¿Caerá alguno de estos personajes?
“Esto es apenas el prólogo, la introducción”, expresa el presidente de México, de la corrupción que imperó en el vergonzoso asunto de los fideicomisos creados para sostener, para mantener a individuos que llevaban en su mayoría, con honrosas excepciones, tareas de simulación. Es decir, no llegaban realmente estos billonarios recursos a quienes más lo necesitaban, pero fueron utilizados para pagar abultadas nóminas, por un lado, para evasiones fiscales y por el otro ¿para adquirir bienes y propiedades? o ¿canonjías particulares? Fraguadas estas entregas, estos pedidos, estas polutas estrategias desde el ámbito del gobierno que desde la función pública se fundaron estos fideicomisos como fuentes inacabables de abuso, como apéndices mantenidos dependientes de la dictadura tecnócrata pactada en la cúspide del poder, que se impuso al país, derrochando a tutiplén nuestros recursos nacionales durante decenas de años.
Este modelo de supuesto apoyo, “donde el comité del gobierno estaba al servicio de una minoría rapaz”, habrá de transformarse. Hoy el gobierno si apoya a todos, a ricos y pobres, que de ninguna manera es cierto éste actúa en contra de empresarios o negocios, sólo contra los dineros comprobadamente mal habidos, contra los ladrones de cuello blanco, hay que volverlo a decir porque pareciera no entienden: AMLO es amigo y gran admirador de los empresarios honestos y trabajadores que llegan a hacer sus fortunas, es una falacia inventada por la derecha reaccionaria producto de la confusión mental que tan feo les oprime, el expresar lo contrario. La sana relación con la IP ha sido un rasgo típico en las administraciones donde AMLO ha colaborado y no fue poca cosa haber sido altamente reconocido por ello durante su gestión como alcalde de la gran capital.
Comento y repito lo que ya se ha dicho: los apoyos a la ciencia, las artes, la investigación, la educación, la alimentación y cualquier otra loable misión de ayuda neta y directa a la gente que más lo necesita, seguirá sucediendo, no cesará, solamente cambiará de formato, hasta se incrementará luego de ir desmantelando el entramado de succionadores de aquel indiscriminadamente ordeñado erario. Este gobierno democrático actual es del--y para-- el pueblo. Los dineros que a los ciudadanos pertenece, ya no están al servicio discrecional de funcionarios neoliberales que lo decidían todo a sus espaldas, maniobrando los fondos—desfondados-- sin transparencia, en lo oscurito, una mera apariencia la suya, una indecencia bien achicalada por inconcebibles lujos provenidos de nuestro patrimonio, una máscara sobre su verdadera faz. Ahora sí, al llegar hasta el fin para ventilar, para exponer la verdad sobre este asunto de los fideicomisos, uno de tantos que en el rubro de la rampante malversación existieron, que le echen ojo a Vázquez Mota, a Videgaray y a Meade, para que no vayan a intentar evadir la justicia antes de que les caiga encima la auditoría de la fiscalía.
