Cuestión de debate. ¿Por qué arrasará Sheinbaum?
Sí, sin lugar a dudas habrá de resultar triunfadora la doctora Claudia Sheinbaum.
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Cuando ya tan solo falta un mes para el día de las elecciones en nuestro País, podemos asegurar que en el caso de los comicios con los que se elegirá al mandatario de la Ciudad de México, todo indica que por primera vez será una mujer la que resulte ganadora para ocupar la Jefatura de Gobierno. Sí, sin lugar a dudas habrá de resultar triunfadora la doctora Claudia Sheinbaum.
Esta apreciación surge por los múltiples factores que recurrentemente así lo señalan. Veamos cuáles son esos factores. Pero claro, para llegar a ese convencimiento se tendrá que ir haciendo el comparativo con relación a sus contrincantes, Mikel Arriola y Alejandra Barrales, principalmente. Los otros contendientes no es viable contrastarlos con Sheinbaum, porque su presencia en el electorado no rebasará los cinco puntos porcentuales de preferencias electorales.
Entonces tenemos, que Claudia Sheinbaum es una persona honesta, que jamás se le han conocido actos de corrupción. De Barrales no se puede decir que sea honesta, por el contrario, continúa envuelta en la cobija de la opacidad. No esclarece de dónde acumuló tantas riquezas o las enormes fortunas que tiene invertidas en bienes raíces ubicados tanto aquí en el País como en el extranjero. Arriola, por el hecho de estar postulado por el partido donde se formaron y donde se refugian los corruptos más grandes de México, se da por sentado que comparte y es anuente con esa práctica, consistente en la pandemia que significa la corrupción y la deshonestidad que tiene postrado al País.
Sheinbaum, es abanderada al cargo de elección popular más alto para la Ciudad de México, por Morena. Por el partido que acaba de surgir, que se encuentra limpio de corrupción, que se ha convertido en un fenómeno popular, muy atractivo para el electorado, y hoy, ampliamente conocido en los lugares más recónditos del País. En cambio Barrales, la postula un PRD, partido descompuesto, empleitado permanentemente de todos contra todos. Estigmatizado por las negociaciones corruptas que en el pasado ha sostenido en la oscuridad con el PRI. Aliado hoy con la derecha corrupta y voraz que representa el PAN, El partido de Arriola, simplemente es el símbolo que encarna el autoritarismo, la antidemocracia y la corrupción.
La ciudadanía capitalina se encuentra en el hartazgo total por el último periodo perredista que viene gobernando la Ciudad de México, el partido que dirigió Barrales, ya que principalmente está imperando de forma alarmante el crimen organizado, el narcomenudeo, la inseguridad pública, que se ha convertido en el pan de cada día, se encuentra a la vuelta de la esquina o en todas partes y rumbos de la ciudad. De cuando gobernó el PRI a la Ciudad de México, a través de los regentes nombrados por dedazo, la sociedad no quiere ni acordarse de esa etapa ominosa, por eso es que Arriola arrastra un lastre. Que jamás le permitirá tener alguna posibilidad de triunfo. Por eso a Morena se le ve como el partido restaurador, el partido en que la sociedad está depositando toda su confianza, vaya, Morena, el partido que postula a Sheinbaum
Pero además, Claudia Sheinbaum está apoyada por los ex jefes de gobierno más exitosos como gobernantes de la Ciudad de México, como lo fue Alejandro Encinas, Marcelo Ebrard, y por supuesto, el mejor gobernante que ha tenido esta capital del país, que fue Andrés Manuel López Obrador, hoy candidato presidencial, quien viene haciendo campaña con ella por todas las delegaciones. En cambio Barrales, ni perro que le ladre, porque Mancera, como los avestruces, prefiere meter la cabeza en la tierra que atreverse salir a apoyar a su candidata. En lo referente a Arriola, si dijéramos que Meade lo viniera a apoyar a hacer campaña, lo cierto es que no le resultaría redituable ya que este candidato presidencial la verdad no se apoya ni él mismo. Por eso decimos, que por todos estos factores Claudia Sheinbaum, ¿arrasará en las próximas elecciones? Creo que ello es previsible. No ahí duda. Lo veremos.
Pálida tinta: Mal augurio para el candidato priista, José Antonio Meade. Cómo quiere sentarse en la silla presidencial, si de cualquier silla se cae como muñeco de trapo.
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