Ciudad perdida
Mauricio, Ricardo y el futuro de Morena // Un conflicto en puerta // Los motivos del senador
Miguel Ángel Velázquez
A
punto de un conflicto que dirá mucho en el futuro, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, se enfrentará, o se enfrenta, al diputado Ricardo Monreal; el motivo: Mauricio Toledo y más de 50 millones de pesos. Nada más.
El asunto es muy claro: mientras la jefa de Gobierno rechaza la idea de permitir que Toledo se clave en Morena, Monreal habla de la necesidad de hacer del ex delegado de Coyoacán uno de los suyos, porque lo requiere para obtener la mayoría que requieren los cambios constitucionales.
El chantaje que busca Monreal podría tener éxito si la idea es que el esquema de la Guardia Nacional debe ser aprobado a como dé lugar. Monreal quiere el voto de Toledo, pero además es el padrino, el promotor de un grupo de perredistas que buscan un lugar en Morena.
Así es. Primero quiere obtener el voto de Mauricio como argumento irrebatible de su lealtad a Morena, para después proponerlo como militante. La sucia intención ya ha sido descubierta en muchas de las filas tanto de Morena como del PRD, y se ha ganado el repudio de todos.
Por su parte, a Claudia Sheinbaum le sobran los argumentos para repudiar a Toledo, y no son sólo de orden moral. Los motivos de Claudia también tienen fondo legal, aunque hay que decir que la Procuraduría General de Justicia ha sido más que lenta para llamar a cuentas a Toledo.
Hay quienes aseguran que Monreal no se atreverá a comprar el voto de Toledo –aunque esté en oferta–, y advierten que primero tratará de aceptar algunos cambios al proyecto de ley original, y después de hacer cuentas sabrá si acepta la rebaja que ofrece el aún perredista, que ya tampoco es bien visto por los amarillos del bando chucho, lo que ya parece el colmo.
Y no es el viraje de Toledo hacia Morena lo que preocupa a los amarillos, que tuvieron pruebas suficientes desde hace mucho tiempo como para expulsarlo, sino el manejo de los dineros del partido en la ciudad, donde el ex delegado de Coyoacán, nos aseguran, metía las uñas.
Nada despreciable, el PRD en la Ciudad de México representa 59 millones de pesos al año en prerrogativas, donde Toledo tenía voz y uñas, pero ahora, nos cuentan, los chuchos pretenden que los dineros de todos los estados se centralicen y se manejen desde el CEN partidista, es decir, todo para Alternativa Democrática Nacional y para Nueva Izquierda, los chuchos.
Y no sólo eso, también pretenden sacarlo de las finanzas de la delegación, con lo que Toledo se quedaría con la dieta de la Cámara de Diputados, y nada más. Frente a esa posibilidad, el ahora diputado ha tratado por todos los medios (Ricardo Monreal) de acercarse a Morena, y aunque nadie lo acepta públicamente hay quienes trabajan para llevar un paquete de legisladores perredistas y ex perredistas a las filas del partido en el poder.
En fin, bajo la mesa las patadas están fuertes y el cochinero empieza a notarse en Morena, y claro, si Toledo y Monreal ganan, se acabó Morena, acuérdense.
De pasadita
Es cierto, hay que aguantar. Las cosas aún no fraguan en el gobierno de la ciudad, pero la paciencia de las calles ya no puede más. El crimen ha tomado la palabra ante la ausencia de un plan, de un proyecto en seguridad que frene, por lo pronto, la escandalosa cifra de asesinatos que se dan día con día.
La respuesta a la ola de violencia que se ha desatado en los días recientes por el jefe de la policía es reforzar aquí, reforzar allá, tanto que ahora deberá echar mano de los grupos de élite para enviarlos a tareas de vigilancia, porque no hay un plan de seguridad fuerte y conciso que evite la tragedia cotidiana. ¿Qué pasa?
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