Aires de libertad quedaron flotando en La Habana…

JANE DE LA SELVAmié 23 mar 2016 11:34

  

 

Raúl Castro y Barack Obama

El presidente de EEUU sacudió La Habana ayer con un discurso brillante sin pelos en la lengua, es decir, se notó que hablaba con el dominio en la mano. Lo adornó con perfectas frases en español. Un discurso donde le aseguró al pueblo cubano y a la plana mayor del gobierno--azorados con tales atrevidas palabras los allí presentes en el palco de honor-- que gracias a la libertad de expresión que posee, puede hablar siempre con honestidad sobre lo que piensa sin ningún miedo a que su libertad sea violentada, a caer tras las rejas por ello. Continuó asegurando al pueblo cubano el presidente del país más poderoso del planeta,  que el poder expresarse como uno es, es producto de la democracia. De la presión mediante la protesta organizada que eventualmente provoca que el mandato del pueblo sea lo que valga. A Estados Unidos le falta mucho por avanzar, dijo, pero hemos logrado obtener la mayoría de los derechos individuales y civiles por los que hemos luchado la sociedad. Advirtió a los cubanos que está en ellos--el pueblo--el cambio, para obtener esa libertad que se sabe no han tenido en la isla—tema del que dijo haber hablado ampliamente con el presidente Castro. Proclamó ante los cubanos que es hora de dejar en el pasado la historia habida; reiteró, como para que no se olvide, que ya es hora de que no sea un delito expresar con dignidad lo que uno piensa. Que florezca ese entendimiento y aceptación de la diversidad en la propia tierra. Que la creatividad compartida del cubano en la isla y la de aquel—aquella--que se exiló, hagan la paz, alcancen una reconciliación en pos de la democracia, consigan la unión como la gran familia que son, poseedora de un talento potencial ya demostrado.