Uno de los ex presidentes que más castigo merecen, Vicente Fox, se ha burlado de la consulta autorizada por la Corte.
En Nexos o Letras Libres hace años leí la historia de la falsa muerte de Mafalda. Su autor, politólogo él, utilizó la anécdota para cuestionar a Andrés Manuel López Obrador. Comparación de mal gusto que hoy recordé mientras buscaba, en internet, información sobre el Giro de Italia.
Navegaba en webs de ese país —convenientemente traducidas en Google— y de pronto apareció por ahí un anunció que me llamó la atención. Promocionaba la siguiente nota de El País, de España: “Mafalda y el camión de sopa, la viñeta falsa mexicana sobre el final del personaje de Quino”.
Tal historia se publicó hace un par de días en la sección Verne del que ya no es el más importante diario en español; estoy convencido de que La Vanguardia, de Barcelona, tiene desde hace algunos años bastante más credibilidad y lectores.
El monero Trino explicó a El País lo que el propio Quino dijo en la Feria del Libro de Monterrey en 2008: “Esa leyenda es solo de ustedes los mexicanos, que se la pasan inventando cosas que no existen”.
Sí, es verdad, nos da por inventar mundos irreales a los mexicanos. No puede haber la menor duda. Pero a veces quienes inventan son aquellas personas que inútilmente tratan de demostrar la falsedad de hechos que no les convienen y, por lo tanto, intentan ubicar en la categoría de los mitos.
El fraude
El politólogo de Nexos o Letras Libres que he mencionado usó la falsa muerte de Mafalda como una prueba, increíblemente boba, de que jamás existieron los fraudes electorales denunciados por Andrés Manuel López Obrador.
Hasta 2018 inexistente era la democracia; fraudes los ha habido siempre en México, contra Cuauhtémoc Cárdenas (1988) y Andrés Manuel (2006) a nivel nacional; contra Francisco Barrio (1986), en Chihuahua; contra Fernando Canales Clariond (1985), en Nuevo León, y muchísimos más.
Guste o no el estilo de gobierno de Andrés Manuel, lo cierto es que estamos viviendo el primer periodo en el que resulta impensable un fraude electoral diseñado y ejecutado desde la cúpula del poder político. No hay condiciones para ello.
Como sabe que debe garantizar la legalidad de las votaciones, y no fallará, Andrés Manuel también se preocupa. Sabe que sin su figura en las boletas electorales, el partido que fundó y llevó al poder, Morena, podría perder las elecciones en no pocos lugares. De ahí que se esfuerce tanto para, sin violar la ley, tratar de estar de alguna manera presente en los comicios.
No le permitieron celebrar en 2021 un referéndum de revocación de mandato, entonces trató de hacer posible una consulta para enjuiciar a cinco ex presidentes de México —Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto—, pero la Corte ha complicado tal proceso al redactar una pregunta confusa y absurda, decididamente tonta. Ministros y ministras se vieron intelectualmente limitados, de plano.
Y Fox piensa que ya la hizo
Uno de los ex presidentes que más castigo merecen —por haber organizado el mayor fraude electoral de la historia, pero también por la repentina riqueza de la familia de su esposa—, Vicente Fox, se ha burlado de lo autorizado por la Corte:
Debería Andrés Manuel, antes de la consulta que la SCJN enredó, pedir al Servicio de Administración Tributaria y a la Unidad de Inteligencia Financiera investigar los ingresos, los egresos y el pago de impuestos de Fox y los parientes de su esposa. Si nada es irregular, felicidades. Pero si hay cuentas raras —lo más probable—, que tomen chocolate y paguen lo que deben.
Angela Merkel
En la reciente cumbre europea celebrada en Bruselas, el primer ministro italiano Giuseppe Conte se acercó a Angela Merkel para saludarla, pero la canciller alemana no lo permitió: con agilidad dio un salto hacia atrás para evitar el contacto. En los tiempos del coronavirus eso es lo más prudente.
Donald Trump, su esposa y gente del equipo presidencial de Estados Unidos han demostrado, tristemente, que nadie está a salvo.
Andrés Manuel, lamentablemente, no ha sido cuidadoso en lo relacionado con protegerse del virus. Solo utiliza cubrebocas en los aviones —y solo porque es obligatorio—, ha vuelto a saludar de mano a la gente en los mítines y no pocas veces en las conferencias de prensa mañaneras sus colaboradores y los invitados se le acercan de más. Nuestro presidente ha tenido suerte al no contagiarse, pero no la tendrá siempre. Debe cuidarse, por supuesto que sí.
El presidente AMLO ha dicho que el principal epidemiólogo del gobierno de México, Hugo López-Gatell, no le ha recomendado más medidas de protección contra el covid-19. Seguramente así ha ocurrido, pero se debe a que el rockstar de la epidemiología no actúa como especialista en esta ciencia, que sí lo es, sino como grillo dispuesto a agradar al jefe en todo.
Andrés Manuel coincidirá conmigo en que debe haber, en Alemania, dos o tres epidemiólogos competentes. Quizá no tan preparados como nuestro insuperable doctor Gatell —quien se presenta a sí mismo como el mero mero geniazo de la epidemiología universal—, pero seguramente son profesionales serios y más o menos competentes que no aspiran a los cargos políticos. Como no se ven en campaña electoral, dicen la verdad. Han recomendado a la señora Merkel que se cuide, utilice siempre la mascarilla y se mantenga a prudente distancia de cualquier persona.
El brinco de Angela Merkel cuando se le acercó Giuseppe Conte tiene que hacer meditar a Andrés Manuel López Obrador. Si en Estados Unidos, con sus muy sólidas instituciones políticas, representa un serio problema que enferme el presidente de la nación, en México, con instituciones todavía en fase de consolidación y aun de construcción, la economía no resistiría.
Por el bien de la sociedad mexicana, Andrés Manuel, ya no rompas la sana distancia y utiliza el cubrebocas en todo momento. No creo que sea demasiado pedir.
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