreas. Para dimensionar esto, el actual aeropuerto tiene 600. La base debe tener ya unos 50 años y ha funcionado a la par del actual aeropuerto. ¿Por qué dicen entonces que va a haber interferencia aérea? Eso se resuelve, es un asunto de tecnología. En el mundo hay muchos aeropuertos con mayor cercanía que entre el actual y Santa Lucía, que son 38 kilómetros.
Hace unos años, recuerda López Obrador, pidió ayuda al ingeniero José María Rioboo –estructurista que hizo los cálculos para el segundo piso del Periférico– para analizar el proyecto y buscar alternativas.
El preámbulo fue una visita que Rioboo realizó a la base militar.
Los militares, que están inconformes, le dieron toda la información, le permitieron entrar porque no quieren que se cierre esa base. Y porque saben perfectamente que el nuevo proyecto está manchado. Santa Lucía cuenta con buen suelo y es propiedad de la nación.
Pros y contras en el movimiento
–Se ha sumado mucha gente al movimiento que encabeza. ¿Los une el proyecto o la revancha contra el grupo en el poder que los ha agraviado?
–Es el proyecto, en algunos asuntos, no en todo. Creo que podemos lograr una reconciliación a partir de acabar con la corrupción.
–¿Ese sería el punto en común?
–El gran acuerdo es poner por delante la honestidad. Podríamos no coincidir en otras cosas, pero en eso sí. Y también en que ya no puede existir esa monstruosa infamia de la desigualdad económica.
Conseguir la paz y que exista un verdadero estado de derecho son los otros ejes de su propuesta.
Eso es veneno puro para los que se benefician de un estado chueco; no quieren que exista legalidad.
Resume el candidato:
No necesitamos coincidir en muchas cosas, (sino) en una agenda donde lo importante sea acabar con la corrupción, que haya democracia, desarrollo y bienestar, es más que suficiente. Hay otros temas, los que tienen que ver con la diversidad sexual, que son muy polémicos.
–Igual que el aborto.
–Para todos estos temas estoy planteando que donde no estemos de acuerdo se queden las cosas como están; si ya hay una legalidad vigente, que se respete, es como una especie de amparo, una suspensión provisional o definitiva.
–Sí, sólo que ahora el Partido Encuentro Social tendrá 30 o 40 diputados para impulsar su agenda.
–Sí, pero en el acuerdo político no está contemplado un planteamiento de esa naturaleza. O sea, eso no se puede promover.
Seguirá
estructura de confianza
–Una vez que pase la elección, ¿seguirá vigente esa suerte de estructura de confianza que ha construido para cuidar los votos o habrá una vida distinta, partidaria, en Morena?
–Va a continuar la actividad política independiente de Morena, porque no puede mezclarse lo que es asunto de partido con asunto de gobierno. La organización que se ha construido no va a desmontarse después de la elección.
La organización que tenemos es la que va a llevar a cabo la transformación, porque son cuadros que reúnen los requisitos, que considero son tres, y los cito en orden de importancia: honestidad, convicciones y experiencia.
–La construcción de una agenda propia implica tensiones. Un ejemplo son las diferencias públicas de Alfonso Romo y Paco Ignacio Taibo II, ¿se pueden resolver programáticamente y no bajo el principio de autoridad?
Para esta elección tenemos más organización que nunca, afirma Andrés Manuel López Obrador. En la imagen, con Nestora SalgadoFoto La Jornada
–No, con racionalidad y poniendo por delante el interés general. Se genera esta polémica, por ejemplo, cuando la retoma un periódico de derecha. Paco se da cuenta y él mismo rectifica, sin dejar de mantener lo esencial en su planteamiento. Pero se da cuenta de que hay una intención de manipular y de confrontarnos. Ya se resolvió.
–Más allá de esa polémica, hay un cierto desencanto en los militantes que se preguntan: ¿será ésta la fuerza que ayudé a fundar?
–No existe eso, porque hay mucha confianza en lo que hacemos. Además, son decisiones que se han tomado en los órganos de dirección de Morena, en el congreso se acordó convocar a todos. Se aprobó por amplia mayoría y ha habido una actitud muy responsable de militantes y dirigentes. Contrario a eso, de que puede haber un resentimiento, dudas, lo que ha predominado ha sido una actitud muy fraterna y de desprendimiento de los dirigentes del partido.
No hay en el mundo algo así
Ni en México ni en el extranjero es posible encontrar un movimiento como el que encabeza, insiste López Obrador.
Estamos ante un fenómeno. No hay en el mundo algo así.
–Pensemos en Luiz Inácio Lula da Silva. Llegó a la presidencia, en su tercera vuelta por cierto, con un gran agrupamiento.
–En la actualidad no hay nada así en el mundo. A ver, ¿qué partido a cuatro años de haberse fundado se coloca en primer lugar? El PRI acaba de cumplir 89 años, el PAN tiene 79 años, Morena tiene cuatro años y está en primer lugar.
–Sus malquerientes dicen que es todo lo que salió del PRD y los que le quieren menos que es una redición del PRI.
–Lo que sea, ahora sí que
haya sido como haya sido(risas). No existe algo así. No voy a dejar de reconocer la calidad de los militantes y dirigentes del partido, es algo impresionante. Morena es una organización ejemplar, de dimensión universal. La verdad que no estoy montado en el necesariato o actuando con soberbia. Es que no se ha visto, por eso se sorprenden. Imagínense, la sorpresa de que estemos ganando en todos los estados del norte.
–La verdad, ¿no fue usted el primer sorprendido con esos datos?
–Pensé que íbamos a crecer, pero no de la manera como ha venido sucediendo. Mi planteamiento era: ‘‘avancemos en el norte, que no nos sacaran mucha ventaja, consolidar nuestra fuerza en el centro y en el sur- sureste, y con eso ganamos”. Pero ahora resulta que estamos en Sonora igual que en Campeche; en Chihuahua como en Tlaxcala. En las 32 entidades estamos arriba en las preferencias electorales para la presidencial.
–¿Cómo definiría su movimiento? ¿Ya no es propiamente de izquierda?
–Es un movimiento amplio, plural, incluyente. Si la izquierda es ser honestos y luchar por los débiles, somos de izquierda. Ahora, si la izquierda es otro tipo de luchas, a lo mejor estrictamente no es un movimiento de izquierda. Pero si luchamos por la igualdad y la honestidad, como hacemos, somos de izquierda.
A diferencia de lo que piensan otros movimientos de izquierda, y esto tiene que ver con las peculiaridades de cada país, en México la desigualdad la produce la corrupción. La mayor parte de las riquezas se han hecho al amparo del poder público.
Maestros rebasaron a sus líderes
–La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ya dijo que no apoyará a ningún candidato ni partido. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) señaló que 150 mil activistas estarán con el abanderado del PRI, José Antonio Meade. Parece que de su lado quedó el grupo elbista, con menor representatividad.
–La verdad es que los maestros, la mayoría, están con nosotros. Y si hablamos de organizaciones, podría decir que están rebasados los dirigentes de la CNTE y del SNTE, y de todas las organizaciones magisteriales, porque las bases están decididas a apoyarnos.
–¿Ese juicio incluye a las Redes Progresistas? ¿Significa que ya es una relación directa de los maestros de base con su movimiento?
–Totalmente. En todos lados. Claro, nos identificamos mucho con la CNTE, en particular con la CNTE de Oaxaca, que es con la que hemos tenido más acercamientos, más identidad.
–Además, ellos tienen experiencia electoral, apoyaron a Gabino Cué.
–Han apoyado siempre, y hemos apoyado a los maestros. Están con nosotros, y el 12 de mayo estaremos en Guelatao con el propósito de crear una organización magisterial plural, que incluya a todos.
–¿Para plantarle cara a los 150 mil maestros que anunció el dirigente del SNTE, Juan Díaz de la Torre?
–Pero esos no los tienen. Los maestros están en una actitud distinta, y han recibido muy bien el mensaje y más que nada la actitud de los dirigentes de Morena, que ha sido el partido más sólido.
–Además, en la otra acera tienen a Aurelio Nuño, el operador de la reforma educativa.
–Cuando estaba en su momento más difícil la represión del magisterio por la reforma educativa, llamamos a la movilización y en mucho se detuvo la represión por la movilización de Morena. Donde quiera que voy, maestros que nunca han participado en ninguna movilización ahora están muy conscientes de que se necesita el cambio.
Adversarios,
bastante dañados
–Hablemos de las campañas. Usted insiste en que hay una cerrada pelea por el segundo lugar.
–Ellos pensaban que en la precampaña Meade iba a estar en segundo lugar, pero no levantó, y tampoco Anaya. Cuando vienen los escándalos de corrupción en contra del panista, lo bajan realmente, no mucho, pero sí pierde de cuatro a seis puntos. Pensaban que eso se le iba a trasladar como apoyo a Meade y se fue con nosotros. Por eso crecimos más.
“Ahora la lucha es ver quién está en segundo lugar, porque buscaban un condicionamiento para alguno de los dos, con la idea de apoyar al que fuese en segundo lugar para ir en contra de nosotros, como en 2006 y 2012, la misma estrategia.
“Se les ha complicado mucho, porque sí se pelearon. Hace seis años había un acuerdo en favor de (Enrique) Peña Nieto, cuando (Vicente) Fox llamó a votar por el priísta. Todos estaban de acuerdo.
“Ahora sí existe una ruptura. Están los más tenaces negociadores haciendo todo para lograr la unidad y espantarlos a unos y a otros diciendo ‘Si no nos unimos, gana Morena, apúrense’. El asunto es que no ha sido fácil porque se han dañado bastante.”
–Llegó usted a plantear que uno de los dos podría renunciar, pero al parecer se complicó.
–Sí, se les complicó. Pensaba que para abril o para mayo ya ellos iban a tener el acuerdo… No lo descarto, pero no está fácil.
Procurando patear el bote
–¿Fraude? ¿Es posible?
–Sí, aunque es bastante la diferencia y la gente está muy despierta. No voy a confiarme, no podemos echar las campanas al vuelo, estamos enfrentando grupos de intereses creados y poderosos, que no quieren ni siquiera que exista en México un estado de derecho.
López Obrador batea preguntas sobre el
tigre suelto, las pesadillas de Meade y el hecho de que él marca la agenda de las campañas: “Tenemos que seguir actuando con mucha prudencia y no engancharnos. Ando en otras cosas, procurando patear el bote, sin dejar de hacer todo lo que puedo para evitar el fraude. Tenemos más organización que nunca. Nos dicen: ‘vamos a votar por ustedes, pero cuiden el voto’. Es recurrente y por algo será que la gente está preocupada, porque sabe del historial de fraudes que hemos padecido”.
–¿Para eso envió
pesos pesadosal terreno?
–Por eso distribuimos el país y se les dio responsabilidad a gente que sabe cómo consolidar la organización. Nunca habíamos estado tan preparados.
Era un flanco débil. Tenemos la ventaja de que ahora la gente quiere ayudar más.
–¿Morena sí tiene estructura?
–Tiene muchísimo más organización que el PRI y que el PAN. Lo que pasa es que el tricolor tiene gobiernos, aparato, y el blanquiazultambién en los estados donde gobierna.
López Obrador se despide para tomar unos días de descanso, de reflexión, dice, encerrado y bajo los árboles, o leyendo en su hamaca, sin rasurarse.
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