miércoles, 31 de enero de 2018

Oigan, encargados de la guerra sucia: a nadie asustan con sus llamadas anónimas sobre Rusia

@Manuel_Ibarramar 30 ene 2018 17:56
 
  
 
Foto propiedad de: Fuente: Reforma
Las personas que el día de ayer recibieron una llamada en teléfonos celulares advirtiendo que Rusia “apoya a López Obrador” para “apoderarse del petróleo” de México difícilmente correrán despavoridos del miedo.
Los mercenarios que se ostentan como asesores y expertos en “marketing político”, que más bien son vendedores de guerra sucia al mejor postor, de plano ya se volvieron demasiado predecibles. 
Habíamos mencionado en una columna anterior que intentar vincular al candidato líder en las encuestas con operadores de la nación europea era una estrategia fallida, pero aquí volveremos a enumerar los motivos: ni México está enemistado con Rusia, históricamente (jamás estuvimos inmiscuidos en la dañina e innecesaria Guerra Fría), ni los rusos tienen un historial de intervención en México (como si lo tiene Estados Unidos). Por si esto fuera poco, gente que no probablemente no pase tanto tiempo en redes sociales, como el caso de los habitantes de Tuxtla Chico, se tomaron a broma esta propaganda rusófoba. Cero impacto es lo que realmente ha tenido su fallida campaña de guerra sucia.
Sin embargo, estos “estrategas políticos” que hacen su “agosto” con dinero proveniente del financiamiento público cada proceso electoral de plano ya se fueron por la fácil y siguen obsesionados en reciclar un libreto muy viejo, el de la inexistente “amenaza rusa”.
Apoyados primero por una “avanzada” de irrelevantes opinadores nacionales e internacionales, los operadores de la guerra sucia montaron el día de ayer (¿con qué recursos? ¿para beneficiar a quién? ¿a qué costo?) una campaña en donde un número considerable de ciudadanos recibieron llamadas anónimas de los números 2226005811 y 2227778907, señalando que “Rusia apoya a López Obrador” pues ese país está buscando apoderarse del hidrocarburo de México”. Además, mencionan una supuesta “evidencia” publicada en el diario El Universal. Pero la mentada “evidencia” no existe. Se referían no a un trabajo de investigación, sino a una columna de opinión.
Seamos sinceros. La amenaza aquí, en nuestro país, no tiene que ser un país tan lejano como Rusia, Venezuela, Corea del Norte, ni los Marcianos, como lo quieren hacer ver los mercaderes de esta guerra de lodo.
La verdadera amenaza para México es un gobierno que remató el petróleo a empresas extranjeras como Chevron y British Petroleum, estos últimos recordados por ser los envenenadores del Golfo de México después del accidente que sufrió una de sus plataformas en 2010.
La verdadera amenaza es un presidente que prometió que con su fallida Reforma Energética iban a bajar los precios de la gasolina y el gas, cuando ahora el litro de gasolina casi llega a los 20 pesos y un tanque de gasolina de 45 kilogramos ya cuesta 1000. A las personas que prometen algo y luego no lo cumplen, en mi tierra les dicen mentirosos. 
La verdadera amenaza para México es una oligarquía que ahora busca privatizar el agua, regalando una infraestructura que no les pertenece a ellos, sino a todos los mexicanos, a empresa particulares, mismas que inmediatamente subirán los precios para “recuperar su inversión”, lucrando con lo que de acuerdo a las Naciones Unidas un derecho humano.
La verdadera amenaza es una clase política como el PRIANRD, que con su “Pacto por México” nos dejó en una situación prácticamente de sumisión respecto a intereses externos que ahora se regodean haciendo “negocios” a lo largo y ancho de nuestro territorio.
En fin. Cualquier persona que reciba una llamada anónima señalando que “ahí vienen los rusos” simplemente puede voltear a ver el precio de los combustibles, del gas y de la canasta básica. O ver las escalofriantes cifras de muertos y desaparecidos durante los sexenios de Peña y de calderón. O analizar las terribles estadísticas sobre feminicidios a lo largo y ancho de nuestro país.
No se quien o quienes estén pagando para difundir esta guerra sucia que regurgita la peor rusofobia que se ha visto en lo que va de este siglo. Pero en el caso de que alguien esté leyendo esto, les digo: su “estrategia” es predecible, aburrida y está condenada al fracaso. Mejor inviertan su dinero en otra cosa, o mejor aún, ofrézcanle a la gente algo que mejore sus vidas. Su guerra sucia ya no engaña a nadie.

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