José Narro no es presidenciable ni experto en salud: siempre ha sido grillo
Resulta curioso que en los espacios de comentarios políticos del gran periódico El Universal y en la columna de Joaquín López-Dóriga en el prescindible diario Milenio se mencione a José Narro Robles como un nuevo precandidato presidencial.
Ciertamente Narro Robles toda su vida ha sido un grillo muy activo. Su larga militancia en el PRI la ha disfrazado desde hace tres sexenios con una careta ciudadana que le colocó Juan Ramón de la Fuente cuando se lo llevó a la Secretaría de Salud como subsecretario, encargado de la grilla de la dependencia, en tiempos de Ernesto Zedillo.
Ahora que el presidente Peña Nieto lo ha rescatado designándolo titular de Salud, Narro Robles ha soltado las amarras que lo ataban a la causa ciudadana de Juan Ramón de la Fuente y se ha reincorporado a la grilla priista.
Pero el recuperado activismo militante de Narro Robles ha sido pretexto para que medios de comunicación hagan cábalas políticas a propósito de su camaleónico desempeño en el sector público.
Si los espacios de especulación política de El Universal le apuestan a Narro como presidenciable creo que puede obedecer a dos razones:
A) Lo consideran presidenciable, apenas con unas semanas al frente de la incontrolable Secretaría de Salud, porque los precandidatos fuertes no han tomado en cuenta a esos espacios como sus medios de proyección.
B) O de plano están en contra de Videgaray, Osorio y Beltrones, lo que me parece un despropósito porque el periódico de Juan Francisco Ealy, quien no tiene necesidad de jugar en seco la sucesión presidencial, que en el 2018 tendrá un resultado todavía muy difícil de predecir con jugadores muy pesados como López Obrador y los independientes encabezados por Jaime Rodríguez, El Bronco.
La otra razón que encuentro en el destape de Narro como presidenciable es la urgencia de Joaquín López-Dóriga de reposicionarse como factor de influencia política ante la comentada caída libre que sufre en materia de credibilidad y la sombría perspectiva de tener un futuro incierto en el área noticiosa de Televisa.
El muy escabroso escenario de la sucesión presidencial definitivamente no es el target de López-Dóriga.
(Peña Nieto tomó en cuenta a Joaquín gracias a la capacidad de maniobra de Bernardo Gómez. O sea que los compromisos de Joaquín con el panismo de Felipe Calderón nunca fueron del agrado del grupo cerrado del peñismo. Y sin que Labastida se lo pidiera directamente, López-Dóriga le pegó duro a Vicente Fox bajo el improvisado tutelaje de estrategas bisoños y de escritorio como Esteban Moctezuma y Marcos Bucio y se fue al despeñadero junto con ellos, mientras un televiso como Justino Compeán se alzaba con el triunfo del candidato de las botas).
El análisis de los factores de influencia en la sucesión presidencial dentro del sistema político mexicano nunca ha sido el fuerte del comunicador de Milenio López-Dóriga.
De tal manera que si ahora considera presidenciable a Narro, pues el histórico de López-Dóriga en materia de pronósticos presidenciales ya fastidió al secretario de Salud en sus magras aspiraciones políticas.
Pero Narro tiene por ahora el compromiso de tratar de poner en orden a los hospitales más importantes del sector Salud.
El caso del Hospital de Nutrición, dirigido por el Dr. David Kershenobich, es una bomba de tiempo. Los directores de las principales áreas simplemente no hacen caso del veterano y rebasado director y Narro, o no se da cuenta de lo que pasa, o no ha querido entrar a tratar de solucionar el conflicto porque la política de salud pública no es de plano su más fuerte carta de presentación.
Por otra parte Narro Robles tiene encima la grave crisis que sufre, tanto en sus prestaciones como en su desajuste interno, el emblemático hospital General Manuel Gea González.
El nosocomio, uno de los mayores del sector salud, es dirigido por el galeno Mucio Moreno, quien no puede resolver el enfrentamiento entre los jefes de áreas que tienen colapsados importantes servicios.
Pero como José Narro Robles tiene más gusto por la grilla que por las políticas públicas en materia de salud, está distraído con los anzuelos que le lanzan desde medios como El Universal y Milenio, que apenas circula 3 mil ejemplares en la Ciudad de México.
Lo que debe quedar claro en este lance político-mediático protagonizado por Narro y El Universal y López-Dóriga es si es una descalificación plena en tiempos cercanos a las elecciones de junio para los principales presidenciables que son Videgaray, Osorio y Beltrones...
¿O efectivamente Narro Robles ya recibió algunas palabras mayores de Peña Nieto y se los comentó a los espacios especulativos de El Universal o al desesperado Joaquín López Dóriga?
Pronto la verdad saldrá a la luz.
En política las jugadas secretas nunca son para siempre.



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