COLUMNAS
Encuestas: ¿Aún son útiles para predecir los resultados de una elección?
el gran problema de las encuestas y su impacto, es que están presentando una grave falta de credibilidad,
Foto propiedad de: Internet
Es muy ilustrativo para la sociedad observar cómo las encuestas pueden o no marcar una tendencia. Como dice Federico Berrueto en su columna publicada en el diario Milenio: “Por sí mismas no dan votos, pero sí inciden en el proceso electoral y en las campañas”.
Asimismo, el también encuestador señala dos consideraciones sobre su impacto: “Primero, son fundamentales para el financiamiento privado… y, segundo, afectan favorable o negativamente al círculo de campaña inmediato de los contendientes. Por tal consideración las encuestas se han vuelto un medio de propaganda”, afirma.
En este sentido, yo agregaría que el gran problema de las encuestas y su impacto, es que están presentando una grave falta de credibilidad, se trata de una crisis, la cual no es privativa de México. A nivel internacional también se ha puesto de manifiesto, sucedió en Inglaterra con el Brexit y en España con las últimas elecciones.
La gran problemática radica en la falta de confianza ciudadana, ya que independientemente del medio o casa encuestadora que las realice, basta con que estas sean descalificadas por quien resulte menos beneficiado para sembrar la duda.
Por ejemplo, Andrés Manuel López Obrador hace algunos meses decía que las encuestas en donde salía en empate técnico con la entonces panista Margarita Zavala, eran compradas.
Ayer que salió en primer lugar en la encuesta de Buendía & Laredo publicada por el diario El Universal, afirma que es tanta su ventaja rumbo a la contienda electoral del primero de julio de este año, “que nadie se atreve a cucharearlas”.
Es decir, ni aún ganando, López Obrador es capaz de brindar el beneficio de la duda o conceder un poco de confianza.
Eso sí, el tabasqueño se cuelga de las preferencias que le dan casi todos los sondeos, aunque estos sean falsos, como ocurrió hace unos días cuando divulgó orgullosamente una encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica que le daba el liderazgo en la intención de voto.
El propio presidente de la casa encuestadora, Liébano Saénz, tuvo que salir a desmentir la encuesta, ante ello, el precandidato de Morena optó por la burla y la ironía antes de ser capaz de reconocer su pifia.
Viene la recta final, faltan cinco meses para las elecciones y la victoria no aún para nadie, Andrés Manuel más que nadie lo sabe, ya en otras ocasiones ha estado a la cabeza de las preferencias de la intención de voto y los resultados se han revertido, los resultados todos los conocemos.
Lo grave es la descalificación irresponsable de estos métodos de predicción de resultados, que son hasta el momento, los que más se han acercado a la realidad
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