▲ El buque hospital USNS Comfort llegó a Nueva York para apoyar el sistema hospitalario de la ciudad. La nave tiene capacidad de mil camas, 12 salas de operación y una morgue. Se informó que no recibirán contagiados de coronavirus, sino que servirá como nosocomio para enfermos con otras patologías o con operaciones programadas.Foto Afp
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 31 de marzo de 2020, p. 7
Martes 31 de marzo de 2020, p. 7
Nueva York. El buque hospital de la Marina USNS Comfort llegó al puerto de Nueva York, donde una organización de caridad cristiana instala un hospital del campo en Central Park, mientras personal médico enfrenta no sólo la ola de pacientes, sino también el riesgo de volverse internado en sus propios hospitales e incluso la muerte de sus compañeros. De pronto ésta, la ciudad más rica del país más prospero, tiene escenas que antes eran exclusivas de países subdesarrollados.
Estas escenas se repiten en otras partes del país al duplicarse el número de hospitalizados en California en sólo cuatro días; ciudades como Nueva Orleans y Detroit se preparan para el tsunami del coronavirus alquilando edificios y hasta cabañas o colocando hospitales móviles en campos deportivos para atender a pacientes y otro buque-hospital más de la marina arribó a Los Ángeles. Vale señalar, como reportó el Washington Post, que Estados Unidos tiene menos camas de hospital per cápita que Francia, Corea del Sur o China.
Dos gobernadores más (Virginia y Maryland) y la alcaldesa de Washington anunciaron cuarentenas parciales y por lo tanto 28 estados con aproximadamente tres cuartas partes de la población nacional están o pronto estarán bajo algún tipo de cuarentena.
Donald Trump, después de semanas de minimizar la crisis, abandonó su sugerencia de reabrir la economía en los próximos días para ahora estrenar una nueva narrativa enfatizando las vidas que desea salvar.
El domingo declaró que si
sólomueren entre 100 mil y 200 mil habitantes de este país por el virus, eso implicaría que
hemos hecho una muy buena labor, argumentando tramposamente que algunas proyecciones indican que era posible hasta 2.2 millones de muertes. No mencionó que eso sería sólo en el
peor caso, en el que no se hace absolutamente nada ante la crisis.
Ayer afirmó que ha sido
casi un milagrocómo han funcionado las cosas bajo su mando.
Estoy muy orgulloso, dijo. El domingo, en una serie de tuits, Trump festejó que sus sesiones informativas sobre el coronavirus son
éxito de audienciaen televisión, dando detalles sobre qué tan grande ha sido su público.
Todo, mientras aumentan los números de infectados (ayer superaron 160 mil) y de muerte (ahora más de 3 mil) en el país, gran parte de los cuales son resultado de inacción, decisiones tardías y la falta de coordinación del régimen de Trump durante semanas, junto con un sistema de salud pública que falló a lo largo de casi una década –o sea, gobiernos anteriores como el de Barack Obama comparten la responsabilidad– en obtener pruebas diagnósticas y equipo médico suficiente para enfrentar este tipo de crisis, revelan investigaciones recientes del New York Times, ProPublica y CBS News entre otros medios.
Mientras, las consecuencias económicas siguen registrándose cada día. Ayer, la cadena nacional de tiendas departamentales más grande del país, Macy’s, anunció que suspenderá a la mayoría de sus 125 mil trabajadores. De hecho, para intentar amortiguar el golpe económico para millones, se empezará a distribuir pagos directos de hasta mil 200 dólares a estadunidenses del paquete de rescate económico más grande de la historia de este país, y Trump ha informado que quiere que sea su firma la que aparezca en estos cheques emitidos por el gobierno federal.
Por otro lado, hay cada vez más alarma por los crecientes casos de coronavirus dentro de cárceles, prisiones y centros de detención de inmigrantes del país. Cientos de reos considerados de alto riesgo han sido liberados por autoridades locales y un juez federal ordenó que las autoridades se empeñen en liberar a menores de edad inmigrantes.
En la sesión informativa de la Casa Blanca esta tarde, Trump dio la palabra a un ejecutivo empresarial y amigo, quien sugirió a quienes están bajo cuarentena leer la Biblia, ya que antes de esta última elección en que hubo intervención divina, el país le
había dado la espalda a Dios.
Trump llamó al mandatario ruso, Vladimir Putin, para discutir, según informó la Casa Blanca, la cooperación en la batalla contra el coronavirus y resucitar la economía mundial en el marco del Grupo de los 20.
Por lo pronto, aquí en la ciudad de Nueva York, a las 19 horas en punto, se escuchan aplausos y silbidos desde los edificios en gratitud de los doctores, enfermeras y trabajadores de salud en las trincheras de la lucha contra el virus.
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