AMLO y su claridad en Milenio TV
Me parece que su participación fue excelente
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Resultó casi increíble leer las opiniones de algunos comentaristas sobre el encuentro entre López Obrador y un grupo de periodistas en Milenio TV; un programa dirigido por el insufrible cafre del periodismo, Carlos Marín. Entre los seguidores del político, algunos consideraron innecesaria su asistencia, cuestionaron que decidiera ir a una “emboscada”, que perdería más de lo que pudiera ganar. Entre los mismos, muchos consideraron que el opositor no puede estar eludiendo este tipo de encuentros, tiene que enfrentarlos lo mejor posible.
Por otro lado, sus críticos. Y francamente no entiendo a los comentaristas que plantean que López Obrador evadió las preguntas o que no respondió claro o de manera contundente; que no pudo dar un sí o un no como respuesta (lo cual es falso, hubo algunas dicotomías respondidas en corto), etcétera.
A mí, por el contrario, me parece que su participación fue excelente, que supo manejar el encuentro y la “emboscada”, aun divertirse, interactuar bien con los entrevistadores y los tiempos, mostrando que hay cierta falsedad en la idea de que “no habla de corrido” o que no puede tener un discurso o un lenguaje fluido. La verdad es que no se puede ser maniqueo, elegir sólo entre blanco y negro, entre un sí y un no terminante; mucho menos cuando hay poco tiempo y el empeño del o los entrevistadores es el atropello o el acoso.
1. Para mi es claro que el candidato presidencial de Morena diga que respetará las leyes de vanguardia como las de la Ciudad de México y que, donde no existan, se realizarán consultas porque es respetuoso de todos y representa a un movimiento amplio, plural e incluyente. Así, yo que soy un ateo radical no puedo entregarme a espasmos de tristeza como el actor Diego Luna por una posible consulta ciudadana sobre “los derechos de la comunidad #LGBTQ”; prefiero la tolerancia. Si ahora que urge un cambio cada quien individualiza las prioridades, jamás se iniciará ese proceso; (más sobre este punto en próxima entrega).
2. Para mi es claro que, en el contexto de la abierta corrupción del gobierno actual, se procederá a revisar los 91 contratos petroleros otorgados a compañías trasnacionales. Y lo que le convenga al país, es lo que se hará. Y en la diferencia entre Alfonso Romo y Taibo 2, por ejemplo, se puede conciliar. Las diferencias se resolverán no con autoritarismo sino en el marco de la ley a pesar de que la reforma “no sólo no mejoró la situación en el sector energético, sino que precipitó la crisis en Pemex y la CFE”.
3. Para mi es claro, más que educativa, la reforma impuesta por Peña Nieto al sector ha sido laboral. Una verdadera reforma en educación no puede prescindir de los maestros: Por ello se llevará a cabo un plan conjunto entre estos, el Estado y los padres de familia para mejorar la calidad de la enseñanza sin afectar los derechos laborales de los enseñantes; hay que respetar a los maestros. ¿Quién puede estar en desacuerdo con esto?
Es decir, en relación a las fallidas reformas impulsadas por el gobierno vigente, se consultará a la ciudadanía, se impulsarán debates abiertos y se enviarán iniciativas al Congreso.
4. Es claro que no puede decir que va a meter a Peña a la cárcel por corrupto porque sería demagogia, porque no existe el marco legal para hacerlo. Es claro asimismo que amnistía no es lo mismo que impunidad. Por un lado, promoverá una reforma al artículo 108 constitucional para que a partir de su propio gobierno al presidente en funciones se le pueda juzgar por corrupción y violación de derechos políticos electorales, por otro, serán las instituciones responsables las que con libertad actuarán cuando haya denuncias, demandas en curso.
5. Es clara la meta de que, de acuerdo a su experiencia como jefe de gobierno de la Ciudad de México, reducirá los niveles de inseguridad entre un 30 y 50%. Se logrará atendiendo las causas de la violencia, atendiendo a los jóvenes con educación y empleo y logrando la coordinación de los distintos órganos de seguridad.
6. También es claro que la corrupción mayor no está en las “mordidas” esparcidas por todo el territorio nacional, sino en las “tarascadas” que dan desde la cúpula del poder. La corrupción en México se da de arriba para abajo, de allí que, en un sistema presidencialista, será muy importante la conducta del presidente, que tiene como facultad el manejo del presupuesto. Se va a duplicar, llevar al 20% de inversión pública vía el combate a la corrupción, mejor gasto y austeridad burocrática, reducir el costo del gobierno a la sociedad.
7. Para transformar al país y a pesar del descrédito de las instituciones electorales y el autoritarismo del Estado, persiste en la vía pacífica, electoral, porque no tiene opción, porque no cree en la violencia; cree en la posibilidad de la democracia.
Y así se puede proseguir con cada uno de los temas cuestionados a López Obrador en el programa de Milenio TV por Héctor Aguilar Camín, Jesús Silva Herzog Márquez, Carlos Puig, Juan Pablo Becerra y Azucena Uresti, todos supuestamente coordinados por Carlos Marín. En realidad, el acto que parecía una trampa, emboscada o acción concertada fue llevado a buen puerto por el entrevistado, con claridad e incluso con momentos de brillo; (se pueden especificar incluso).
Quien diga que el político opositor no fue claro, no sé qué programa vio. O acaso esté solamente entregado a raptos de intransigencia e intolerancia que como mantra o letanía repiten sus frases hasta la náusea. Y bueno, si es así, así será hasta el día de la elección, se percibe en las redes sociales; esta necedad forma parte de la guerra sucia, la parte más suave de la misma. En descargo quizá haya que decir que, en contraparte, a Meade y a Anaya se les reiteran una y otra vez sus verdades. A uno, la complicidad y corresponsabilidad con la corrupción de los gobiernos y funcionarios con quienes ha colaborado. Al otro, su complicidad con ese gobierno durante casi todo el sexenio y, ahora, su presunta responsabilidad como lavador de dinero.
Pero bueno, ya hay suficiente material ofrecido por López Obrador y sus colaboradores cercanos como para aclarar y/o desmentir con precisión y contundencia cuando sea necesario. Y por supuesto, están los propios usuarios de las redes sociales que actúan, accionan de manera voluntaria y con humor, sin pedir nada más que al fin se dé en México la posibilidad del cambio. El cambio para vivir en democracia y en justicia; vivir, caminar y disfrutar el país y la vida en paz.
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